1. Como dijimos en nuestra declaración del 13 de noviembre próximo pasado: “Los derechos humanos y este primordial derecho a la vida no pueden quedar sujetos a mayorías circunstanciales de un cuerpo legislativo o electoral. Sin embargo, ante la situación que se ha creado, sigue siendo el deber de los laicos católicos y de los hombres y mujeres de buena voluntad aportar sus esfuerzos para procurar que nuestra legislación respete el derecho a la vida humana desde su concepción. Quedando en manos de los ciudadanos la elección de los medios que estimen oportunos, alentamos las iniciativas legítimas que busquen la derogación de esta ley.”
2. Los uruguayos tenemos ahora la oportunidad de cambiar con nuestro voto el rumbo de las cosas y darle un sí a la vida de los niños, lo que nos permitirá mirar con esperanza nuestro futuro como nación.
3. El derecho a la vida no puede nunca ser objeto de un referéndum, desde el momento que proviene de Dios. Sin embargo, ante esta ley injusta, dado que nuestra Constitución prevé que los ciudadanos puedan expresar su voluntad de derogarla, exhortamos a votar el próximo domingo 23 de junio con el fin de que se habilite la convocatoria del referéndum sobre la ley que hoy permite el crimen del aborto.
Los Obispos del Uruguay.