Resumen del día 15 de noviembre
Con la celebración de la Santa Misa junto a la Tumba de San Pedro, presidida por el Cardenal Marc Ouellet, comenzó el miércoles 15 de noviembre la Visita de los Obispos uruguayos al Vaticano.
En la Eucaristía, el Cardenal Prefecto de la Congregación para los Obispos, agradeció la invitación “muy fraterna” para presidir la Eucaristía en el día en que celebraba 15 años de su nombramiento como Arzobispo de Quebec. “Celebrar con ustedes es una providencia, un regalo”, aseguró. Señaló que el significado “fundamental” de la Visita ad Limina Apostolorum, a la tumba de los Apóstoles, reside en “dar gracias por la fe, porque por nuestro bautismo somos testigos del Resucitado, lo que es nuestra gloria y la mayor Gracia que hemos recibido en nuestras vidas”.
El Cardenal Ouellet reconoció que la vocación episcopal es, por “la verdad y la misericordia divina”, un don pero, a la vez, una carga. Admitió que ser “responsable de la fe de los demás” es una carga que pesa por la cual habrá que “dar cuentas a Dios”.
Comentando el Evangelio proclamado en la celebración de la Misa, que narra la curación de 10 leprosos, el Cardenal destacó que solo uno de los sanados volvió para alabar y dar gracias a Dios. Explicó que el texto utiliza una nueva expresión importante: “tu fe te ha salvado”. Este hombre recibió algo más que ser curado, fue además salvado, resaltó el Cardenal Ouellet. “En los milagros de Jesús las curaciones son un paso para llegar a la salvación, porque esta empieza en la relación con Él, es encontrarse con Jesús y creer en Él”, puntualizó.
En este sentido, el Prefecto les dijo a los Obispos que la Visita ad Limina es mucho más que una “pequeña” corrección de gobierno, “que necesitamos todos”, es crecer y ser fortalecidos en la fe. “Necesitamos una fe carismática, como dice San Pablo, de alto grado para poder edificar, corregir, orientar y confirmar a nuestros hermanos”.
El Cardenal concluyó su homilía pidiendo, por la intercesión de María y los santos Apóstoles Pedro y Pablo, que en estos días “crezcamos en la fe y podamos volver a nuestra nación con un corazón más alegre, sereno y más determinado para dar un testimonio de fe y de amor a nuestro pueblo”.
Luego de la Eucaristía en la cripta vaticana, los obispos, frente a las reliquias de San Pedro, rezaron juntos el Credo, expresión de comunión en la fe.
También en la mañana visitaron la Congregación para la Causa de los Santos. La reunión fue presidida por el Prefecto, Cardenal Angelo Amato.
El Cardenal Daniel Sturla hizo presente el interés por las causas en curso. Sobre todo subraya la importancia de la causa de Mons. Jacinto Vera, entregándole al Prefecto la documentación sobre un presunto milagro de curación obtenido por su intercesión. Esto quedará a estudio de la Congregación.
Se dialogó también sobre la marcha de otras causas como la de la Beata María Francisca Rubatto que ya está muy avanzada, y las presentadas recientemente como la del P. Cacho y el Dr. Salvador García Pintos.
El Cardenal Amato destacó la importancia de que se propongan ejemplos de santidad propios de nuestro pueblo.
Por la tarde, los obispos se reunieron en Asamblea para tratar temas relacionados con la marcha pastoral de nuestra Iglesia en Uruguay.
Este jueves 16 se encontrarán con el Papa Francisco a partir de las 10 h de Roma.