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“Todo bautizado está llamado a la misión en la Iglesia y bajo el mandato de Iglesia. La misión por tanto se realiza de manera conjunta, no individualmente, en comunión con la comunidad eclesial y no por propia iniciativa. Y si hay alguno que en una situación muy particular lleva adelante la misión evangelizadora solo, él la realiza y deberá realizarla siempre en comunión con la Iglesia que lo ha enviado.”

Con estas y otras palabras se dirige el Papa Francisco a todas las comunidades católicas en el mundo, con ocasión de la celebración de la Jornada Mundial de las Misiones (DOMUND), que en este año se celebra en los días sábado 22 y domingo 23 de octubre.

Esta Jornada Mundial, desde sus orígenes, tiene el objetivo de renovar el compromiso misionero de cada bautizado, en cada etapa de la vida, a partir de

–          La respuesta personal a la vocación misionera

–          El testimonio personal y comunitario

–          La cooperación espiritual a través de la oración y el ofrecimiento de los propios sacrificios

–          La cooperación económica para el sostenimiento de la misión en el mundo a través del servicio de las Obras Misionales Pontificias (OMP)

Las OMP son el instrumento del Papa y los Obispos para concretar el compromiso misionero universal de toda la Iglesia.

De todas estas formas podemos hacer visible y efectiva la comunión y participación de todo el Pueblo de Dios en la única misión de Cristo, continuada por la Iglesia.

Este año, en Uruguay, no tendremos en nuestras carteleras un afiche que nos recuerde la Jornada Mundial de las Misiones ni se distribuirán sobres para la colecta, debido a que todavía no ha sido efectivo el nombramiento de un nuevo Director Nacional de OMP.

Esta carta quiere recordar a todas las comunidades nuestra responsabilidad misionera universal; más aún, en un contexto mundial complejo y desafiante, donde muchos de los misioneros y misioneras desarrollan su servicio en situaciones de extrema necesidad y riesgo.

Por eso los exhorto a redoblar los esfuerzos de animación misionera en cada comunidad, especialmente a través de la oración, proponiendo espacios comunitarios y grupales, adoración eucarística, rosario misionero, a través de la predicación, etc.

Especialmente, recuerdo a los párrocos y responsables de comunidades parroquiales, capillas y centros pastorales, que las colectas de las celebraciones realizadas en los días 22 y 23 de octubre se destinan íntegramente a las misiones, debiéndose enviar a las respectivas curias diocesanas a través de los mecanismos previstos por cada diócesis. Esta colecta se destinará, como cada año, al fondo universal misionero.

A los Directivos de Colegios y Centros educativos, les recuerdo promover en el mes de octubre la realización de acciones solidarias para la misión. Lo recaudado por los más jóvenes misioneros se destina a financiar proyectos a favor de los niños a través de la Pontificia Obra de la Infancia Misionera. De la misma manera, los recursos deben ser entregados a las respectivas curias diocesanas, indicando su procedencia, para que pueda asignarse al fondo correspondiente.

Junto al Papa, los Obispos agradecemos la generosidad de todos los bautizados, que nos permite, aun desde nuestras necesidades y pobrezas, responder al mandato misionero de Jesús.

Invocando el amparo de María santísima, primera misionera, sobre todos nosotros, me despido augurándoles una fructífera Jornada Misionera. Los bendice de corazón,

+ Hermes Garín
Obispo auxiliar emérito de Canelones
Presidente del Departamento de Misiones de la CEU.