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«Effatá´- ábrete. Hacia una reconfiguración pastoral»: Nueva Carta Pastoral de Mons. Fajardo

By 08/03/2019No Comments

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El 6 de marzo, Miércoles de Ceniza, día en que el Calendario Litúrgico marca el comienzo de la Cuaresma (preparación a la Pascua), el Obispo de San José de Mayo, Mons. Arturo Fajardo,  presentó la Carta Pastoral “`Effatá, ábrete. Hacia una Reconfiguración pastoral”.

Mons. Fajardo aporta esta nueva Carta Pastoral tras cumplir 11 años de su servicio como Obispo. En el documento, que consta de 23 páginas, el Pastor hace un repaso de las actividades de la Diócesis en estos años y plantea “poner todo en clave de misión”, al tiempo que propone el concepto de “reconfiguración pastoral”.

La Carta Pastoral ( carta firmada por el Obispo, dirigida a la comunidad diocesana, conteniendo reflexiones pastorales) incluye una introducción y varios títulos. El cometido de la misma reside en procurar “iniciar con la ayuda del Señor, procesos de conversión personal y pastoral, involucrando a toda la comunidad diocesana sin prisa y sin pausa”. “En esta carta deseo compartir alegrías y preocupaciones, y principalmente, iniciar juntos un tiempo de discernimiento, que comienza en este tiempo de Cuaresma en preparación a la Pascua”, explicita Mons. Fajardo. “Todos estamos invitados a aportar desde nuestro carisma y nuestros dones”, subraya.

Al comienzo del texto Mons. Fajardo agradece a los que trabajan al “servicio del Evangelio” y “a todos aquellos con quienes, sin compartir la fe, nos esforzamos en la construcción de nuestra sociedad”.

Asimismo, plantea algunos desafíos: “¿Cómo evangelizar?, ¿cómo llevar al encuentro con Cristo?, ¿cómo hacer la misión?, ¿cómo iniciar en la vida cristiana?, ¿cómo comunicar la gracia, la alegría, la fascinación del encuentro con Cristo a tantos hermanos nuestros?”. Reconociendo que los recursos materiales y humanos son limitados el Pastor anima a encontrar “la forma de saciar el hambre de pan y de sentido de todos los que vivimos en el desierto humano, que muchas veces es lugar de sin sentido, de soledad, de tristeza, de injusticia y de violencia”.

Cuando inició su ministerio en la Diócesis, el Obispo propuso tres verbos para animar el proyecto evangelizador fue en 2008 en su primera Carta Pastoral: “Revisar, Reencantar y Reencauzar”. A estas palabras, que siempre son actuales,  agrega que “siempre debemos reencantarnos con el Señor, salir de Emaús, la cotidianeidad gris, el `siempre se hizo así´”.

El texto propone “un camino posible para reencauzar, encontrar un cauce común en la línea de la conversión pastoral, una vuelta a lo esencial, tratando de purificar aquellas estructuras que son caducas. Se trata de reconfigurar la vida diocesana con sus riquezas y fragilidades para poner todo al servicio de la misión”, en continuidad del proyecto de la Misión Diocesana, inspirado en las Santas Misiones Populares. “La Iglesia existe para la misión, más aún, la Iglesia no tiene una misión, sino que la misión tiene una Iglesia”, manifiesta Mons. Fajardo en relación con la “razón de ser de la Iglesia”.

UNA REALIDAD QUE NOS DESAFÍA

Más adelante el Obispo de San José de Mayo reflexiona sobre la realidad  y centra su reflexión en el documento que presentaron en abril de 2018 los Obispos del Uruguay titulado: “Construyendo puentes de fraternidad en una sociedad fragmentada”. “El material fue elaborado como un aporte a la reflexión, no solo eclesial, sino de la población en general, con una repercusión, en general, positiva”, asegura, y añade la transcripción de un extracto del mismo que invita a releer.

UN TEXTO PARA MEDITAR, UNA IMAGEN PARA CONTEMPLAR

Bajo este título Mons. Fajardo propone “meditar” sobre un texto bíblico y “contemplar” la imagen que acompaña la tapa del documento, diseño del artista plástico Michel Prince. El texto bíblico elegido es el de Marcos 7, capítulos 31 al 37, donde se narra la curación de Jesús a un sordomudo. Para poder “leerlo y releerlo” el Obispo propone el método de la Lectio Divina.

EL ENCUENTRO CON JESUCRISTO A PARTIR DE LA PALABRA

En el análisis del citado texto del Evangelio el Obispo se detiene en tres gestos del “relato de curación” de Jesús: “primero el tocar las orejas y la lengua del enfermo, el segundo la mirada que se dirige al cielo, y, por último, la expresión en voz alta: `Effatá´”.

