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Mons. Sturla, Mons. Collazzi y Mons. Tróccoli en los 50 años del Juan XXIII

By 06/11/2014noviembre 13th, 2014No Comments

juan

El Instituto Juan XXIII celebró sus cincuenta años de vida con una eucaristía en el patio, presidida por el Arzobispo de Montevideo, Mons. Daniel Sturla, y concelebrada por Mons. Milton Tróccoli, Obispo Auxiliar de Montevideo (exalumno del centro de estudios), Mons. Carlos Collazzi, Obispo de Mercedes y el Inspector de los Salesianos de Don Bosco, P. Néstor Castell.

Para la Familia Salesiana, el patio de una obra es un lugar de encuentro y alegría, de juegos y de diálogo espontáneo, donde se evangeliza y se comparte la vida. Ese lugar tan especial, también para la historia y presente del Instituto Juan XXIII, fue el escenario de la fiesta donde este preuniversitario celebró sus primeros 50 años.

El patio del encuentro

La ceremonia comenzó a las 20 horas del viernes 24 de octubre, con la llegada de los cientos de alumnos, educadores, padres y exalumnos que están vinculados al Juan XXIII. Sobre cada una de las sillas que cubrían el patio de hormigón, había un librillo de cantos y una bolsita con semillas que tendría protagonismo en el correr de la noche.

Luego de la bienvenida a cargo del Padre Director, José Luis Morillo sdb, se dio lugar a la eucaristía. El P. Morillo, que además de director fue alumno del Juan XXIII en los años 70; contó que hoy encuentra al colegio mucho más maduro, con varios educadores exalumnos y una gran identidad con la propuesta educativa. Además dijo que a diferencia de aquel entonces, hoy los jóvenes se acercan a él y a los otros sacerdotes de forma espontánea para recibir el sacramento de la reconciliación o conversar sus dudas e inquietudes. Subrayó que diariamente confiesa a 2 o 3 alumnos.

Pasado y futuro

“Para la comunidad educativa, los 50 años son ante todo una expresión de agradecimiento a todos los salesianos y laicos que a lo largo de estos años han construido lo que hoy es el Juan XXIII. Es una institución salesiana reconocida a nivel educativo, que ha dado más de 15 mil exalumnos que están esparcidos por el mundo y en todos los ámbitos de la sociedad; con el deseo y la responsabilidad de que se transformen en agentes de cambio, o sea que puedan dejar mejor el pedacito de mundo en el que viven”, destacó sobre el motivo de la fiesta.

Augurando continuar y profundizar la tarea educativa de cara a los próximos 50 años, el P. Morillo identificó dos desafíos del Juan XXIII de cara al futuro: hacia dentro, “consolidar procesos educativos interdisciplinarios en lo que tiene que ver con la evangelización del curriculum” y hacia afuera, “que el joven al desarrollar todas sus capacidades y descubriendo que ha tenido oportunidades que otros no tienen, sienta la responsabilidad de crear oportunidades, transformándose en agente de cambio en la sociedad como exalumno”.

Servicios y gratitudes

Luego de unas palabras del Arzobispo, se proyectó un breve audiovisual donde algunos exalumnos, contaron su experiencia de apostolado. Entre otras cosas, una joven destacó la importancia que tiene para ella la recorrida por los barrios de los niños y el diálogo con sus familias, como uno de los puntales que motivan su servicio cada fin de semana. En 4° año los alumnos del instituto que lo desean, realizan un apostolado una vez por mes, los de 5º año dos veces al mes y ya en 6° año, acompañan todos los sábados un oratorio salesiano en la Diaconía del barrio Maracaná.

Una serie de caricaturas enmarcadas en uno de los corredores del lugar, ilustra entre otros a Mons. Sturla, quien fue alumno y posteriormente director del centro, ya como sacerdote salesiano. También está presente una caricatura del P. Félix Bruno SDB, quien es uno de los personajes más queridos del Juan XXIII, y a sus 93 años ha estado 41 primaveras en esa comunidad, acompañando a los jóvenes que pasan por el instituto.

Desde 1964

En el momento de acción de gracias, matrimonios y profesionales que se formaron en el Juan XXIII, dejaron como ofrenda un cesto con frutas a su paso por el altar, signo de la cosecha abundante que el instituto produjo en este tiempo de vida. En ese mismo marco, un grupo de exalumnos pasó una canasta a los presentes, que debían rellenar con las semillas que encontraron en su asiento. La idea era “sembrar los próximos 50 años del Juan, de los cuales todos formamos parte”; comentó Morillo.

Sobre uno de los altos muros, se proyectó luego un excelente audiovisual donde se hizo un racconto de la historia del preuniversitario: desde sus comienzos allá por 1964, pasando por la época del gobierno de facto, la vuelta a la democracia, la incorporación de mujeres al alumnado y la creación de actividades de extensión y oratorios.

Luego, el escenario volvió a iluminarse, tenuemente de violeta, para recibir a un grupo de alumnos y exalumnos de orientación artística que desarrollaron un acto teatral, ideado junto a sus docentes, que dio fin a la celebración.

Crónica de  Emiliano del Puerto, publicada en el Quincenario «Entre Todos»