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“Quiero quererlos más que a mi propia vida”: Mons. Gil al asumir como Obispo de Salto

By 28/09/2018No Comments

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Unas 2000 personas de ambas márgenes del Río Uruguay se congregaron el Domingo 23 de setiembre en la Iglesia Catedral San Juan Bautista de Salto, para acompañar a Mons. Fernando Miguel Gil Eisner en su ordenación episcopal e inicio de su ministerio pastoral al frente de la Diócesis de Salto.

“Como obispo quiero ser entre ustedes un hombre de fe, un cristiano que peregrina junto a todo el pueblo de Dios. A veces detrás, oteando el horizonte, descubriendo los signos de Dios en los signos de este nuestro tiempo, alentando a seguir caminando; otras veces en medio, compartiendo gozos y tristezas”, expresó Mons. Gil al pronunciar sus primeras palabras como Obispo de Salto.

“Quiero quererlos más que a mi propia vida. Lo digo sin grandilocuencias y con el corazón en la mano. En un padre, una madre esto es natural y lo viven en el día a día sin preguntárselo mucho”, subrayó.

Al explicar el lema que guiará su camino como Pastor de la Diócesis de Salto, “Cristo es nuestra paz”, Mons. Gil explicó que “manifiesta el deseo que tengo de trabajar para que, por el anuncio del evangelio y la presencia de la Iglesia, Madre de Pueblos, todos tengamos acceso a una vida plena según el evangelio”.

Unas dos horas antes de la celebración la Iglesia Catedral de Salto se fue colmando con personas que llegaban de distintos puntos de Artigas, Salto, Paysandú y Río Negro (los departamentos que forman parte de la Diócesis de Salto), y de otros rincones del país así como de la Diócesis de Merlo-Moreno de Argentina.

Además del Arzobispo de Buenos Aires, Cardenal Mario Aurelio Poli, Primado de la Argentina, llegaron a acompañar a Mons. Gil varios obispos, sacerdotes y seminaristas argentinos.

La Celebración Eucarística comenzó a las 16 horas y fue presidida por el Arzobispo de Montevideo, Cardenal Daniel Sturla. Los ordenantes principales fueron Mons. Pablo Galimberti hasta ese momento a cargo de la Diócesis de Salto y Mons. Fernando Maletti, Obispo de la Diócesis de Merlo-Moreno.

Concelebraron el Nuncio Apostólico en Uruguay, varios obispos de Uruguay, obispos argentinos, sacerdotes de nuestro país y de Argentina.

Al inicio de la celebración el Obispo saliente, Mons. Galimberti, hizo uso de la palabra y aseguró que “el barco cambia de capitán, pero el rumbo y el destino continúan”.

Refiriéndose a la elección del nuevo obispo Mons. Galimberti destacó que “siempre está la mano sabia y providente de Dios”.
“La manera de elegir (al obispo) puede cambiar. Pero la certeza es que Dios es el que llama: A unos lavando las redes de pesca. A otros, como Mateo, recaudando impuestos. Saulo de Tarso escucha el llamado en el camino hacia Damasco, persiguiendo cristianos”, puntualizó.

“¡Qué lindo poder vivir y contar estos momentos que estamos viviendo! “, manifestó el hoy Obispo emérito de Salto.

Luego, el Pbro. Carlos Silva, en nombre de toda la Diócesis, pidió la ordenación del nuevo Obispo al Card. Sturla y el Pbro. Mauro Cardozo leyó  el documento firmado por el Papa Francisco en el que nombra a Fernando Gil Eisner, Obispo de la Diócesis de Salto.

«TE RECIBIMOS CON CARIÑO DE HERMANO»: Card. Sturla a Mons. Gil

En su homilía el Cardenal Sturla destacó que “nos sabemos amados entrañablemente por un Dios que nos ha creado, que nos ha redimido, que acompaña nuestro caminar de cada día… que cuida de nosotros. Por eso hoy nos envía un nuevo pastor”.

“La Iglesia existe  para anunciar la Buena noticia, la alegría del evangelio, el gozo de ser de Jesús, compañeros de camino, seguidores… que recibimos del Señor como un don inmenso e inmerecido, aquello que constituye su misma identidad: ser Hijos”, enfatizó. “Queremos ser pequeños delante de un Dios que nos toma, nos abraza, nos manifiesta su amor”, dije el Cardenal en su homilía.

El Arzobispo de Montevideo agradeció a Mons. Galimberti por su servicio pastoral desde hace 12 años en la Diócesis de Salto, después de haber sido obispo de San José por 22 años.

“Fernando, recorrerás todas las parroquias y capillas de la Diócesis, desde Orgoroso, hasta Piedras Coloradas, desde Corralito hasta paraje Sánchez pero es aquí en la Catedral, rodeado de tus sacerdotes y de toda tu Diócesis, celebrando la Eucaristía, donde santificarás, gobernarás y enseñarás”, le dijo al nuevo obispo.

“El Papa te trajo de la Argentina ¡Bienvenido! `Es bien oriental´, me decía un obispo argentino que nos conoce mucho porque vivió en Uruguay un buen tiempo y que te conoce: `siempre se mantuvo oriental´.  Tus hermanos obispos te recibimos con cariño de hermanos, así como te recibe cordialmente esta Iglesia particular”, le expresó a Mons. Gil el Cardenal Sturla..

