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El domingo 27 comienza el Adviento: ¿Cómo nos preparamos para la llegada de Jesús?

By 25/11/2016No Comments

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El Domingo 27 de Noviembre comienza el Adviento y junto con el mismo el Año Litúrgico. El Adviento es el período de cuatro semanas en que la Iglesia se prepara, en una actitud de esperanza y alegría, para celebrar el nacimiento de Jesucristo.

El color litúrgico de este tiempo es el morado que significa penitencia.

El tiempo de Adviento es un período privilegiado para los cristianos ya que nos invita a recordar el pasado, nos impulsa a vivir el presente y a preparar el futuro.

Esta es su triple finalidad:

Recordar el pasado: Celebrar y contemplar el nacimiento de Jesús en Belén. El Señor ya vino y nació en Belén. Esta fue su venida en la carne, lleno de humildad y pobreza. Vino como uno de nosotros, hombre entre los hombres. Esta fue su primera venida.

Vivir el presente: Se trata de vivir en el presente de nuestra vida diaria la «presencia de Jesucristo» en nosotros y, por nosotros, en el mundo. Vivir siempre vigilantes, caminando por los caminos del Señor, en la justicia y en el amor.

Preparar el futuro: Se trata de prepararnos para la Parusía o segunda venida de Jesucristo en la «majestad de su gloria». Entonces vendrá como Señor y como Juez de todas las naciones, y premiará con el Cielo a los que han creido en Él; vivido como hijos fieles del Padre y hermanos buenos de los demás. Esperamos su venida gloriosa que nos traerá la salvación y la vida eterna sin sufrimientos.

En el Evangelio, varias veces nos habla Jesucristo de la Parusía y nos dice que nadie sabe el día ni la hora en la que sucederá. Por esta razón, la Iglesia nos invita en el Adviento a prepararnos para este momento a través de la revisión y la proyección:

Aprovechando este tiempo para pensar en qué tan buenos hemos sido hasta ahora y lo que vamos a hacer para ser mejores que antes. Es importante saber hacer un alto en la vida para reflexionar acerca de nuestra vida espiritual y nuestra relación con Dios y con el prójimo. Todos los días podemos y debemos ser mejores.

En Adviento debemos hacer un plan para que no solo seamos buenos en Adviento sino siempre. Analizar qué es lo que más trabajo nos cuesta y hacer propósitos para evitar caer de nuevo en lo mismo. Este tiempo litúrgico está lleno de hermosas y de antiguas tradiciones únicas de nuestra fe, un momento ideal para inculcar el anhelo de Jesús a los niños de la familia, sobrinos, hijos de amigos…

Aquí presentamos cinco cosas fáciles que podemos hacer para vivir el adviento en familia y sacarle el máximo provecho

1. Ponga una corona de Adviento en su mesa de comedor y enciéndala cada noche para la cena.

No deje que esta tradición milenaria solamente se vea en la Iglesia el domingo. La corona simboliza algo más que las cuatro semanas de Adviento; las cuatro velas también pueden representar a los hombres que estuvieron en la tierra 4.000 años antes de que naciera el Salvador.

Los niños pueden turnarse para encender y soplar las velas. Solemos decir una breve oración como: “Ven, Señor Jesús, ven y nace en nuestros corazones”

2. Haga obras de misericordia para prepararse para el Salvador.

El Adviento es un tiempo de preparación, y todos tenemos maneras tangibles para prepararnos espiritualmente para el nacimiento de Jesús.

Ponga un pequeño pesebre en algún lugar de su casa o en el exterior, y cada vez que un miembro de la familia haga algo por el amor de Jesús, él o ella puede pone una hebra de heno en la cuna para poco a poco, ir construyendo la cuna del niño Jesús con los pequeños gestos de amor.

Es una bendición ver que el pesebre crece y luce y más completo para Jesús a medida que se acerca la Navidad.

