En la Misa celebrada en la Catedral en el marco del IV Congreso Nacional de la Familia, el sábado 29 de octubre, el Cardenal Daniel Sturla aseguró que la familia cristiana “sorteará los nuevos escollos que se presentan” porque responde a “la verdad sobre el hombre, a esa verdad anclada en la Palabra de Dios que nos viene del Evangelio de Jesucristo” y, por tanto, “no envejece, se renueva”. “Eso no quiere decir que desconozcamos la realidad, pero no dejamos que la realidad nos devore”, subrayó el Arzobispo de Montevideo. El Cardenal señaló que pese a los peligros y dificultades que afronta la familia “no perdemos la alegría de la fe” porque “el futuro está en nosotros, el futuro es de Dios”.
“Las ideologías pasan, parecen fuertes, irresistibles, pero después de un determinado periodo se consumen”, dijo el Arzobispo aludiendo a la ideología de género. “En cambio el Evangelio es verdadero, y por tanto, nunca se consume”, acotó. El Evangelio “aparece en toda su novedad para responder a las necesidades del corazón y de la razón humana, que puede caminar en esta verdad y encontrarse en ella”. “Hay una nueva primavera del Cristianismo”, aseveró con vehemencia el Cardenal Sturla.
Texto de la Homilía del Cardenal Daniel Sturla en la Misa del IV Congreso Nacional de la Familia
Qué bueno encontrarnos acá como Iglesia que peregrina en el Uruguay, juntos con los obispos de esta provincia eclesiástica y todos ustedes representantes de las familias de todas las diócesis de nuestro país. Nosotros esta mañana hemos aprendido muchas cosas. Miren qué bonita esa película que nos mostró Monseñor Jaime, más allá de lo emotivo y trágico. O también lo que escuchamos acerca del perdón que es siempre un tema de actualidad en nuestra vida, porque siempre andamos necesitados de perdonar o pedir perdón. También el hecho que hayamos hablado de la muerte con tanta naturalidad, y cómo prepararnos y al mismo tiempo preparar a los hermanos que están en esa situación sabiendo nosotros que también un día tendremos que vivirlo. Y después el clima hermoso que vivimos impulsados por la oración de esa familia de la diócesis de Minas, que era un canto a la vida verlos allí, una alabanza al Señor.
Todo esto nos llena de qué… de esperanza. Y nosotros podríamos decir que eso nos toca, y a la familia principalmente, en este país que ya tiene más de cien años de ley de divorcio, este país donde se aprobó el aborto y la ley de matrimonio igualitario, y donde tenemos que estar peleando para que la ideología de género no nos termine siendo impuesta. Y me gusta citar al Papa Benedicto XVI, que en un reportaje que le hicieron y donde le planteaban que hay tantas cosas en el mundo que funcionan mal, hay tantas cosas que no marchan, le preguntaron cuál era su esperanza. Y él dio tres respuestas. Pero la segunda de las tres respuestas fue la siguiente: “la razón de mi esperanza consiste en que en el Evangelio de Jesucristo la fe en Cristo es simplemente la Verdad”. Miren la respuesta: es simplemente la Verdad. Y continúa, “Y la Verdad no envejece, tal vez se puede olvidar por algún tiempo o es posible encontrar otras cosas. Se puede dejar de lado, pero la Verdad como tal no desaparece”.
Las ideologías tienen un tiempo determinado, también esta que ahora nos invade, la ideología de género pasará, está de moda. En otro tiempo fue el Marxismo. “Las ideologías pasan, parecen fuertes, irresistibles, pero después de un determinado periodo se consumen. Pierden su fuerza porque carecen de una realidad profunda. Son partículas de la verdad pero al final se consumen. En cambio el Evangelio es verdadero, y por tanto, nunca se consume. En todos los periodos de la Historia aparece en nuevas dimensiones, aparece en toda su novedad para responder a las necesidades del corazón y de la razón humana, que puede caminar en esta verdad y encontrarse en ella. Y así por esta razón estoy convencido que hay una nueva primavera del Cristianismo”.
Y bueno… cuando uno ve estas realidades de las familias cristianas que se reúnen, nos podemos preguntar por qué la familia cristiana sorteará los nuevos escollos que se presentan. Y la respuesta es: porque la familia cristiana responde a la verdad sobre el hombre, a esa verdad anclada en la Palabra de Dios que nos viene del Evangelio de Jesucristo. Y por tanto la familia cristiana no envejece, se renueva. Eso no quiere decir que desconozcamos la realidad, pero no dejamos que la realidad nos devore. Estamos bien con los pies en la tierra y sabremos enfrentar las dificultades y los peligros, pero no perdemos la alegría de la fe. Porque el futuro está en nosotros, el futuro es de Dios. Entonces podemos decir hoy, como decía la Carta de San Pablo a los Colosenses: “Háganlo todo en nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de Él”. Dando gracias, haciendo eucaristía.
Eso es lo que hacemos nosotros en este día, como la Sagrada Familia, que hoy la lectura del Evangelio nos presenta ese momento de dificultad, de crisis, de angustia, se había perdido el Hijo. El custodio San José, llamado custodio del Redentor y el Redentor se le había escapado. Momento difícil y sin embargo ante este misterio de la Sagrada Familia escuchamos las palabras del Niño Jesús: “No saben que tengo que ocuparme de las cosas de mi Padre”. En la Casa del Padre. No saben que mi vida es hacer la voluntad del Padre, dice Jesús. Y regresaron a Nazaret nos dice la Escritura. Nosotros regresaremos a nuestras casas y familias, ojalá renovados en la esperanza, estimulados por todo lo vivido y aprendido. Pero sobre todo renovados en la fe, que es la fuente de nuestra alegría y esperanza; Cristo es la Verdad. El Evangelio, es decir la buena noticia de la familia, tal como lo anuncia la Iglesia, es la verdad y la verdad termina abriéndose paso en medio de las ideologías que un día son unas y otro día son otras. Nosotros iluminamos, con nuestro testimonio de fe y esperanza, a toda la sociedad uruguaya.