“Cada Navidad, Dios nos regala una ocasión de reconocerlo y reencontrarlo; una nueva oportunidad para dejarnos iluminar por el rostro tierno de su Hijo hecho hombre que acaba de nacer”, recuerda el Obispo de Melo, Mons. Heriberto Bodeant, en su mensaje de Navidad.
“¿Se trata solamente de eso? ¿Encontrar una luz que alumbre mi camino, que me permita ver con claridad y así resolver mis asuntos y quedarme en paz?”, plantea el Pastor, al tiempo que destaca: “Jesús dice a quienes han creído en Él: `Ustedes son la luz del mundo´. Al recibir la luz de Cristo estamos llamados a hacer que nuestra vida sea también Luz para los demás”.
“Amiga, amigo, si la luz del Niño toca tu corazón, no te guardes esa luz para ti.
Regala a los demás lo que has recibido”, concluye Mons. Bodeant.
Navidad: brilla la Luz desde un pesebre oscuro
Tal vez fue apenas la tenue luz de una lámpara de aceite, encendida con cuidado en medio de pasto seco, en aquel comedero de animales, la luz que alumbró a María y a José en el momento de recibir al Hijo de Dios e hijo de María.
María “dio a luz” a su hijo, aunque allí la luz no era mucha. La creatura salió de su vientre en medio de aquella penumbra e iluminó con su presencia no solo aquel lugar sombrío, sino todas las tinieblas de este mundo.
Dice el comienzo del evangelio según san Juan:
“La Palabra era la luz verdadera que, al venir a este mundo, ilumina a todo hombre”.
Recordamos el nacimiento de ese Niño que nos ofrece su luz.
En medio de nuestras oscuridades y sombras, de nuestros temores e incertidumbres, allí está su luz: “Yo soy la luz del mundo. Quien me sigue no camina en tinieblas”.
Seguimos necesitando esa luz: en el mundo, en cada pueblo y nación, en cada familia, en cada corazón.
Cada Navidad, Dios nos regala una ocasión de reconocerlo y reencontrarlo; una nueva oportunidad para dejarnos iluminar por el rostro tierno de su Hijo hecho hombre que acaba de nacer.
¿Se trata solamente de eso? ¿Encontrar una luz que alumbre mi camino, que me permita ver con claridad y así resolver mis asuntos y quedarme en paz?
Jesús dice a quienes han creído en Él: “ustedes son la luz del mundo”. Al recibir la luz de Cristo estamos llamados a hacer que nuestra vida sea también Luz para los demás.
Amiga, amigo, si la luz del Niño toca tu corazón, no te guardes esa luz para ti.
Regala a los demás lo que has recibido. Feliz Navidad.
+ Heriberto, Obispo de Melo (Cerro Largo y Treinta y Tres)