No coloque al niño Jesús en el pesebre hasta la víspera de Navidad…

3. No se olvide de san Nicolás.

Su historia es el origen de muchas tradiciones, como el de colgar medias y esperar regalos. Él fue una persona real, un obispo durante una de las persecuciones romanas, y su fiesta se celebra el 6 de diciembre. A continuación puedes leer su historia: San Nicolás, Obispo. Patrón de los niños.

4. Hagan intercambios y sean “ángeles de Adviento” para los otros.

Anime a los niños a orar por la persona que le ha tocado para el intercambio, así como hacer buenas acciones secretas para ese “ángel de Adviento” durante toda la temporada.

En la víspera de Navidad, todo el mundo puede jugar a adivinar quién es su “ángel secreto” e intercambiar regalos. Esto ayuda a que la rivalidad entre hermanos se transforme en algo divertido.

5. Haga algo espiritual para sí mismo.

¿Puede usted añadir un breve tiempo de oración o lectura de la Biblia cada mañana durante el Adviento o tal vez un rosario todos los días? Esto podría convertirlo en un gran hábito que a la larga sería beneficioso para usted y los suyos.

Además, tome ventaja de cualquier evento en su parroquia. Ore para que la Navidad le traiga un nuevo celo y amor más profundo por Jesús en el próximo año.

 

 

CALENDARIO PARA EL ADVIENTO 

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Primer Domingo: 27 de noviembre

La vigilancia en espera de la venida del Señor. Durante esta primer semana las lecturas bíblicas y la predicación son una invitación con las palabras del Evangelio: «Velen y estén preparados, que no saben cuándo llegará el momento». Es importante que, como familia nos hagamos un propósito que nos permita avanzar en el camino hacia la Navidad; ¿qué te parece si nos proponemos revisar nuestras relaciones familiares? Como resultado deberemos buscar el perdón de quienes hemos ofendido y darlo a quienes nos hayan ofendido para comenzar el Adviento viviendo en un ambiente de armonía y amor familiar. Desde luego, esto deberá ser extensivo también a los demás grupos de personas con los que nos relacionamos diariamente, como la escuela, el trabajo, los vecinos, etc. Esta semana, en familia al igual que en cada comunidad parroquial, encenderemos la primer vela de la Corona de Adviento, color morada, como signo de vigilancia y deseos de conversión.

Segundo Domingo: 4 de diciembre

La conversión, nota predominante de la predicación de Juan Bautista. Durante la segunda semana, la liturgia nos invita a reflexionar con la exhortación del profeta Juan Bautista: «Preparen el camino, Jesús llega» y, ¿qué mejor manera de prepararlo que buscando ahora la reconciliación con Dios? En la semana anterior nos reconciliamos con las personas que nos rodean; como siguiente paso, la Iglesia nos invita a acudir al Sacramento de la Reconciliación (Confesión) que nos devuelve la amistad con Dios que habíamos perdido por el pecado. Encenderemos la segunda vela morada de la Corona de Adviento, como signo del proceso de conversión que estamos viviendo.

Durante esta semana puedes buscar en los diferentes templos que tienes cerca, los horarios de confesiones disponibles, para que cuando llegue la Navidad, estés bien preparado interiormente, uniéndote a Jesús y a los hermanos en la Eucaristía.

Tercer Domingo: 11 de diciembre

El testimonio, que María, la Madre del Señor, vive, sirviendo y ayudando al prójimo. Coincide este domingo con la celebración de la Virgen de Guadalupe, y precisamente la liturgia de Adviento nos invita a recordar la figura de María, que se prepara para ser la Madre de Jesús y que además está dispuesta a ayudar y servir a quien la necesita. El evangelio nos relata la visita de la Virgen a su prima Isabel y nos invita a repetir como ella: «Quién soy yo para que la madre de mi Señor venga a verme?.

