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Asumió Mons. Arturo Fajardo como Obispo de Salto

By 22/08/2020No Comments

 

“El Señor te dice a ti, Iglesia que peregrina en la Diócesis de Salto: ALÉGRATE, NO TEMAS, EL SEÑOR ESTÁ CONTIGO”, expresó Mons. Arturo Fajardo en la Misa de inicio de su ministerio episcopal en la Diócesis de Salto que tuvo lugar el sábado 15 de agosto, Solemnidad de la Asunción de la Santísima Virgen María, en la Catedral San Juan Bautista.

Debido las restricciones sanitarias impuestas por la situación de pandemia por COVID-19, el séptimo Obispo de Salto asumió en una celebración singular, en la que no faltaron ni la belleza litúrgica ni los momentos emotivos, pero con una limitación importante de asistentes en forma presencial. Familiares, amigos, hermanos en el sacerdocio, laicos, miembros de la Vida Consagrada, diáconos, seminaristas de todos los puntos del país, especialmente de la Diócesis de Salto y de San José (de donde llega Mons. Fajardo), pudieron acompañar al nuevo Obispo de Salto a través de las distintas transmisiones que se ofrecieron vía Youtube, Facebook y canales de cable y de aire locales.

La Eucaristía fue presidida por el Arzobispo de Montevideo, Card. Daniel Sturla. Participaron también Mons. Martin Krebs, Nuncio Apostólico en el Uruguay, y los demás Obispos del país, sacerdotes de las Diócesis de Salto y de San José y un reducido número de delegados de las comunidades diocesanas.

Luego de la procesión de entrada el P. Carlos Silva, Administrador Diocesano de Salto hasta la toma de posesión del nuevo Obispo, se dirigió a Mons. Fajardo. “El Espíritu santo te hizo atravesar el Río Negro. El que te eligió, llamó y consagró te esperaba aquí. Este es tu pueblo. Este es el Santo Pueblo de Dios que te recibe con alegría y te espera en la ciudad y en el campo, en sus Parroquias, capillas, colegios, barrios y comunidades”, le expresó. “La mayor riqueza de esta Diócesis es su gente. Te pedimos que nos guíes como Pastor y nos conduzcas a Dios Padre”.

Seguidamente, Mons. Martin Krebs, representante del Papa en Uruguay, dio lectura del documento por el que el Santo Padre Francisco nombra a Mons. Arturo Eduardo Fajardo Bustamante como séptimo Obispo de la Diócesis de Salto.

Luego, el Card. Daniel Sturla, entregó el báculo pastoral al nuevo Obispo, el cayado del pastor, signo de que debe guiar en la fe al pueblo que se le confía y lo guió a la Cátedra, lugar desde donde presidirá las celebraciones litúrgicas e instruirá a todos en la fe. Ese es el momento a partir del cual Mons. Fajardo es el nuevo Obispo de la Diócesis de Salto acompañando a la Iglesia que peregrina en los departamentos de Artigas, Salto, Paysandú y Río Negro.

Algunos sacerdotes, diáconos, religiosos y fieles representativos de la Diócesis se acercaron al Obispo para saludarlo, con las distancias que impone la coyuntura, como signo de bienvenida, respeto y disponibilidad.

Las lecturas de la Palabra de Dios fueron proclamadas en esta celebración por personas de distintos lugares de la Diócesis como Artigas y Paysandú. El salmo lo entonó un seminarista.

RENOVAR EL ENTUSIASMO DE LA SIEMBRA

Al inicio de su homilía el nuevo Obispo de Salto saludó a quienes no pudieron acompañarlo debido a las restricciones sanitarias por la pandemia y a quienes siguieron las transmisiones de la celebración eucarística.

“Vivimos una realidad nueva que nos desafía como país y como Iglesia, y nos hace preguntar ¿cómo desarrollar la misión y acompañar a nuestras comunidades?”, señaló Mons. Fajardo.

En la Solemnidad de la Asunción de la Santísima Virgen, Mons. Fajardo recordó que “María es la primera Iglesia, la primera que llevó con pies humanos a Jesús.Y se puso en camino para visitar y servir a su prima Isabel”. “Por eso, siento que el Señor te dice a ti, Iglesia que peregrina en la Diócesis de Salto: Alégrate, no temas, el Señor está contigo” , agregó.

“El Señor está con nosotros cada día, con esta confianza emprendemos el camino. Él es el Buen Pastor, el Pastor hermoso que nos pastorea a todos”, destacó el Obispo de Salto. “Inicio mi ministerio episcopal en esta diócesis ya centenaria para unirme y continuar una rica tradición pastoral”, afirmó.

Mons. Fajardo evocó a sus predecesores en el Obispado de Salto y compartió que quiso usar el báculo pastoral de Mons Camacho, primer obispo de Salto nacido en San José, “padre de esta Iglesia, para retomar la historia y recordar las raíces» .

El Obispo recordó especialmente a Mons. Fernando Gil, el 6to. obispo de Salto fallecido hace unos meses, expresando que “tanto se hizo querer y tanto extrañamos por su bonomía y su bien hacer”.

“Mons Fernando Gil había estudiado y propuesto siete grandes intuiciones de esta época fundacional que siguen siendo válidas actualizándolas a los desafíos actuales”, aseveró Mons. Fajardo. “En la confianza de que el Buen Pastor nos acompaña emprendemos el camino. Ser pastor habla de vigor y ternura. Cuidar sin cansarse de cuidar, cuidar con invencible paciencia a la manera de Jesús”, expresó Mons. Fajardo en su prédica.

“Siempre digo que Dios no elige a capaces, capacita a los elegidos y no nos pone donde no nos puede sostener”, manifestó el nuevo Obispo de Salto.

Dirigiéndose a sus diocesanos Mons. Fajardo los invitó a renovar “el entusiasmo de la siembra” y a “comunicar al Señor como la piedra preciosa el tesoro escondido”. También manifestó que “la Iglesia no tiene una Misión, la Misión tiene una Iglesia”.

“El encuentro con Cristo es un acontecimiento que nos cambia la vida y nos abre a un nuevo horizonte. Testimoniar esto es la primera tarea del Obispo”, afirma el nuevo Obispo de Salto.

“Evangelizar es anunciar una buena noticia a un mundo triste, angustiado, injusto, es enseñar a vivir. Debemos pues dejarnos de nuevo deslumbrar por el Señor, volver al amor primero para ser sus testigos”, dice Mons. Fajardo  en su primera homilía como Obispo de Salto.

Finalmente se encomendó a María. “En esta Solemnidad de su Asunción a los cielos que reconocemos como Capitana y guía en nuestra patrona la Virgen de los Treinta y Tres consagro mi ministerio episcopal, y le digo como el día de mi ordenación sacerdotal ‘Todo tuyo soy´”. También a San José, Patriarca de la Iglesia Universal, “a él aprendí a ir en mis angustias y dificultades. Él cuidó del misterio que crecía en su casa. A él pido que me sepa cuidar como buen pastor”.

También Mons. Fajardo se encomendó a San Miguel Arcángel Patrono de esta Iglesia diocesana y a San Juan Bautista, Patrono de esa Iglesia Catedral.

“Alégrense, el Señor es nuestra alegría y nuestra Paz verdadera. Que pueda humildemente, como dice San Pablo, contribuir a la alegría de ustedes”, les dijo a sus diocesanos Mons. Fajardo al concluir su primera homilía como Obispo de Salto.

La Misa culminó con la bendición impartida por Mons. Fajardo sobre su Iglesia diocesana y  todos los presentes y el canto del Himno a la Virgen de los Treinta y Tres, patrona del Uruguay.