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En el Verdún el Cardenal Sturla llamó a “no quedarnos pachorrientos, siendo cristianos a medias”

By 24/04/2015abril 30th, 2015No Comments

verdun todos

Hay quienes vivieron en primera persona la multitudinaria visita (unos 100.000) que recibió la Virgen del Verdún en su Fiesta el pasado Domingo 19 de abril. Otros pudieron vivirla a través de los medios de comunicación que se hicieron eco de la fiesta, dando cuenta de la Misa presidida por el Cardenal Daniel Sturla y concelebrada por el Obispo anfitrión, Mons. Jaime Fuentes, y otros hermanos del episcopado: o poniéndole el micrófono a numerosos testimonios de feligreses que acudieron a pedir, agradecer o simplemente saludar a la Madre de todos. Pero entre tantos y tantos testimonios, hay uno que Mons. Fuentes recogió en su blog como apenas una muestra de tantas “expresiones de fe de la gente”, del “clima de serena alegría que vivimos” y de “tan fuertes los testimonios de amor a la Madre de Dios”.

En su post, el Obispo de Minas destacó, asimismo, la Misa presidida por el Cardenal, calificándola como “una maravilla: acción de gracias en estado puro, teologal, tan divina y humana a la vez”.

Por su parte, en su homilía, el Cardenal Sturla exhortó a vencer la incredulidad y a jugársela por Cristo. “Me quedo en el umbral de la Iglesia, a su sombra, pero no entro», señaló el Arzobispo de Montevideo aludiendo a la actitud más usual de los uruguayos. En contrapartida, el Pastor recordó a Nauman Masih “un joven cristiano, 15 años, que murió este miércoles pasado por decir que era cristiano, por no renegar de su fe… lo más grande que dijo la prensa fue que en los días que estuvo hospitalizado… perdonó a quienes lo prendieron fuego …”. “Eso es vida cristiana, hasta el heroísmo!!!¨, destacó.

El Cardenal Sturla afirmó ante miles de peregrinos, que “la Iglesia presente en todo el mundo, aún con los errores y pecados de sus hijos. es la expresión más alta de la bondad de Dios, del amor de Dios, de la preocupación de Dios por sus hijos.”

“¡¡¡No podemos remolonear más!!¡¡Cristo nos espera!!!”, dijo con vehemencia el Arzobispo de Montevideo. Refiriéndose al Evangelio del día, se hizo eco de lo dicho por Jesús a sus discipulos: “Ustedes son testigos de todo esto”, acotando “del amor de Dios, de la alegría del evangelio, de que junto a Él se encuentra la paz, se disipan las tinieblas, se vive llenos de sentidos”.

Al finalizar su homilía, el Cardenal encomendó a María las necesidades de la Iglesia y del mundo entero (…) a nuestros gobernantes, las próximas elecciones municipales (…) las vocaciones sacerdotales y religiosas.”

peregrinos

EL VERDUN EN UNA CARTA
Post de Mons. Jaime Fuentes

Los que no vinieron el Domingo al Verdún quieren saber cómo fue eso de que 100.000 personas hayan llegado a honrar a la Virgen… La verdad es que han sido tantas las expresiones de fe de la gente, tal el clima de serena alegría que vivimos, y tan fuertes los testimonios de amor a la Madre de Dios, que hacer una crónica me llevaría un tiempo del que no dispongo.

Pero un botón de muestra es la carta que reproduzco. Cuando terminaba la Misa celebrada por el Cardenal Sturla (fue una maravilla: acción de gracias en estado puro, teologal, tan divina y humana a la vez) una señora me la entregó en un sobre cerrado dirigido a la «Virgen del Verdún». Me dijo que otra señora, bastante mayor, le había pedido que me la diera.

Anoche abrí el sobre. Dentro, una hoja de cuaderno chico, con renglones, contenía el texto que fui descifrando con verdadera emoción. Para facilitar la lectura transcribo, con signos de puntuación, su contenido.

Confieso que esta mañana, en mi rato de oración, estuve leyéndola varias veces. Le pedí y le pido a la Virgen que me enseñe a rezar con la sencillez de esta madre y abuela.

¿Cómo es el Verdún? Es la fe y el amor de esta carta, multiplicada por ¿cuántos miles?

Querida Madre, Virgen del Verdún. Gracias por estar siempre cerca de mi esposo y de mis hijos. Lo primero que tengo que agradecerte es mi primer nietito, que está llegando a nuestras vidas: sea niña o varón, lo que Dios mande será bien recibido por todos; todos lo vamos a amar.

Quiero pedirte con cariño, con amor, pero más que nada con fe, que hables con Dios para que un milagro sea posible: que mi hija mayor pueda quedar embarazada. Ya hace 15 años que están casados esperando un hijo, lo que Dios mande. Ellos desean con mucho amor ser padres. Yo, su madre, todas las noches rezo con fe para que ese milagro se haga.

Virgencita, como todos los años, quiero pedirte que sigas iluminando a mi hijo, ayudándolo en los exámenes para que pueda recibirse pronto. Yo siempre te rezo, soy devota tuya y todos los años te llevo lo que puedo de dinero para colaborar con la pintada de tu hermosa imagen, que esté siempre iluminada.

 Gracias, Madre, por estar siempre iluminando y protegiéndolos, a mí, a mi esposo y a mis hijos. Si en algo, sin darme cuenta, te hemos ofendido, yo o mi familia, te pido perdón, madre, pero no te apartes nunca de nosotros.

Madre, te pido algo muy importante: que me ayudes con mis rodillas para que pueda subir siempre a rezarte. Gracias, Madre, por tu bendición, gracias.

Tu hija María, como vos, y familia, mi esposo y mis hijos.

Un detalle final: en el sobre, con la carta, venía un billete de quinientos pesos: puro Evangelio.

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