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Sucesor de Don Bosco en Semanario «Búsqueda»: “La Iglesia es menos oscurantista de lo que la quieren presentar”

By 24/05/2018mayo 25th, 2018No Comments

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El líder mundial de los salesianos afirma que el documento de los obispos criticado por el oficialismo se hizo “sin intencionalidad política” y representando a “un sector significativo de la sociedad”

Ángel Fernández Artime, el máximo superior de los salesianos, llegó a Montevideo desde Asunción con “un sombrerito y poco más”, pues venía del Chaco paraguayo, donde trabajó de primera mano junto a los pueblos originarios a quienes los salesianos ayudan desde inicios del siglo XX. Apenas arribó al aeropuerto de Carrasco quedó sorprendido por su sala vip: “No por lo que significa la sala vip en sí, que es una pedantería”, aclaróFernández Artime, “sino por la atención y la cordialidad en un espacio tan armónico”.

También le causó una buena impresión el “sobrio control” en Migraciones, “donde ni te sientes incómodo ni crees que aquí todo vale”. Esa sensación se la comunicó a Tabaré Vázquez un día después de su llegada, cuando el presidente lo recibió el miércoles 9 en la residencia de Suárez.

La atención, la cordialidad y la sobriedad son valores salesianos, y Vázquez dijo a Fernández Artime que él mismo los supo adquirir de niño cuando se acercó a algunos de los espacios de la organización.

El encuentro entre ambos fue parte de las actividades que durante casi una semana tuvo en Uruguay Fernández Artime, un sacerdote español de 57 años que desde 2014 ocupa el puesto de rector mayor de la Congregación Salesiana, como el décimo sucesor de su fundador Don Bosco.

A continuación un resumen de la entrevista.

—Un informe de 2017 dice que los modos de crianza y el desinterés de los católicos en que sus hijos reciban formación religiosa ponen a la Iglesia uruguaya en situación de emergencia. ¿Qué puede hacer la Iglesia para cambiarlo?

—No conozco la vida de Uruguay como ustedes, entonces no sabría qué decir en modo autorizado. Pero lo que sí pienso como rector mayor de los salesianos y uniéndome a las palabras del papa Francisco, es que creo que en la medida en que los cristianos sigamos presentando esa Iglesia cercana a los pobres, fiel a Jesucristo y a su mensaje como Iglesia servidora, en la medida en que sigamos optando por los más desfavorecidos y en la medida que seamos creíbles los adultos, las jóvenes generaciones van a poder sentir atracción por el mensaje de Jesucristo. Una Iglesia testimonial, que acoge, abierta, y donde tenemos que ser creíbles.

—¿A qué se refiere con ser creíble?

—A lo que transmite el papa Francisco. Su simpatía y la esencialidad de su mensaje. Ante todo quiere llegar al encuentro del ser humano que tiene delante. Como creyente, como hombre de profundo humanismo. Eso me parece grande y creo que esa mirada nos hace muy bien en tiempos cuando políticamente existe un proteccionismo muy peligroso que cierra puertas a otros.

—¿Considera que el cardenal Daniel Sturla trabaja en esa dirección?

—Creo conocer bien a mi hermano Daniel Sturla, un hermano muy fraterno y sencillo, entonces no me cabe la menor duda de que su palabra es una palabra para animar, para suscitar. En absoluto me lo imagino entrando en litigio y menos aún con su gente, con su pueblo. Como palabra animadora creo que lo está haciendo muy bien. Que él anime a los padres que se sienten creyentes a motivar en su familia a sus hijos me parece muy legítimo. Yo subrayo el punto de la necesidad de suscitar atracción, que tiene mucho que ver con lo testimonial.

—Otra encuesta afirma que en nuestro país la Iglesia, ante la competencia de los evangélicos, corre peligro de dejar de representar a los sectores menos favorecidos ¿Cómo se enfrenta eso?

