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«Papa Francisco, Mujica y Methol»: Columna de Mons. Pablo Galimberti

By 07/06/2013junio 14th, 2013No Comments
 
Columna del Obispo de Salto, Mons. Pablo Galimberti

Amigos “del mismo barrio”

En los planes de su fatigoso periplo que lo llevó a China y Europa, el presidente Mujica reservó un día para darse un gusto y un descanso. Acudió puntualmente a la cita en el Vaticano para conversar con el Papa Bergoglio, “un amigo del barrio”.

Este compromiso, a diferencia de los otros, no tenía propósitos comerciales. Tampoco aficiones artísticas, pues la ajetreada gira no dejaba tiempo ni ganas de asomarse al menos a la famosa Capilla Sixtina.

Los motivos de este encuentro los guarda el presidente entre las “razones del corazón”, como les llama Pascal, parecidas quizás a las que llevaron a Mujica al reencuentro de sus ancestros vascos.

Los Papas están habituados a las visitas de jefes de estado que tienen en sus manos responsabilidades colectivas y también su cuota parte de responsabilidad para asegurar las condiciones para la paz mundial.

El Papa percibió en Mujica a un “hombre sabio”. No se refería a la sabiduría libresca sino a la que regalan los años, los golpes y hasta el reconocimiento de los errores. Y con dos palabras cálidas y muy rioplatenses, Mujica le puso un titular al encuentro: “¡es como hablar con un amigo del barrio!

Amigo y barrio son dos términos usados en ambas orillas del Río de la Plata. Cuando se preparaba la segunda visita de Juan Pablo II a nuestro país, se manejaron varias frases para ambientarla. Hasta que Roberto Viola, sacerdote jesuita y buen comunicador, propuso “vuelve el amigo”. La propuesta prendió enseguida.

Durante el diálogo fluido nuestro presidente le comentó que tenían un amigo en común “que ya no está aquí”, refiriéndose al historiador y pensador uruguayo de profundas convicciones católicas, Alberto Methol Ferré. El Papa, que también lo trató de cerca, coincidió con la afirmación de Mujica.

En setiembre del 2011, en el acto en que quedó constituida la Asociación que lleva el nombre de este uruguayo, y a la que fui invitado a sumarme en ese momento, escuché a Mujica referirse a Methol Ferré: “Uno podía no estar de acuerdo con algunas ideas, pero esas charlas con él siempre te hacían pensar”. El Papa Francisco expresó también: “nos ayudó a pensar”.

Al final de la conversación intercambiaron algunos regalos. Mujica obsequió al Papa el libro: “La América Latina del siglo XXI”, con los diálogos entre el periodista Alver Metalli y Methol Ferré. Es un excelente panorama sobre nuestro continente en los albores del nuevo siglo que tuve el honor de presentar integrando un panel en la Universidad de Montevideo en presencia del entrevistado.

Methol era un pensador original. Definía su perfil filosófico como el de “un tomista silvestre”, un autodidacta, que a partir de una búsqueda de Dios fue derivando hacia autores clásicos de la filosofía católica.

Pero Methol tenía una originalidad especial. En una conferencia que le escuché en Bogotá, comenzó definiéndose como “especialista en generalidades”. Escucharlo era como contemplar a un hábil jugador de ajedrez, donde cada pieza se relaciona con el todo y con un objetivo, ya sea que se hable del rey o del último peón. En el curso de una charla vinculaba acontecimientos del siglo XV, del XX y de los del día anterior, conectándolos entre sí y esbozando el gran tapiz de la nación continental o Patria Grande.

Methol estuvo muy cerca del antecesor de Bergoglio en Buenos Aires, el Cardenal Antonio Quaraccino. Trabajaron juntos cuando el cardenal se desempeñaba como presidente del Departamento de laicos, organismo del Consejo Episcopal Latinoamericano. Durante varios años Methol fue colaborador de confianza del arzobispo de Buenos Aires y con frecuencia viajaba a Buenos Aires.

Sin duda que entre Methol y Bergoglio también hay una afinidad, un común olor a pueblo, a sabiduría entretejida en las corrientes populares del continente. Por aquí corre también otro hilo de afinidad entre Papa Francisco y Mujica.

Entre la Iglesia y Mujica la puerta sigue abierta para continuar el diálogo, procurando el bienestar y felicidad de nuestro pueblo, aportando cada uno su cuota de sabiduría y experiencia.

Columna publicada en el Diario «Cambio» del viernes 7 de junio de 2013