Sobre el término “Effatá”, el texto explica su origen del idioma arameo: “La lengua que hablaba Jesús” y se puede traducir como “¡Ábrete!”. “Jesús abre algo más que los oídos de este enfermo, abre su corazón. El Señor viene a abrir nuestros corazones”, escribe el Obispo y cita a Benedicto XVI que en el Ángelus del 9 de setiembre de 2012  hizo una reflexión sobre este texto: «`Effatá´ —`ábrete´— resume en sí toda la misión de Cristo. Él se hizo hombre para que el hombre, que por el pecado se volvió interiormente sordo y mudo, sea capaz de escuchar la voz de Dios, la voz del Amor que habla a su corazón, y de esta manera aprenda a su vez a hablar el lenguaje del amor, a comunicarse con Dios y con los demás”.

LA IGLESIA TIENDA DEL ENCUENTRO

“Como Iglesia también somos enviados a curar, a tocar los dolores y las enfermedades, estando cerca de los que sufren no solo corporalmente, sino de los que han perdido la alegría o necesitan el abrazo de un hermano, ese gesto tan sanador”, tarea que involucra a los ministros ordenados, a todos los fieles ”cada uno en su campo de acción”, también aquellas personas ancianas y enfermas que “ya no sienten que la fuerza les alcance para la misión, pueden sostener a otros con su oración”, afirma el Obispo.

“La Iglesia, constituida por miembros frágiles, debe confiar siempre en la cercanía de Dios que está dispuesto a sanarla cada vez que lo necesite”, agrega.

LA CERCANÍA DE DIOS EN LOS SACRAMENTOS

En los Evangelios se narran diferentes episodios de curaciones por parte de Jesús, donde “toca” a quienes necesitan ser sanados. “Jesús tocaba a los que quería comunicar su fuerza salvadora” expone el Pastor y recuerda que  tocó al sordomudo, al leproso (Mt 8, 3), a los ciegos (Mt 9, 29), impuso las manos a los niños y los abrazó (Mc 10,13). A la suegra de Pedro “le tocó la mano y la fiebre la dejó” (Mt 8, 15). A la niña del jefe de la sinagoga “le tomó de la mano y ésta se levantó” (Mt 9, 25), entre otros relatos. “Ahora la Iglesia, con sus Sacramentos, continúa esa acción de Cristo con el mismo lenguaje de cercanía corporal”, expresa el Obispo.

El rito del “Effatá” es uno de los signos utilizado en el Bautismo de los nuevos cristianos, en el que el ministro toca con el dedo los oídos y la boca del bautizado, señala Mons. Fajardo y puntualiza: “El Señor Jesús, que hizo oír a los sordos y hablar a los mudos, te permita, muy pronto, escuchar su Palabra y profesar la fe para gloria y alabanza de Dios Padre”.

“Un cristiano ha de tener abiertos los oídos para escuchar y los labios para hablar”, dice el Obispo y pone de ejemplo una vieja enseñanza hebrea “midrash”, que ha citado en otras oportunidades y que expresa “…Dios nos regaló dos oídos y una boca para poder escuchar el doble de lo que hablamos”.  «El Señor habrá obrado el milagro cuando escuchemos incluso a los que no nos quieren y, estando de acuerdo o no con lo que nos dicen, podamos respetarlos, dialogar y descubrir en ellos la presencia de un Dios cercano que nos invita a estar unidos”, expone el Obispo.

En esta dinámica de diálogo y tolerancia pone el ejemplo del gesto del “saludo de paz” en la celebración de la Santa Misa, “antes de ir a comulgar, el darnos el saludo de la paz con los que tenemos al lado, es un ejercicio de fraternidad”, en ese momento saludamos sin importarnos la simpatía o antipatía, lo cercanos o no que estemos». “¿Quiénes somos nosotros para hacer discriminaciones humillantes?”, se pregunta.

LA IGLESIA DE SAN JOSÉ Y FLORES: PUEBLO DE DIOS EN CAMINO

En este capítulo de la Carta, Mons. Fajardo hace un repaso de la historia de la Diócesis “Pueblo de Dios en camino”. La Diócesis de San José de Mayo fue eregida  por mandato de Pío XII en el año 1955,   y en 1956 recibe a Mons. Luis Baccino, primer Obispo, desprendiéndose de la Arquidiócesis de Montevideo.

Mirando la historia de esta Diócesis el Obispo cita al Papa Francisco, cuando se dirigía a un grupo de docentes de historia, les decía “…no debemos mirar el pasado añorando glorias o criticando errores. Debemos contemplar con corazón agradecido, ya que, por esa comunidad viva aquí en nuestros departamentos, en nuestro país, hemos recibido el don de la fe. Aprendemos de los aciertos y también de los errores. Somos producto de la historia y a la vez constructores de la misma”.

