Skip to main content
Noticeu

Mons. Pablo Galimberti advierte sobre «Identidad sexual agitada»

By 26/10/2017octubre 27th, 2017No Comments

Pablo-Galimberti3

El Obispo de Salto, Mons. Pablo Galimberti, dedica su columna de esta semana en el Diario “Cambio” a la teoría de género.

El Obispo alerta sobre las confusiones, las disgregaciones y fragmentaciones que genera en una sociedad y en las personas una ideología “completamente desenganchada de la realidad”.

“El género es un arma muy eficaz para desestabilizar las familias, porque sobre la base de una falta de igualdad, fruto de un feminismo mal entendido, pretende excluir al hombre de cualquier decisión en relación con la maternidad. El género es el preludio para hacer aprobar auténticos atentados sociales, como la ‘planificación familiar´, o sea, la práctica del aborto como medio de controlar los nacimientos, impuesta con la fuerza económica de los grandes organismos internacionales”, sostiene el Obispo.

 

IDENTIDAD SEXUAL AGITADA

Mons. Pablo Galimberti

Voy a enfocar la relación entre el sexo, como rasgo biológico con que venimos al mundo. Y el género como la manera en que aceptamos, modificamos, construimos y desarrollamos nuestros vínculos.

En la actualidad esta relación para muchos resulta conflictiva y constituye una bandera de lucha social y política.

Voy a limitarme a dos artículos del psiquiatra francés Tony Anatrella, experto en estos asuntos, religioso jesuita y con experiencia clínica de 40 años. Estuvo en Milán para presentar sus últimos libros traducidos al italiano, “La teoría del género y el origen de la homosexualidad” y “El reino de Narciso”.

Anatrella sostiene que en el origen del “género” (gender) hay una gran mentira: pretender que la identidad sexual se puede cambiar según el gusto de cada uno, de acuerdo a una perspectiva imaginaria que no tiene en cuenta el dato biológico. Y esto implica un riesgo.

Existe el riesgo de poner las condiciones para una difusa inmadurez de la sociedad. Y si la sociedad se “infantiliza” (afirma Anatrella) se produce un repliegue, fragmentación o disgregación. Y la convivencia social se enreda. Crecen sueños de construir libertades pero se abre el camino contrario.

Según la teoría del género la razón es la siguiente. Si pretendemos construir la sociedad sobre la base de las pulsiones más elementales, sin tomar en cuenta la diferencia sexual masculino/femenino, fabricamos una ideología completamente desenganchada de la realidad. Y los daños causados por las ideologías en la historia son manifiestos.

El género es un arma muy eficaz para desestabilizar las familias, porque sobre la base de una falta de igualdad, fruto de un feminismo mal entendido, pretende excluir al hombre de cualquier decisión en relación con la maternidad. El género es el preludio para hacer aprobar auténticos atentados sociales, como la “planificación familiar”, o sea, la práctica del aborto como medio de controlar los nacimientos, impuesta con la fuerza económica de los grandes organismos internacionales.

Las teorías del “género” han logrado impresionar legislaciones de numerosos Estados occidentales. Esto muestra que el lobby cultural que lo sostiene es poderoso. A partir de los años 70 (en la huella de los movimientos feministas) se presenta como arma política e influye en legislaciones nacionales imponiéndose como instrumento opresivo. Cuando en el registro civil se borran los nombres se “padre” y “madre” (ocurrió en España y Canadá) se maltrata y se cumple una grave injusticia.

¿Puede volverse atrás en caso de estar viviendo esta situación? Jóvenes que tuvieron como modelo genitorial dos personas del mismo sexo están en riesgo de crecer con una identidad confusa. Su psiquismo está frente a un antinomia difícil de componer. Lo que afirmo, dice el psiquiatra Anatrella, no lo digo desde una posición ideológica sino construida desde observaciones.

Los postulados de esta ideología reducen todo a un cliché. No se tolera ninguna instancia reflexiva. No se tolera ningún discernimiento, la psicología masculina se confunde con la femenina y se atribuyen las mismas características a todas las formas de atracción sentimental. La sociedad no debe más organizarse en torno a la diferencia sexual sino que debe reconocer todas las orientaciones sexuales de los seres humanos.