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Carta Pastoral de Mons. Alberto Sanguinetti, «La Cuaresma: regalo de Dios a su pueblo»

By 05/03/2014marzo 7th, 2014No Comments

Ante la inminencia del inicio de la Cuaresma, el Obispo de Canelones, Mons. Alberto Sanguinetti, dio a conocer su Carta Pastoral “La Cuaresma: regalo de Dios a su pueblo”.

En la Carta Pastoral el Pastor exhorta a vivir y aprovechar la gracia de este tiempo litúrgico y “a dejarnos conducir por el Espíritu para morir y resucitar con Cristo en una vida nueva y renovada”.

Mons. Sanguinetti invita, asimismo, a escuchar nuevamente “el llamado amoroso, libre, generoso del Padre en Cristo, para fundar nuestra vida en este misterio de elección y de gracia”. “De aquí ha de brotar la humildad, la obediencia, la acción de gracias, el querer vivir para Dios”, puntualiza.

El Obispo de Canelones recuerda que la Cuaresma es un tiempo de gracia, que “se convierte en don de la conversión”. En este sentido, augura que “¡el Señor nos conceda rever nuestras acciones y obras, personalmente, como Iglesia! Hemos de crecer en fidelidad, unidad y entrega”.

ANUNCIAR LA MISERICORDIA Y LA ESPERANZA

En su Carta Pastoral, Mons. Sanguinetti anima a “la renovación de la vida en Cristo” que “nos impulsa como discípulos misioneros a evangelizar”. “¡El Señor nos invita a anunciar con gozo este mensaje de misericordia y de esperanza!» Todo esto ha de llevarnos a ser una Iglesia más evangelizadora, misionera”, indica.

De manera particular, el Obispo invita a “mirar a los pobres, a aprender de ellos, a acogerlos, a servirlos”. «A imitación de nuestro Maestro, los cristianos estamos llamados a mirar las miserias de los hermanos, a tocarlas, a hacernos cargo de ellas y a realizar obras concretas a fin de aliviarlas… Podemos distinguir tres tipos de miseria: la miseria material, la miseria moral y la miseria espiritual», precisa.

El Pastor exhorta, asimismo, a “mamar de la Iglesia las riquezas de la Cuaresma y la Semana Santa, antes que nada en la Sagrada Litúrgica, celebrada con fidelidad y profundidad”, al tiempo que anuncia que junto con las diversas comunidades celebrará la Misa Estacional de la Cuaresma Diocesana que “espero visibilice el camino que con humildad y confianza queremos recorrer juntos, viviendo que la iniciación cristiana es oración y acción de toda la Iglesia, en unión con el obispo”.

Carta pastoral de Mons. Alberto Sanguinetti Montero

del 26 de febrero de 2014, al comienzo de la Santa Cuaresma.

La Cuaresma: regalo de Dios a su pueblo

Queridos hermanos de la Iglesia de Dios que peregrina en Canelones:

que el Padre que nos ha llamado por su misericordia, que la caridad de Cristo que nos urge, que el Espíritu Santo con que fuimos ungidos estén con todos ustedes.

El Santo Tiempo de Cuaresma es un regalo de Dios a su pueblo, para que participe más y más de la novedad absoluta de perdón, gracia e inmortalidad que nos ha sido dada por Jesucristo muerto y resucitado.

Es el tiempo en que la Santa Madre Iglesia, por la Palabra de Dios, los ritos y las oraciones, conduce a los elegidos a la iniciación cristiana que recibirán por el Bautismo, la Confirmación y la Eucaristía. También acompaña a los bautizados que han de concluir su iniciación sacramental en la Eucaristía. Y, por cierto, todo el cuerpo de la Iglesia, la totalidad de los hermanos estamos llamados a dejarnos conducir por el Espíritu para morir y resucitar con Cristo en una vida nueva y renovada. ¡Vivamos y aprovechemos tanta gracia!

1) Antes que nada escuchamos nuevamente el llamado amoroso, libre, generoso del Padre en Cristo, para fundar nuestra vida en este misterio de elección y de gracia. De aquí ha de brotar la humildad, la obediencia, la acción de gracias, el querer vivir para Dios.