Sabemos que María está siempre acompañando a sus hijos en la Iglesia, por lo que nos disponemos a vivir esta tercer semana de Adviento, meditando acerca del papel que la Virgen María desempeñó. Te proponemos que fomentes la devoción a María, rezando el Rosario en familia, uno de los elementos de las tradicionales posadas. Encendemos como signo de espera gozosa, la tercer vela, color rosa, de la Corona de Adviento.

Cuarto Domingo: 18 de diciembre

El anuncio del nacimiento de Jesús hecho a José y a María. Las lecturas bíblicas y la predicación, dirigen su mirada a la disposición de la Virgen María, ante el anuncio del nacimiento de su Hijo y nos invitan a «Aprender de María y aceptar a Cristo que es la Luz del Mundo». Como ya está tan próxima la Navidad, nos hemos reconciliado con Dios y con nuestros hermanos; ahora nos queda solamente esperar la gran fiesta. Como familia debemos vivir la armonía, la fraternidad y la alegría que esta cercana celebración representa. Todos los preparativos para la fiesta debieran vivirse en este ambiente, con el firme propósito de aceptar a Jesús en los corazones, las familias y las comunidades. Encendemos la cuarta vela color morada, de la Corona de Adviento.

LA CORONA DE ADVIENTO

La Corona de Adviento tiene su origen en una tradición pagana europea que consistía en prender velas durante el invierno para representar al fuego del dios sol, para que regresara con su luz y calor durante el invierno. Los primeros misioneros aprovecharon esta tradición para evangelizar a las personas. Partían de sus costumbres para enseñarles la fe católica. La corona está formada por una gran variedad de símbolos:

La forma circular

El círculo no tiene principio ni fin. Es señal del amor de Dios que es eterno, sin principio y sin fin, y también de nuestro amor a Dios y al prójimo que nunca debe de terminar.

Las ramas verdes

Verde es el color de esperanza y vida, y Dios quiere que esperemos su gracia, el perdón de los pecados y la gloria eterna al final de nuestras vidas. El anhelo más importante en nuestras vidas debe ser llegar a una unión más estrecha con Dios, nuestro Padre.

Las cuatro velas

Nos hace pensar en la obscuridad provocada por el pecado que ciega al hombre y lo aleja de Dios. Después de la primera caída del hombre, Dios fue dando poco a poco una esperanza de salvación que iluminó todo el universo como las velas la corona. Así como las tinieblas se disipan con cada vela que encendemos, los siglos se fueron iluminando con la cada vez más cercana llegada de Cristo a nuestro mundo.

Son cuatro velas las que se ponen en la corona y se prenden de una en una, durante los cuatro domingos de adviento al hacer la oración en familia.
Las manzanas rojas que adornan la corona representan los frutos del jardín del Edén con Adán y Eva que trajeron el pecado al mundo pero recibieron también la promesa del Salvador Universal.

El listón rojo representa nuestro amor a Dios y el amor de Dios que nos envuelve.

Los domingos de Adviento la familia o la comunidad se reúne en torno a la corona de adviento. Luego, se lee la Biblia y alguna meditación. La corona se puede llevar al templo para ser bendecida por el sacerdote.

Bendición de la Corona de Adviento

En algunas parroquias o colegios se organiza la bendición de las coronas de Adviento. Si no se pudo asistir a estas celebraciones, la puede llevar a cabo el papá o la mamá con la siguiente oración:

Señor Dios
bendice con tu poder nuestra Corona de Adviento para que, al encenderla,
despierte en nosotros el deseo de esperar la venida de Cristo
practicando las buenas obras, y para que así,
cuando Él llegue, seamos admitidos al Reino de los Cielos.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Todos: Amén.

 

En base a https://www.aciprensa.com/recursos/la-corona-de-adviento-1748/

http://es.catholic.net/op/articulos/18239/el-adviento-preparacin-para-la-navidad.html

http://es.aleteia.org/2015/12/07/5-consejos-para-aprovechar-el-adviento-al-maximo/