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LO HECHO ESTÁ HECHO
“Si las personas trans han sufrido ahí tiene que estar el corazón del evangelio”, dijo el arzobispo de Montevideo.
Después de la misa crismal en la Catedral de Montevideo, el arzobispo de Montevideo Daniel Sturla convocó en una breve rueda de prensa a estar más cerca de la gente y lanzó la campaña «Misión casa de todos».
La misión se desplegará durante las tres semanas siguientes al domingo de Pascua. Habrá encuentros en parroquias, visitas a las casas y otras actividades.
«Ojalá todos los uruguayos disfrutemos la alegría de un año electoral. Tenemos problemas, sin duda, pero los sabemos resolver pacíficamente y a través del voto. Eso es una cosa para tener muy en cuenta y disfrutar que nos hayan calificado entre las 20 democracias plenas del mundo, eso es un orgullo para todos los uruguayos», explicó Sturla.
«Hay cosas que los partidos políticos podrán solucionar y otras que van más allá porque tocan problemas fundamentales del uruguayo. Nosotros los obispos nos referimos a dos síntomas, de una cuestión que nos preocupa mucho: baja tasa de natalidad y alto índice de suicidios», agregó.
Sturla fue consultado también por qué la Iglesia Católica no apoya la recolección de firmas que iniciaron Carlos Iafigliola, precandidato nacionalista, y Álvaro Dastugue, diputado del Partido Nacional, contra la ley integral para personas trans.
Sturla dijo no haber firmado en la campaña lanzada por agrupaciones católicas y evangelistas, y afirmó que «la Iglesia, siguiendo a Jesucristo, tiene que ponerse siempre del lado de las personas que sufren. Si las personas trans han sufrido ahí tiene que estar el corazón del evangelio».
«Otra cosa es que estemos de acuerdo con la ley, no estoy de acuerdo sobre todo con el primer artículo de la ley», añadió.
El arzobispo de Montevideo reconoció que ha caído la cantidad de católicos, en línea con la medición de Latinobarómetro publicada por el diario El País, que señala que uno de cada tres uruguayos es católico, cuando en la medición de 1995 se llegaba al 60%.
«El descenso es algo que ocurre en todas partes. El tema es que la casa de la Iglesia es de puertas abiertas, nunca es un club de perfectos», reflexionó Sturla.