2) En segundo lugar, esta gracia se convierte en don de la conversión. Conversión del corazón vuelto hacia Dios, asombrado de su amor, que nos mueve a entregarnos a Él, a no vivir ya para nosotros mismos, sino para Aquél que por nosotros murió y resucitó. Conversión de la mente, dejándonos enseñar por la Santa Madre Iglesia, pasando de las tinieblas a la luz: todo pensamiento e idea debe someterse al reinado de la verdad, de quien el Crucificado es testigo. Conversión de la conducta, de los actos, del camino de la vida: de la vida religiosa, afectiva, activa, familiar, laboral, social. ¡El Señor nos conceda rever nuestras acciones y obras, personalmente, como Iglesia! Hemos de crecer en fidelidad, unidad y entrega.

El Papa en su mensaje de Cuaresma nos ha propuesto el texto paulino: «Se hizo pobre para enriquecernos con su pobreza» (cfr. 2 Cor 8, 9). De aquí nos hace reflexionar sobre la gracia del amor de Cristo. Jesús sigue obrando en la pequeñez de su Iglesia: «En toda época y en todo lugar, Dios sigue salvando a los hombres y salvando el mundo mediante la pobreza de Cristo, el cual se hace pobre en los Sacramentos, en la Palabra y en su Iglesia, que es un pueblo de pobres. La riqueza de Dios no puede pasar a través de nuestra riqueza, sino siempre y solamente a través de nuestra pobreza, personal y comunitaria, animada por el Espíritu de Cristo».

Somos invitados a mirar a los pobres, a aprender de ellos, a acogerlos, a servirlos: «A imitación de nuestro Maestro, los cristianos estamos llamados a mirar las miserias de los hermanos, a tocarlas, a hacernos cargo de ellas y a realizar obras concretas a fin de aliviarlas… Podemos distinguir tres tipos de miseria: la miseria material, la miseria moral y la miseria espiritual».

3) La renovación de la vida en Cristo nos impulsa como discípulos misioneros a evangelizar. «El Evangelio es el verdadero antídoto contra la miseria espiritual: en cada ambiente el cristiano está llamado a llevar el anuncio liberador de que existe el perdón del mal cometido, que Dios es más grande que nuestro pecado y nos ama gratuitamente, siempre, y que estamos hechos para la comunión y para la vida eterna. ¡El Señor nos invita a anunciar con gozo este mensaje de misericordia y de esperanza!» Todo esto ha de llevarnos a ser una Iglesia más evangelizadora, misionera.

Los exhorto a mamar de la Iglesia las riquezas de la Cuaresma y la Semana Santa, antes que nada en la Sagrada Litúrgica, celebrada con fidelidad y profundidad.

Junto con las diversas comunidades celebraré la Misa Estacional de la Cuaresma Diocesana, que espero visibilice el camino que con humildad y confianza queremos recorrer juntos, viviendo que la iniciación cristiana es oración y acción de toda la Iglesia, en unión con el obispo.

Pido al Señor Jesús nos dé sed del don de su agua, nos abra los ojos a su luz y nos resucite para participar de su vida nueva y, con su gracia, seamos luz en medio de los hombres.

Con su bendición

X Alberto, obispo de Canelones

Misas Estacionales de la Cuaresma:

Miércoles de Ceniza: Catedral.

Domingos: 9.3: Empalme Nicolich; 16.3: Parroquia Catedral; 23.3: Sauce; 30.3: El Pinar; 6.4: San Ramón.

Misa Crismal el martes 15.4 a las 10.00 en la Catedral.

Imagen del ábside de la Catedral: Trono preparado para Cristo rey salvador y juez. Anuncia su segunda venida, su juicio y la vida eterna. La cruz gemada, gloriosa (=muerte, resurrección, glorificación, reino eterno). El manto púrpura signo de su realeza, obtenida por la sangre redentora. El libro: el Evangelio, la verdad salvadora, el libro que juzga la vida. Proclama que Cristo obra uniendo consigo a la Iglesia, nos hace participar de su triunfo y eleva el alma a la esperanza de la gloria futura y definitiva: su reino no tendrá fin.

En www.diocesisdecanelones.com, Liturgia, escritos, ver la Carta de la Congregación del Culto con sus indicaciones para la Cuaresma y la Semana Santa. También puede ayudar la carta de Mons. del Río sobre el Misterio Pascual y su celebración; allí mismo en el apartado Obispo, homilías 2012 les ofrezco las predicaciones sobre los cinco domingos de Cuaresma, ciclo A y de la Semana Santa; en Obispo, catequesis¸ unas guías sobre el sentido de la cuaresma; también en Obispo, cartas pastorales, la de cuaresma de 2011.