“Deseo que el tiempo que comenzamos, sea de gracia, de crecer juntos en la cultura del encuentro, de vivir la experiencia consoladora del Señor Resucitado que nos invita a anunciarlo y llevar su buena noticia a cada una de las comunidades de la diócesis”, expresó el flamante obispo de San José de Mayo, Mons. Fabián Antúnez sj, en su acción de gracias tras ser ordenado obispo y tomar posesión de esa jurisdicción eclesiástica.
El domingo 22 de agosto, una semana después de la fecha inicial prevista debido a que el obispo debió guardar cuarentena preventiva tras haber estado en contacto con una persona diagnosticada con COVID-19, la Catedral de San José de Mayo recibió a cuantos el aforo permitió para acompañar a Mons. Antúnez en la celebración presidida por el Arzobispo de Montevideo, Cardenal Daniel Sturla. Asistieron los obispos del país, delegaciones de las comunidades de San José y Flores, el presbiterio diocesano, sacerdotes jesuitas, autoridades civiles y personas cercanas al obispo.
Los obispos coordenantes fueron Mons. Arturo Fajardo, quien pastoreó esa iglesia diocesana durante 13 años, y Mons. Luis del Castillo, jesuita, obispo emérito de Melo.
Al inicio de la celebración, quien ofició de Administrador Diocesano mientras la sede se hallaba vacante, el Pbro. Gabriel Rainuso, dio la bienvenida a todos los presentes y a quienes siguieron la transmisión por los canales diocesanos y los medios de comunicación locales que la replicaron. Dirigiéndose a Mons. Antúnez le expresó su agradecimiento por “tu sí a Dios y a la Iglesia” y lo hizo extensivo a la Compañía de Jesús “por acompañar este SI de +Fabián, en este año también especial para ustedes, del V Centenario de la Conversión de Ignacio”. Finalmente le pidió a Dios que el ministerio episcopal de “Fabián sea fecundo” y «que todos fortalezcamos nuestra fe y salgamos con un renovado impulso misionero que nos ayude a ver y a atender las necesidades de los más pobres y los más necesitados”.
El Pbro. Rainusso fue el encargado, también, en nombre de toda la Diócesis, de pedir la ordenación del nuevo obispo al Card. Sturla, en tanto el Pbro. Marco Antonio Jorquera leyó el documento firmado por el Papa Francisco en el que nombra a Fabián Antúnez Percíncula, obispo de la Diócesis de San José de Mayo.
«LO VERDADERAMENTE IMPORTANTE PARA TODOS CRISTIANO: VIVIR SEGÚN EL SANTO EVANGELIO»
La homilía estuvo a cargo del Cardenal Sturla quien profundizó sobre uno de los gestos propios de la ordenación episcopal, la colocación del libro de los santos evangelios abiertos sobre la cabeza de quien será ordenado, mientras es sostenido por dos diáconos durante la plegaria de la ordenación. “Este gesto me parece por demás significativo y sintetiza la misión del obispo”, destacó. “Por un lado porque el obispo es ante todo un cristiano y todos los bautizados estamos llamados a lo largo de nuestra vida a ir asimilándonos más y más a Jesucristo, la palabra de Dios viva hecha carne de nuestra carne. El evangelio abierto sobre la persona de quien recibirá el sacramento del orden en primer grado nos indica qué es lo verdaderamente importante para todo cristiano: vivir según el santo evangelio, hacer carne en nuestra vida la palabra de Dios y configurarnos cada vez más a Jesucristo”, explicó el Cardenal.
“Hoy toda esta asamblea y todos los que nos acompañan virtualmente, desde Resistencia los padres y hermanos de Fabián, los amigos de Argentina y Uruguay, rezamos para que el Espíritu, a quien hemos invocado, haga que la palabra viva de Dios acampe en él y lo configure a Jesucristo cabeza y pasto, expresó el Cardenal Sturla.
“El evangelio abierto también nos señala lo que es la misión de todo cristiano, aquello para lo que la Iglesia existe: anunciar el evangelio, proclamar a tiempo y a destiempo que sólo en Jesucristo encontramos palabras de vida eterna, plena, auténtica , sólo en Él está la fuente de la vida verdadera, de la justicia y la paz que buscamos, de la reconciliación, del perdón de nuestros pecados; Él es el camino de la verdadera felicidad que está plasmada en las bienaventuranzas, y el evangelio es salvación para los que creen en Él”, acotó el Arzobispo.
Dirigiéndose a Mons. Antúnez el Cardenal recordó que ser obispo supone “ser el pastor de la grey que te es confiada a imagen del Buen Pastor que conoce a sus ovejas, las cuida, las lleva a buenos pastos, las defiende del lobo e incluso está dispuesto a dar la vida por ellas”. “Se trata de anunciar el evangelio con fidelidad y constancia, de conservar íntegro el depósito de la fe, como fue recibido de los Apóstoles, de ser hombre de obediencia y comunión con el papa y tus nuevos hermanos obispos. Estás llamado a alimentar al pueblo santo de Dios y a guiarlo, siendo afable y bondadoso especialmente con los pobres y a celebrar como hombre de oración que ahora ejerce el sumo sacerdocio de Cristo”, agregó.
