A LAS COMUNIDADES DE NUESTRA CIUDAD DE TACUAREMBÓ
A las 10 de la mañana del pasado martes, los 418 obreros de la empresa URUPANEL fueron llamados por el gerente de Recursos Humanos y el gerente de Producción para ser informados de que la empresa cerraba y eran enviados al Seguro de paro.
Es difícil que los vecinos de Tacuarembó no tengamos algún conocido entre los trabajadores de URUPANEL, y que dentro de nuestras comunidades no haya alguien que allí trabaja y que le pone rostro cercano a la situación que sorpresivamente acontece.
En la escala de nuestra población no hay duda de la trascendencia que tiene, afectando la vida comercial y laboral. Estos obreros hacen que circulen en la vida económica de la ciudad unos 600.000 dólares, y son muchos los empleos indirectos que dependen del funcionamiento de esta empresa. Es una muy preocupante situación la que se plantea.
Ante ello, reunido con los sacerdotes representantes de nuestras comunidades, queremos hacer llegar nuestra solidaridad con las familias que hoy están angustiadas frente a las incertidumbres del futuro inmediato.
En todas las Misas que se celebren este fin de semana, elevaremos nuestra oración a Dios pidiendo la fortaleza para cada familia afectada por esta situación para que no baje los brazos en la búsqueda de soluciones, a la vez para que los responsables de la empresa asuman su Responsabilidad Social, facilitando una solución de continuidad en diálogo con nuestras Autoridades Nacionales y Departamentales.
Asumamos lo que Jesús nos dice en el Evangelio de este Domingo para que cada uno, según sus posibilidades, nos hagamos solidarios con nuestros hermanos.
Dios los bendiga y guarde de toda mal.
+ Julio César Bonino.
Obispo de Tacuarembó