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Mons. Rodolfo Wirz invita en esta Pascua a emprender “la vuelta a casa…que dura toda la vida”

By 18/04/2014abril 25th, 2014No Comments

wirz
En su Mensaje para la Pascua 2014, el Obispo de Maldonado, Mons. Rodolfo Wirz, invita a “una VUELTA A CASA, al HOGAR definitivo, al calor de la FRATERNIDAD, a la REALIDAD INCONMOVIBLE de la MISERICORDIA  Y TERNURA de DIOS, que tanto necesitamos todos con urgencia. Es el retorno a una VIDA QUE PERDURA”.  

El Pastor enfatiza que “esta VUELTA A CASA tiene un nombre: JESUCRISTO, el RESUCITADO, no sólo un ejemplo de solidaridad humana sino una invitación del mismo Dios a vivir y profesar la fe en una VIDA NUEVA Y ETERNA que ÉL hace realidad”. “Así en frío, tal vez no nos convenza o no agregue algo a nuestras dudas y rutina diaria. Pero el ofrecimiento de su vida y su mensaje es capaz de transformar nuestro corazón, para conocer, sentir y vivir con más confianza en nuestro camino”, asevera Mons. Wirz.

“La VUELTA A CASA es el AMOR de DIOS que se manifiesta en su HIJO inocente clavado en la CRUZ, que se entrega  por nosotros y luego el RESUCITADO en la PASCUA. Así lo recordamos y celebramos en esta SEMANA SANTA y a lo largo de la vida. Sólo con Él podemos pasar de la MISERIA  humana con tantos nombres  (accidentes, violencia, discriminación, conflictos, indigencia, trata de personas, narcotráfico, abortos, etc.) a una VUELTA A CASA para todos”, subraya el Obispo.

En su mensaje, Mons. Wirz reconoce “tantos gestos de solidaridad, iniciativas valientes, decisiones oportunas, presencia entre los más olvidados, compromisos competentes y coherentes, medios de comunicación que multiplican buenas noticias…” como “algunas de tantas realidades que ayudan a esta VUELTA  A CASA”.

MENSAJE PASCUAL A LA COMUNIDAD  DIOCESANA

 EN MALDONADO Y ROCHA 2014

LA VUELTA A CASA …QUE DURA TODA LA VIDA

Entre las actividades tan “surtidas” en esta SEMANA, caracterizada por nombres tan diversos, los cristianos llamamos la atención sobre una realidad que no nos deja indiferentes. Por los caminos de la historia y de nuestra condición humana, nos confrontamos con el futuro inevitable: MORIMOS o VIVIMOS para siempre. Tal vez postergamos y no nos planteamos esta desnuda realidad, pero a nuestro alrededor, comprobamos en la convivencia y crónica diaria un anticipo de lo que nos pasará.

Como pastor entre Uds. en estos ya casi 30 años, les quiero recordar y actualizar una VUELTA A CASA, a la corta o a la larga, que nos recuerda esta SEMANA.

La VUELTA A CASA a la que me refiero abarca no sólo a los que pasaron días afuera en el turismo o gozaron con espectáculos y encuentros diversos, sino también a aquellos que se quedaron por motivos económicos, laborales, familiares, de edad o enfermedad. Es la VUELTA A CASA tanto de los que en esta semana participamos en las celebraciones litúrgicas o ratos de oración personal como de los que por los motivos muy variados han estado ajenos. ¿A qué me refiero?

Es la invitación a una VUELTA A CASA, al HOGAR definitivo, al calor de la FRATERNIDAD, a la REALIDAD INCONMOVIBLE de la MISERICORDIA  Y TERNURA de DIOS, que tanto necesitamos todos con urgencia. Es el retorno a una VIDA QUE PERDURA.

Esta VUELTA A CASA tiene un nombre: JESUCRISTO, el RESUCITADO, no sólo un ejemplo de solidaridad humana sino una invitación del mismo Dios, a vivir y profesar la fe en una  VIDA NUEVA Y ETERNA que ÉL hace realidad. Así en frío, tal vez no nos convenza o no agregue algo a nuestras dudas y rutina diaria. Pero el ofrecimiento de su vida y su mensaje es capaz de transformar nuestro corazón, para conocer, sentir y vivir con más confianza en nuestro camino.

La VUELTA A CASA es el AMOR de DIOS que se manifiesta en su HIJO inocente clavado en la CRUZ, que se entrega  por nosotros y luego el RESUCITADO en la PASCUA. Así lo recordamos y celebramos en esta SEMANA SANTA y a lo largo de la vida. Sólo con Él podemos pasar de la MISERIA  humana con tantos nombres  (accidentes, violencia, discriminación, conflictos, indigencia, trata de personas, narcotráfico, abortos, etc.) a una VUELTA A CASA para todos. ¡Quien ha sentido en carne propia algo de lo que aquí menciono comprenderá mejor lo que escribo!.

A su vez, tantos gestos de solidaridad, iniciativas valientes, decisiones oportunas, presencia entre los más olvidados, compromisos competentes y coherentes, medios de comunicación que multiplican buenas noticias, etc., son algunas de tantas realidades que ayudan a esta VUELTA  A CASA.

¡ QUE EL SEÑOR RESUCITADO, CRISTO JESUS, NOS ACOMPAÑE CADA DÍA EN ESTA VUELTA A CASA, LA DE TODOS Y DE TODOS LOS DIAS, LLENA DE MISERICORDIA Y TERNURA PARA SIEMPRE ! ¡MUY FELICES PASCUAS!

                                                                                    + Rodolfo Wirz
Obispo