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«Dios nos envuelve en su misericordia, como hizo María con el Niño»: Cardenal Daniel Sturla en Nochebuena

By 29/12/2018No Comments
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F. CAFFA/ ICM

La Catedral estaba distinta el día de la Misa de Nochebuena. Al entrar se sentía cierto aire festivo, como corresponde a la celebración que tendría lugar minutos más tarde: junto al ambón había un arreglo de plantas y flores, como un desborde de vida. Y del otro lado del atrio, un almohadón albergaba la figura del Niño Jesús, que estaba bien a la vista de todos.

Presidió la celebración el Cardenal Daniel Sturla, Arzobispo de Montevideo. Lo hizo acompañado por el Obispo Auxiliar Mons Luis Eduardo González, el Nuncio Apostólico Mons. Martin Krebs, y el canciller arquidiocesano y párroco de la Matriz, el P. Juan González. Entre el público se destacaban muchas familias de extranjeros, entre residentes en esta nación y turistas. Tal como es característico en las grandes solemnidades, el coro acompañó con alegría y ceremonia.

El mensaje central del Card. Daniel Sturla en su homilía fue la necesidad de tener oídos atentos para escuchar a Dios, así como el don de la fe para creer y la fortaleza para salir a anunciarlo. Comenzó, por supuesto, con el deseo de que todos los presentes tuvieran una muy feliz noche santa y días de alegría.

Luego se preguntó cómo reaccionaría cada uno si estuviera en el lugar de los pastores y recibiera el anuncio por parte del ángel. “Ellos estaban despiertos, atentos, vigilantes, porque estaban cuidando sus rebaños. Todo el tiempo del Adviento nos venía preparando para que estuviéramos así”, destacó.

“Si hemos podido vivir el Adviento con cierta expectativa, esta noche nos dirá aún más a nosotros”, adelantó. Entonces se refirió a aquellos pocos que tienen el don del oído musical o el oído absoluto -dones de Dios- y aseguró que, en cambio, todos los hombres “tienen el don de encontrar a Dios”.

Lamentó que en Uruguay la cultura “muy secularizada ha atrofiado” esta sensibilidad y que eso impide muchas veces descubir al Dios que invita. Puso tres ejemplos: las voces que critican ferozmente a la Iglesia y no permiten sintonizar con el anuncio, algunos escándalos que llevan a cerrar los oídos a la novedad que ella puede traer; y una civilización del espectáculo que dificulta llegar a lo más profundo. “En esta noche santa nos tenemos que plantear si tenemos el ódio afinado, una actitud de espera y vigilante para escuchar el anuncio”, resumió.

Si esto sucede, quien tiene fe encontrará a un niño en un pesebre. Haciendo una analogía con la realidad actual, el Cardenal dijo que es como si el salvador naciera hoy en un ranchito en la periferia, en la pobreza más absoluta, algo que costaría creer. “Por eso, para poder sintonizar la voz de Dios, además de oídos atentos necesitamos los ojos de la fe. Para saber ver, en la fragilidad del niño, la fortaleza de Dios. En la pequeñez de este hijo de María, la grandeza e inmensidad del creador del universo. Este es el modo de Dios, ciertamente muy diferente a nuestros modos humanos de soberbia y poder (…). La salvación está dependiendo de esa familia que está en un establo, que tendrá que hiur al exilio en Egipto, que no tendrá tranquilidad en estos primeros días”.

El mensaje del Niño de Belén
Ante esta situación, cabrían dos actitudes: la de quien se decepciona ante el Niño y la de quien puede encontrar en él, con los ojos de la fe, el sentido más hondo de su vida y la luz capaz de llenar de claridad sus oscuridades.

“Así como María envolvió al Niño en pañales, Dios nos envuelve a nosotros en su misericordia. Este es el mensaje del Niño de Belén: el amor de Dios que se muestra poderoso para salvarnos, rescatarnos y redimirnos. En su pobreza, este niño nos abre a la riqueza infinita del amor de Dios”, sintetizó.

A continuación pidió tener, además, la fuerza para ser testigos. “Si estamos aquí es porque, como los pastores, hemos hecho caso a la voz que nos llamaba a contemplar y adorar al Niño de Belén y participar de la Eucaristía. Que sepamos ser trasmisores de esta alegría de la Navidad, para llevar a todos el cántico de la fe: ‘Noche de paz, noche de amor, Dios ha nacido, es el Salvador’”.

Una familia se encargó de acercar las ofrendas al altar. Y ya sobre el final de la ceremonia, los presentes pudieron adorar al niño que estaba en el atrio. Luego los celebrantes lo llevaron hasta el pesebre y se quedaron allí un rato, rezando.

La noche continuó con la Cena de Navidad con los solos, algo que ya es tradición en el Arzobispado de Montevideo. En el atrio de la Catedral se montó un comedor con sillas y mesas donde se reunieronvarias personas en situación de calle o que no tienen con quién pasar estas fechas. Los obispos y el nuncio participaron de este encuentro, reflejo de la alegría que trajo Jesús al mundo.

Después de la Misa, hubo una cena de Navidad con los solos en el atrio de la Catedral
Por su parte, el martes 25 de diciembre, sobre las 11 horas, se celebró la Misa de Navidad. La Eucaristía fue presidida por el Card. Sturla, acompañado por el párroco de la Catedral de Montevideo, el P. Juan González, y el P. Sebastián Pinazzo.

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ICM

Jesús nos trae la Paz
En la homilía el Card. Sturla dijo: “A Jesús se lo conoce como el Mensajero de la Paz, porque trae la Buena Noticia de la salvación”. Y aseguró que “Dios nos habla por medio de su Hijo. Nosotros, los cristianos, no creemos en algo difuso. Nosotros creemos en un Dios que se ha revelado, que nos ama infinitamente, que nos perdona siempre y nos da vida en abundancia”

El Arzobispo de Montevideo aseguró que “los cristianos tenemos valores y seguimos a Jesús. Creemos en el Dios que se manifiesta en su Hijo”, y por esto mismo “no hay cristiano discípulo que no sea misionero. La identidad cristiana le da sentido a nuestra vida”.

Respeto en la discrepancia
Luego de la celebración el Card. Sturla, en diálogo con los medios, habló sobre la Paz. Recordó una frase del Papa Francisco que insiste que la paz se construye de forma artesanal, en la familia, en el barrio y en la sociedad.

Aprovechó la oportunidad y a poco de comenzar el año 2019, marcado por las instancias electorales, pidió “respeto en la discrepancia, en un ámbito de libertad y pluralidad”, porque “todos queremos un Uruguay mejor”. “La mayor parte de los uruguayos respetamos a los demás y a las autoridades”, concluyó.’

Tomado de http://icm.org.uy/dios-nos-envuelve-misericordia-maria-nino/