“Cada uno recuerda con cariño a aquellos por quienes recibió la fe, familiares, catequistas, sacerdotes, religiosos y religiosas. Pero también como Iglesia debemos contemplar nuestra historia diocesana, que con 60 años ha dado pasos y ha crecido como familia”, señala el Obispo, al tiempo que repasa los aspectos relevantes de cada uno de los Obispos diocesanos que pastorearon la Diócesis: Mons. Luis Baccino (1957-1975), Mons. Herbé Seijas (1975-1983) y Mons. Pablo Galimberti (1984-2006)”.

“En estos últimos años, seguimos juntos construyendo nuestra historia, revisando, reencantando y reencauzando nuestra vida pastoral y comunitaria. Tratamos de crecer como Iglesia misionera, compartiendo con nuestros vecinos la alegría que nos da la presencia del Señor en nuestras vidas. Ahora, como Iglesia que siempre precisa de restauraciones y arreglos, en el camino que vamos haciendo, nos planteamos el desafío de pensar una “Reconfiguración Pastoral”, afirma.

PONER TODO AL SERVICIO DE LA MISIÓN

Hay varias acepciones del término “reconfiguración” que el Obispo cita y hace hincapié en el profundo sentido de esta expresión para los cristianos: “Hablar de configuración expresa una realidad importante, un vínculo de unión con Cristo en el que desde el Bautismo somos imagen suya. Hablar de reconfiguración pastoral es poner a Cristo en el centro de nuestra vida y de nuestras actividades. Configurarnos con Él, conformarnos con Él, tomar su figura, tomar su forma, elegir su estilo”.

La finalidad de la reconfiguración pastoral es “poner todo lo que somos y tenemos al servicio de la misión”, enfatiza.

Luego, Mons. Fajardo señala algunas “intuiciones para la reconfiguración pastoral”:

• Citando al Papa Francisco en la EG (Evangelii Gaudium) dice: “La Iglesia no crece por proselitismo sino ‘por atracción’”.

• El Papa San Pablo IV en Exhortación Apostólica Evangelii Nuntiandi expresó: “Evangelizar siempre es una “dulce y confortadora alegría”. Es compartir con los que nos rodean que hay alguien con nosotros que le puso sabor a nuestras vidas, que nos regala alegría aún en las dificultades cotidianas y nos anima a salir al servicio de los que nos necesitan. Pero no siempre es fácil expresarlo.

• En la comunidad eclesial tenemos distintas actividades que tratan de ser evangelizadoras, pero, como todo, deben actualizarse, ponerse al día, recibir aire que las renueve. Incluso encontrar nuevos lenguajes que todos puedan entender. Es bueno, por lo tanto, que nos preguntemos: ¿Cómo hacer mejor lo que hacemos? ¿Cómo animar a otros a conocer a Jesús? ¿Cómo ayudarlos a iniciarse en un camino de fe? ¿Cómo gestar la comunidad cristiana?

• La Iglesia ejerce la misión profética mediante el anuncio misionero, la catequesis, la educación católica, la pastoral juvenil, etc. Todos evangelizando a todos, ese debería ser nuestro norte.

En otro pasaje de la Carta Pastoral enumera algunas realidades de evangelización en la Diócesis, desafíos y propuestas: “Los invito a valorar todas las instancias de encuentro celebrativas y de formación, estas enriquecen nuestras experiencias comunitarias”, expresa. En este sentido destaca los aportes en el ámbito de los medios de comunicación, la catequesis, la Pastoral Juvenil, la educación, en las vocaciones y en el servicio social.

CONCLUSIÓN

En su conclusión, Mons. Fajardo expresa algunas posibles líneas de acción y propuestas, pero agrega que espera no “agotar todos los temas, sino enumerar algunas intuiciones que considero importantes y que constituyen un punto de partida”, e invita a hacer aportes y reflexiones sobre los aspectos mencionados en la Carta.

Al final de la Carta Pastoral el Obispo repasa algunos eventos que se desarrollarán este año: en 2019 el Papa Francisco propone para el mes de octubre un mes extraordinario misionero, en noviembre, como Iglesia uruguaya, nos consagraremos a la Santísima Virgen María, Nuestra Señora de los Treinta y Tres en su Santuario en Florida, preparándonos al V Congreso Eucarístico Nacional que se llevará a cabo en octubre del año 2020 en la Arquidiócesis de Montevideo».

En la última página de la Carta Pastoral el Obispo propone rezar personal y comunitariamente una oración, que será distribuida en todas las comunidades.

La Carta Pastoral puede descargarse en este enlace: http://diocesisdesanjosedemayo.org/wp-content/uploads/2019/03/carta-pastoral_EFFATA_2019.pdf

En base a http://diocesisdesanjosedemayo.org/effata-abrete-desafio-de-la-reconfiguracion-pastoral-del-obispo-de-san-jose-de-mayo-mons-arturo-fajardo/