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Misa en acción de gracias por los nuevos santos y de despedida del Nuncio Apostólico

By 09/05/2014mayo 17th, 2014No Comments

Nuncio

El domingo 4 de mayo se celebró en la Catedral Metropolitana una Misa de acción de gracias por las canonizaciones de los Papas San Juan XXIII y San Juan Pablo II. La eucaristía tenía un significado añadido, dado que el Nuncio Apostólico en Uruguay, Mons. Anselmo Guido Pecorari, quien la presidió,  se despedía oficialmente, por su parte, de la feligresía del país, tras ser nombrado por el Papa Francisco Nuncio Apostólico en Bulgaria.

Concelebraron la eucaristía el Arzobispo de Montevideo, Mons. Daniel Sturla, y el Obispo de Minas, Mons. Jaime Fuentes. El Nuncio bendijo finalmente una placa preparada por la comunidad polaca para ser instalada en el monumento a Juan Pablo II, en Tres Cruces.

Fiesta y despedida

Apenas comenzada la misa, el Arzobispo de Montevideo expresó su gratitud por la presencia de la comunidad católica polaca en el Uruguay, quienes asistieron acompañados de banderas de su país y de la imagen de la Reina de Polonia, la Virgen Negra de Częstochowa. Manifestó su gratitud, también, por el servicio que el Nuncio ha prestado durante estos seis años ante la iglesia nacional y ante el gobierno uruguayo, por lo cual, señaló, esta celebración adquiere también un tono de despedida. Mons. Sturla recordó la relación personal del Nuncio con San Juan Pablo II, y, de alguna manera la relación que tendrá, asimismo, con San Juan XXIII, pues Bulgaria fue el primer destino diplomático de Angelo Roncalli, posteriormente Papa.

Gigantes

Mons. Pecorari se refirió a los papas canonizados como “dos gigantes por el influjo que han tenido en la vida de la Iglesia del siglo pasado”, “dos personalidades muy diversas entre sí, desde el punto de vista humano y en su dimensión espiritual, pero ambos están unidos en la santidad de vida, en el amor a la Iglesia y a todo el género humano”.

Recordó que Juan XXIII, de origen campesino, “ha sabido armonizar la tenacidad del labrador con el espíritu de apertura hacia la Iglesia y el mundo, guiado por su apertura interior a los impulsos del Espíritu Santo”. Por otra parte, Juan Pablo II, “la expresión más alta de Polonia”, ha guiado a la Iglesia como “una estrella luminosa en el mundo sacudido por acontecimientos de enormes resonancias históricas”. “Ha sabido estar en su casa en cualquier parte del mundo que él ha visitado… hasta los rincones más remotos”, subrayó.

El Nuncio recordó los dos viajes al Uruguay de Juan Pablo II y a Juan XXIII que proclamó a la Virgen de los 33 como Patrona de la Patria.

El Papa Francisco

Mons. Pecorari se refirió, asimismo, al Papa Francisco manifestando que es “verdaderamente el Pastor con olor a ovejas”, “el que mantiene sólida, vive y  firme la fe católica que hemos recibido desde hace más de dos mil años a través de la Sagrada Escritura, la Tradición de la Iglesia y el Magisterio. Él mantiene la ortodoxia de la fe, aún en la necesaria renovación e inculturación en las diversas situaciones que vive el mundo en el tiempo contemporáneo. Todos admiramos lo que él está haciendo por la Iglesia, y por la Iglesia en relación con el mundo.”

Pedro: el cambio radical

En relación con la lectura de los Hechos de los Apóstoles, el Nuncio señaló el cambio verificado en Pedro: “una persona que tenía muchísimo miedo, a una persona que anuncia con coraje, con fuerza con entusiasmo a Jesucristo. Todo esto nos dice que san Pedro ha tenido una experiencia muy fuerte que lo cambió radicalmente, la experiencia de encontrar a una persona que estaba muerta… encontrarla viviente, encontrarla resucitada”.

Al referirse a la narración de los discípulos “que van de Jerusalén a Emaús, discípulos desilusionados por la muerte de su maestro”, el Nuncio expresó que “poco a poco Jesús explica a esos dos discípulos el significado de la muerte en cruz en el misterio de la salvación, abre sus mentes y sus corazones […] y culmina su revelación manifestándose plenamente a ellos al partir el pan, una clara alusión a la eucaristía”. “También nosotros vamos por los caminos del mundo –añadió-, que para nosotros es el Uruguay, quizá con una fe muy débil, también nosotros nos dejamos abatir por la desilusión…”, señaló.

Jesús camina con nosotros

Mons. Pecorari manifestó que “en realidad Jesús nos invita a abrirnos paulatinamente al conocimiento de la Sagrada Escritura, de la Tradición y del Magisterio de la Iglesia. Él mismo nos hace comprender que debemos buscarlos siempre y sólo a él, y aunque no lo percibamos él camina siempre con nosotros en las pruebas, en el momento de dolor, en cada circunstancia de la vida. El Señor Jesús quiere que nuestra participación en la eucaristía sea un verdadero encuentro con él en la comunidad, un encuentro que exige todo el día, veinticuatro horas”.

Polonia y Montevideo en 3 de mayo

Mons. Pecorari señaló la coincidencia que une a la nación polaca con la Arquidiócesis de Montevideo el día 3 de mayo: en Polonia se celebra la fiesta de la Reina de Polonia, el mismo día en que se festeja la constitución de Polonia, la primera de Europa. Y la Arquidiócesis celebra en ese día a sus santos patronos: San Felipe y Santiago. Por eso el 3 de mayo era un día especialmente querido por Juan Pablo II, a quien el Nuncio pidió que “interceda desde el cielo junto a los santos Felipe y Santiago por todos los polacos de América Latina, por todos los fieles de esta arquidiócesis y por todos los que habitan en este querido país”.

Tomado de Quincenario «Entre Todos» Nº 329
 

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