Antes de finalizar su homilía, y teniendo seguramente en cuenta la profusa formación en Historia del nuevo obispo, el Cardenal recordó que el 23 de setiembre “los orientales recordamos la muerte de nuestro primer Jefe: José Artigas. Muerte de un cristiano fiel que recibió los sacramentos con humildad y devoción”. “Aquí cerca está la meseta que lleva su nombre y desde la que el prócer miraba hacia las provincias que querían ser libres y federada”, precisó.

Luego de la homilía, comenzando con la invocación al Espíritu Santo por medio del antiguo himno Veni Creator Sipiritus, se desarrolló el rito de ordenación episcopal, en el que el candidato se comprometió a ser custodio de la fe recibida de los Apóstoles y a guiar bondadosamente al pueblo de Dios. Seguidamente, todos los Obispos presentes impusieron las manos sobre su cabeza y rezaron la Plegaria de Ordenación. Por medio de estos signos sacramentales Mons. Gil fue consagrado Obispo y luego, guiado por el Cardenal Sturla, vistiendo ya las ornamentos propios del Obispo, se sentó en la cátedra y comenzó así, su ministerio como Pastor de la Diócesis de Salto.

Momentos antes de tomar posesión de la Cátedra, el Card. Poli, junto a Mons. Guillermo Durán, Fray Ricardo Corleto y el Pbro. Ernesto Salvia, miembros de la Cátedra de Historia de la Iglesia de la Universidad Católica Argentina (UCA) , le hicieron entrega de la Regla Pastoral de San Gregorio Magno. Esta será como un manual para que el nuevo Obispo de Salto pueda crecer en la caridad pastoral y ser así un “buen Pastor”.

A lo largo de la celebración se usaron distintos objetos que pertenecieron a anteriores obispos de Salto. Especialmente el báculo, que perteneció al tercer obispo de Salto, Mons. Mendiharat, y el cáliz del segundo obispo de Salto, Mons. Alfredo Viola, gestos que visualizan la rica historia diocesana de la que se hace parte Mons. Gil al asumir su conducción pastoral.


PRIMERAS PALABRAS DEL NUEVO OBISPO DE SALTO, MONS. GIL

“Como obispo quiero ser entre ustedes un hombre de fe, un cristiano que peregrina junto a todo el pueblo de Dios. A veces detrás, oteando el horizonte, descubriendo los signos de Dios en los signos de este nuestro tiempo, alentando a seguir caminando; otras veces en medio, compartiendo gozos y tristezas”, expresó Mons. Gil Eisner en sus palabras de agradecimiento.

En sus primeras palabras como Obispo de Salto y dirigiéndose a sus comunidades, Mons. Gil les dijo: “Quiero quererlos más que a mi propia vida. Lo digo sin grandilocuencias y con el corazón en la mano”.

Al inicio de su alocución, el flamante Pastor, luego de saludar a quienes lo acompañaron en este día, tanto uruguayos como argentinos, explicó el lema que lo guiará en su servicio como Obispo: “¡Cristo es nuestra paz!”. “El lema es de la carta a los Efesios y en su contexto dice así: ‘Porque Cristo es nuestra paz; él ha unido a los dos pueblos en uno solo, derribando el muro de enemistad que los separaba, (Ef 2:14)`”, puntualizó. Haciéndose eco de las expresiones del Capítulo 7 del Documento de Aparecida, Mons. Gil destacó que “Cristo une pueblos y derriba muros, crea vínculos fraternos. Los cristianos nos reconocemos habitantes de toda tierra y toda patria, pero encaminados a la patria definitiva. Somos el Pueblo de Dios que habita en los pueblos de la tierra”. “El lema manifiesta el deseo que tengo de trabajar para que, por el anuncio del evangelio y la presencia de la Iglesia, Madre de Pueblos, todos tengamos acceso a una vida plena según el evangelio”.

El Obispo explicitó, asimismo, su deseo de acoger el lema y los contenidos del Proyecto Pastoral Diocesano: “Unidos a Jesús, buscamos lo que Él busca, amamos lo que Él ama”. “Ambos lemas confluyen, no en una idea sino en una persona: Jesucristo. Seguir a Jesucristo, con los ojos fijos en su mirada, para hacer la Voluntad del Padre, ha sido para mí el `tesoro encontrado y escondido´”. Luego, Mons. Gil compartió algunas convicciones que lo “mueven” en “este camino de seguimiento”:

Haciendo referencia a las raíces históricas de la Diócesis de Salto, fundada 14 de abril de 1897, mencionó que próximamente se cumplirán los 100 años de la llegada del primer obispo, Mons. Tomás Camacho y que este domingo, “estamos también recordando con memoria agradecida la vida y ministerio de Mons. Mariano Soler  1er. arzobispo del Uruguay. Hoy se cumplen 110 años de su muerte”.

“Como les decía en la carta que escribí a la diócesis unos días después de que se anunciara mi nombramiento, vengo a insertarme plenamente en esta historia común. En esta huella abierta por tantos discípulos y misioneros de Jesucristo. El momento simbólico de esta celebración en el que Mons. Pablo me entregaba el báculo de Mons. Marcelo Mendiharat, quiso expresar estos deseos”, afirmó el nuevo Obispo de Salto.

Hacia el final de la celebración, el flamante Obispo recorrió la nave central de la Catedral dando su primera bendición episcopal.

Toda la celebración fue transmitida en vivo por Facebook en este enlace compartimos

Imágenes disponibles aquí

Palabras completas del nuevo Obispo, Mons. Fernando Gil

Palabras del Obispo saliente, Mons. Pablo Galimberti