El Obispo de San José y Presidente de la Comisión Nacional de Pastoral Juvenil de la CEU, Mons. Arturo Fajardo, contó su particular experiencia durante los días de la Jornada Mundial de la Juventud, donde participó como Obispo-catequista en tres Parroquias de Río y tuvo que permanecer algunos días internado en el Hospital Samaritano de Río de Janeiro, luego de que se le diagnosticara una neumonía. El quebranto de salud de Mons. Fajardo le impidió participar de los actos centrales de la JMJ.
“La Jornada la definiría como una fiesta de fe, como un encuentro con la universalidad de la Iglesia. Como saben, tuve algunas dificultades, un quebranto de salud que hizo que acompañara parte de esta Jornada desde el Hospital Samaritano, una experiencia llena de significado en lo particular. Donde tuve que seguir, casi todos los acontecimientos de la Jornada por TV”, expresa en su testimonio.
“Para mí fue muy linda la participación en las Catequesis. La primera fue en la Parroquia São Sebastião, el jueves en el Club dos Aliados Campestre, un complejo deportivo en la zona de Campo Grande, y el último día en la Capela Santuario das Almas en Niterói. El haber compartido esa experiencia con los jóvenes, escuchar sus preguntas y reflexiones, con un lenguaje sencillo y llano, habla de una iglesia joven que está dispuesta a ponerse en camino cuando se le hacen propuestas que despiertan su interés, acotó.
«La recepción de todo Río, cómo nos recibieron, cómo se alegraron a causa de esta fiesta y el asombro de una multitud que viviera de esta forma la Jornada, que no se produjera ningún conflicto, ninguna dificultad, a pesar de que se notó un cierto crujir de la organización, allí se pudo ver como los jóvenes con buena voluntad, como buenos peregrinos supieron enfrentar las dificultades, el frío, las colas, el problema del transporte. Los jóvenes sabían en lo que estaban, estaban en un encuentro de la fe y celebración”, puntualizó el obispo.
De su experiencia de internación en el Hospital Samaritano el Obispo destacó la buena atención del personal y la cordialidad de todo el personal.
“De este tiempo en el Hospital destaco la atención de la gente, que me recibieron y me cuidaron durante esos días. Me asombró mucho que el último día todos los enfermeros del piso en el que estaba vinieron a pedirme la bendición. Compartimos con ellos la vivencia y escuchaba sus comentarios sobre esta Jornada y sobre todo la presencia del Papa. Lo que los jóvenes vivían en Río para mí fue muy motivador, fue una experiencia fuerte de fe, tan lejos, internado, y sin embrago acompañado y vivenciando este acontecimiento de la fe expresado en tantos jóvenes del mundo”, aseveró.
Luego de haber llegado al Uruguay, Mons. Fajardo mantuvo un tiempo de reposo absoluto y tratamiento con antibióticos en el Obispado de San José, en un régimen de internación domiciliaria y fue dado de alta el lunes 5 de agosto, motivo por el cual no pudo asistir a la Reunión de Obispos de la CEU en Florida y al encuentro de obispos-presbíteros.
Mons. Fajardo agradece mucho la oración, el afecto y el interés por su salud, expresados de muchas formas.