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36 años del Movimiento Tacurú: Celebrando un camino de encuentros

By 13/12/2017No Comments

 

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El P. Ruben Avellaneda sdb le entrega un presente al Cardenal Daniel Sturla

En la Solemnidad de María Inmaculada, el 8 de diciembre, a 176 años del inicio del Oratorio de Don Bosco, el Movimiento Tacurú Salesianos de la ciudad de Montevideo celebró 36 años de vida.

Son 36 años caminando junto a la comunidad barrial, y  sobre todo acompañando a los jóvenes, niños, niñas  y adolescentes que se acercan a Tacurú en busca de oportunidades.

La fiesta contó con la presencia de autoridades eclesiales como el Arzobispo de Montevideo, Cardenal Daniel Sturla SDB, el P. Inspector de Uruguay, Néstor Castell SDB, el Director del Movimiento Tacurú, P. Rubén Avellaneda SDB.  También asistieron autoridades  estatales de organismos nacionales y departamentales, entre los que se destacan el Intendente  de Montevideo Ing. Daniel Martínez, la Sub Secretaria del Ministerio de Desarrollo Social,  Prof. Ana Olivera,  los Alcaldes Municipales Andrés Abt y Rodrigo Arcamone, entre otros.

Los asistentes disfrutaron junto con los vecinos de la zona de la muestra anual de los Proyectos del Movimiento Tacurú, en un clima de alegría e  integración.

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El padre Ruben Avellaneda sdb le entrega un recuerdo al Intendente de Montevideo, Ing. Daniel Martínez

MOVIMIENTO TACURÚ

El Movimiento Tacurú es una organización Salesiana de la Iglesia Católica que desde el año 1981, desarrolla su actividad socio educativa y pastoral en un contexto de la ciudad de Montevideo que presenta el mayor índice de necesidades básicas insatisfechas de la población de la capital.

Su trabajo se inscribe en un escenario de pobreza crítica que compromete, desde hace ya mucho tiempo, el crecimiento humano de la persona y de su comunidad.

Es desde allí, que se desarrollan múltiples proyectos: deportivos, laborales, pastorales, de formación de oficios, con tareas que interpelan y desafían de manera cotidiana en la transformación de las condiciones tanto materiales como simbólicas de la vida de nuestros jóvenes.

Estas tareas desplegadas en diferentes áreas de su identidad: asociativo-recreativa, formativa-educacional, operativo-laboral y pastoral, entre otras, posibilitan crear las más variadas oportunidades para el encuentro y enlace con los jóvenes y desde allí con toda la sociedad.