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Mons. Cotugno ordenó dos Diáconos Permanentes

By 23/08/2013agosto 30th, 2013No Comments

El pasado sábado 10 de agosto, fiesta de San Lorenzo, patrono de los diáconos, el Arzobispo de Montevideo,Mons. Nicolás Cotugno, presidió la eucaristía en la cual fueron ordenados como Diáconos Permanentes: Eduardo Merlano y Marcelo Giménez.

Dos caminos para servir

Ambos surgieron de dos zonas diferentes de nuestro Montevideo. Eduardo participa en la Comunidad de San José Obrero en las proximidades del Mercado Modelo, dentro de Zona 8. En Marcelo la vocación surge viviendo la experiencia eclesial en la Costa Oeste de la ciudad, en la Playa de La Colorada cerca de Pajas Blancas en Zona 4.

La cita era a las cinco de la tarde, y a esa hora nuestra Catedral estaba plena de feligreses, cuando ellos se ubicaron junto a sus familias para iniciar la liturgia eucarística.

Las lecturas fueron leídas por dos integrantes de la Comunidad de San José Obrero, Álvaro y Enoemia y la última por uno de los hijos de Marcelo.

Culminado el Evangelio, el Obispo Auxiliar de Montevideo, Mons. Milton Tróccoli procedió a presentar al Arzobispo el pedido de ordenación. En la homilía, Mons. Cotugno hizo un análisis del servicio que cumplen los diáconos en la Iglesia, deteniéndose en varias experiencias que se están desarrollando en estos años.

Marcelo y Eduardo fueron interrogados acerca de la voluntad y disposición respecto al

ministerio que les sería concedido. También el Arzobispo interrogó sobre la aceptación y disposición a acompañarlo a sus esposas e hijos.

El gesto de imposición de manos

Luego de rezar las Letanías de los Santos, el Arzobispo, mediante el gesto de la imposición de las manos y la plegaria de ordenación diaconal, los constituyó en diáconos de la Iglesia. Dos hijos acercaron las estolas que los respectivos párrocos, el Padre Monetta y el Padre Peralta, les impusieron. Seguidamente, recibieron del Arzobispo el libro de los Evangelios y el abrazo paternal.

Los diáconos presentes se acercaron a los recién ordenados para darles la bienvenida y, posteriormente, los dos nuevos diáconos prepararon el altar para la liturgia Eucarística, y distribuyeron la comunión a los fieles.

Y al final de la Misa expresaron sus gracias al Señor, al Arzobispo, y a toda la comunidad por la gracia recibida.

Crónica publicada en el Quincenario “Entre Todos” N° 311