“‘Con ustedes soy cristiano, para ustedes soy obispo’. Sin duda tendrás que aprender mucho, recorrerás la diócesis, conocerás a su gente, te instruirás acerca de su geografía y sus caminos, pero tu oficio será el de ser maestro. Necesitarás santificarte en al amor siendo fiel la oración de cada día y a los mandamientos de Dios, como cristiano que necesita recibir la gracia, pero como sumo sacerdote de esta diócesis estás llamado a santificar. Consultarás al pueblo santo, a tus sacerdotes, a los diáconos, a la vida consagarda, a los laicos, pero en definitiva la iglesia te da la misión de guiar, de gobernar”, le señaló el Arzobispo de Montevideo a quien iniciaría en minutos su ministerio pastoral como obispo de San José de Mayo.
El Cardenal le advirtió que “ningún pueblo, ninguna organización, quiere tener líderes tibios cuyo afán sea ser aplaudido por todos y quedar bien con todo el mundo”. “El pueblo de Dios también quiere y necesita guías, conductores, pastores. Pastores con el corazón de Jesús”, acotó.
“Querido Fabián que te urja, que te apremie el amor de Cristo, como a san Francisco Javier que marchó hasta la India y el Japón y la China para anunciar a los paganos el evangelio; como a los jesuitas intrépidos, inteligentes y audaces que fundaron los pueblos misioneros y que acá en esta tierra iniciaron las primeras escuelas, y las primeras industrias. Que seas obispo misionero como don Jacinto Vera que recorrió nuestra campaña afrontando frío y calor, cruzando ríos y cañadas, llegando a los lugares más apartados porque sentía la urgencia del amor”, le auguró el Cardenal.
El Arzobispo tuvo palabras de reconocimiento hacia los predecesores del P. Antúnez presentes en la celebración, Mons. Arturo Fajardo y Mons. Pablo Galimberti y al Pbro. Rainuso, quien ofició de Administrador Diocesano. “Ahora con alegría te reciben P. Fabián en la confianza de que el Papa ha elegido para gobernar la diócesis a un buen pastor”, le dijo.
“El episcopado llega como una sorpresa de Dios para tu vida, lo has asumido con sentido de obediencia y disponibilidad, vienes como dice tu escudo: para servir, ut serviam. El Señor te da una viña selecta”, y “llegas en el año de san José como un regalo que el santo patriarca hace a la diócesis que lo tiene como patrono”, le recordó el Arzobispo al culminar su prédica.
Luego de la comunión, el nuevo pastor de nuestra Iglesia diocesana de San José y Flores, dio su bendición por primera vez. Acompañado por Mons. Fajardo, y Mons. del Castillo, y con los cuidados que ameritan este tiempo de pandemia, recorrió las naves del templo realizando este gesto.
“SER UNA IGLESIA DE PUERTAS ABIERTAS, PUENTE ENTRE LOS HOMBRES Y APERTURA AL DIOS TRESCENDENTE QUE NOS AMA A CADA UNO DE MANERA INCONDICIONAL»
En sus primeras palabras como obispo de San José de Mayo, Mons. Antúnez expresó su deseo de experimentar juntos “la consolación que nos regala el buen espíritu, que podamos vivir en nuestros gestos y actitudes la misericordia del Señor que sale al encuentro, en especial de los más frágiles de la diócesis”.
“Deseo dar gracias a Dios, por su gran misericordia, por sus caminos siempre sorprendentes que nos llevan más allá de nuestros planes, deseos, percepciones de la realidad, que nos invitan a salir de la propia tierra y aventurar el camino fiado de una promesa de fecundidad y descendencia”, explicitó al inicio de su acción de gracias, al tiempo que manifestó su gratitud por cuantos los estaban acompañando en “este momento tan importante de mi vida…”.
Mons. Antúnez anunció que próximamente visitará las comunidades: “Allí tendremos oportunidad de dialogar, rezar juntos, discernir caminos de crecimiento, tenemos el hermoso desafío de atraer a todos, de ir a buscar, de ser una iglesia de puertas abiertas, puente entre los hombres y apertura al Dios trascendente que nos ama a cada uno de manera incondicional”.
“Nos encomendamos a San José, bajo su protección colocamos el inicio de este ministerio pastoral, en este año su año. Nos encomendamos mutuamente, que Dios nos siga regalando su gracia y podamos acogerla con docilidad, que la virgen Santísima nos ponga con su hijo y nos permita caminar en esperanza”, concluyó el nuevo pastor de la Diócesis de San José de Mayo.
Al culminar la celebración el obispo se dirigió a las instalaciones del Club Católico, contiguas al templo, donde fue leído y firmado por los consultores el acta de ordenación y toma de posesión, ante la presencia de los obispos y autoridades civiles. Luego, Mons. Antúnez recibió el saludo de los fieles y amigos según las condiciones establecidas por la coyuntura sanitaria.
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