—La respuesta es en la misma línea, la misma dinámica: tener la mayor autenticidad evangélica posible. El fenómeno de las sectas, porque una gran parte de lo que pulula son sectas, es un fenómeno muy creciente, especialmente en América Latina y en algunos sectores de África. Es un fenómeno muy extendido. Las sectas es donde llega un señor, te prepara un chiringuito y vive de ello haciendo su palabrita. Eso no es serio. Una Iglesia evangélica con siglos de historia no es una secta. ¿La Iglesia católica qué tiene que hacer ante esas sectas? ¿Les declara la guerra? No; tiene que seguir siendo una Iglesia que intente vivir muy en fidelidad al Evangelio y al Evangelio cercano a los más humildes. Yo me sumo a esa mirada de la Iglesia y del papa Francisco donde no vamos contra nadie. Esa tiene que ser nuestra carta de presentación.

—¿Eso significa, por ejemplo, ser una Iglesia más abierta?

—Nosotros los salesianos estamos en países donde la presencia católica es minoritaria: Birmania, Tailandia, por ejemplo, donde no llega al 2%. Sin embargo, tenemos las escuelas y las casas llenas de jóvenes, con un absoluto respeto a la religión que ellos profesan. En eso yo diría que ampliemos la mirada porque el mundo es menos oscurantista de lo que se cree, y la Iglesia es menos oscurantista de lo que algunos la quieren hacer o presentar.

—Semanas atrás, el prosecretario de la Presidencia cuestionó al cardenal Sturla por una supuesta intencionalidad política en un documento de la Conferencia Episcopal que critica la fragmentación social en el país. ¿Cuál es su posición?

—Yo creo que es importante este criterio: si la Conferencia Episcopal solo hubiera hecho esta denuncia en esta ocasión y no en períodos anteriores, el prosecretario tendría todo el derecho a decir “no es justo que lo hagan ahora y no antes”. Si solamente fue ahora, sería extraño. Si lo han hecho otras veces hay más legitimidad. Si la Conferencia Episcopal lo ha hecho en las diversas etapas con diversos presidentes, subrayando la urgencia o el desafío de que no haya desigualdad social, yo sí que lo considero legítimo. Digo con total honestidad que los obispos puedan decir “hagamos todo lo posible para que la brecha social se reduzca”. Me parece legítimo y quiero pensar que lo han hecho sin intencionalidad política y como palabra de un sector significativo de la sociedad.

—¿Cree que aquí y en otros países últimamente han aumentado las críticas públicas a la Iglesia de parte de gobiernos y jerarcas de gobierno?

—Hay que contar con que son las reglas de juego. Los pastores de la Iglesia en el momento en que hablan colegiadamente asumen que lo hacen en conciencia, que creen que tienen que hacerlo, y que va a haber quien acepte su sugerencia y quien la rechace. Y esas son las reglas de juego. Todos los que están en el servicio público saben que parte del servicio es estar en el punto de mira.

—¿Habló de este tema en su encuentro con Vázquez?

—No; nuestra reunión fue una reunión más de familiaridad que política o religiosa.

—Vázquez le manifestó ser heredero de los valores del oratorio salesiano. ¿A qué se refirió?

—En los añitos más de niño él estaba en el espacio salesiano, que llamamos oratorio no por oración sino por ser un espacio recreativo donde los muchachos se encuentran con otros amigos, que educa, que puede o no tener una manifestación religiosa, donde pueden jugar fútbol, ver películas. Ese espacio transmite el valor a fuego de la puntualidad, de la responsabilidad, del respeto al otro, de que no se puede mentir, la simpatía, la cordialidad con gente que ni siquiera conoces. Eso, con el paso de los años, da un estilo, moldea a una persona. El presidente se refería a eso.

—En ese sentido, Vázquez le mencionó que en el último Consejos de Ministros, mientras el gobierno sesionaba, a pocos metros había un movimiento de manifestantes que le reclamaban.

—Hablamos de este punto y comparto totalmente este aspecto de tender puentes entre distintas sensibilidades, de convivencia, de respeto, entre el pueblo uruguayo. Esa es la base final de la democracia, donde se garantiza el respeto a las libertades.

SEMANARIO BÚSQUEDA | http://www.busqueda.com.uy/nota/la-iglesia-es-menos-oscurantista-de-lo-que-la-quieren-presentar/ls-1970-1a56f9588eb7c808887c