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El obispo fue elegido por el papa Francisco para ser el pastor de la diócesis que abarca los departamentos de Soriano y Colonia.

Mons. González asumirá como nuevo obispo de Mercedes el próximo 26 de noviembre. Fuente: Romina Fernández

Si en el liceo le preguntaban cuál era su vocación, él respondía que su camino iba a ser por el lado de la informática. No se imaginaba siendo cura, ni mucho menos obispo. Por eso, entre los años 1996 y 2001, estudió en la Universidad ORT Uruguay y obtuvo el título de Ingeniero en Sistemas.

Luis Eduardo González Cedrés nació hace cincuenta y un años en Montevideo, en la intersección de las avenidas Agraciada y Joaquín Suárez, a unas cuadras de la parroquia de la Asunción y San Carlos Borromeo, donde vive desde enero de este año junto a su madre, María Teresita (84). “Nos acompañamos mutuamente, agradezco tenerla en este tiempo y poder vivir la fe juntos. Mi papá falleció hace varios años y también tengo hermanos en el cielo”, dice.

Con tres días de nacido, se trasladó junto a su familia a Gregorio Aznárez (Maldonado), donde vivió hasta los dieciocho años. Heredó la fe católica de su abuela materna, quien vivió hasta los noventa y ocho años de edad. «Los últimos años de su vida los vivió con nosotros. Rezábamos el rosario durante todo el día. Fue una mujer de mucha devoción mariana. Ella le transmitió la fe a mi madre, y mi madre a nosotros», recuerda.

Su niñez, adolescencia y parte de su juventud transcurrió entre la vida familiar, los estudios, su pasión por el fútbol y la parroquia. Fue monaguillo y participó en un grupo de jóvenes: «Después de recibir la confirmación, tuve un deseo de vivir la vida en profundidad. Empecé a escuchar un movimiento interior para consagrar la vida». Pidió acompañamiento espiritual y en 2002 ingresó al Seminario Interdiocesano Cristo Rey por la diócesis de Maldonado-Punta del Este.

Un repaso por los principales momentos de la vida de Mons. Luis Eduardo González

Tras ser ordenado sacerdote en 2009 desempeñó varias responsabilidades pastorales en Maldonado. En 2013 comenzó su tarea como formador y acompañante espiritual en el Seminario Interdiocesano Cristo Rey. Cinco años más tarde fue nombrado rector de la casa de formación de los futuros sacerdotes.

Su carrera eclesial fue en aumento cuando el 11 de mayo de 2018 el papa Francisco lo nombró obispo titular de Thugga y auxiliar de la Arquidiócesis de Montevideo. El 17 de junio de ese mismo año recibió la ordenación episcopal de manos del cardenal Daniel Sturla, a quien acompañó durante más de cinco años en el gobierno de la Iglesia capitalina.

El pasado martes 26 de setiembre, el papa Francisco lo nombró nuevo obispo de la diócesis de Mercedes (Soriano y Colonia). La noticia fue dada a conocer por la Santa Sede a las 12 horas de Roma (7 horas de Uruguay). Mons. González sucederá a Mons. Carlos María Collazzi, quien estuvo al frente del territorio eclesiástico desde 1995 y que tuvo que renunciar al cargo tras cumplir los setenta y cinco años de edad, como establece el derecho canónico.

Mons. González iniciará su ministerio pastoral en la diócesis de Mercedes el próximo domingo 26 de noviembre, Solemnidad de Cristo Rey, en la Catedral Nuestra Señora de las Mercedes, en la ciudad de Mercedes, a las 18 horas.

El mismo día en que fue comunicada la noticia de su nombramiento, Mons. González dialogó con Entre Todos.

¿Cómo se enteró de la noticia sobre este nuevo servicio en la Iglesia y cómo se sintió? 

La Nunciatura Apostólica me convocó a una reunión en la que se me comunicó el nombramiento del santo padre. Fue una sorpresa, no me lo esperaba. Era posible, quizás. Pero no sabía cuándo ni cómo se iban a dar las cosas. Antes de ir, me tomé un momento de oración porque no sabía de qué se trataba la temática. Al comunicarme esto, sentí mucha alegría interior y paz. Fue un momento que Dios me regaló para poder responder que sí. Podía aceptar enseguida o tomarme unos días para responder, tras un momento de oración y recogimiento interior. Lo primero que hice fue rezar y encomendarme a María, a la que siempre siento presente.

Desde que entré al seminario, sé que en el sí que le doy a Dios estoy predispuesto a que se abran otros sí dentro de la vocación. Eso me pasó cuando me nombraron formador para el seminario, cuando el entonces obispo de Maldonado me pedía algún servicio, y cuando fui nombrado obispo auxiliar de Montevideo. Mi disposición a decir que sí a la Iglesia siempre estuvo presente. Siempre estaré presente para lo que la Iglesia me pida, y yo pueda colaborar con ella.

Mons. González y su madre, María Teresita, el día de la ordenación episcopal en 2018. Fuente: Archivo DECOS Montevideo

¿Conoce algo de la diócesis de Mercedes? ¿Se comunicó con Mons. Carlos Collazzi tras la designación? 

Conozco algunos lugares. Con los seminaristas hacíamos los ejercicios espirituales de comienzo de año en La Paz, Colonia. También conozco Nueva Helvecia, Colonia Valdense y Colonia del Sacramento. Además, visité el santuario de Schoenstatt y varias parroquias. En 2017, con los seminaristas tuvimos una misión en Mercedes. Recorrimos la catedral y las parroquias de la ciudad. Fue una experiencia muy linda que duró una semana. También conozco las parroquias de Rosario, Tarariras, Cardona y Carmelo. Lo que más conozco es a los sacerdotes de la diócesis porque muchos de ellos fueron compañeros míos en el seminario. También conozco a los diáconos permanentes y a las religiosas.

La comunicación con monseñor Carlos fue inmediata porque, después de que estuve en la nunciatura, él fue comunicado de la noticia, junto con el cardenal Sturla. Ellos fueron los primeros en saberlo. A partir de ahí hemos tenido contacto permanente. Monseñor Collazzi ha sido muy cercano y fraterno. Me ha dicho que la diócesis es muy linda en cuanto a su gente y que hay una fuerte devoción mariana.

¿Cómo vivió el paso de ser sacerdote de la diócesis de Maldonado a ser obispo auxiliar de Montevideo?

También fue una sorpresa y algo desafiante. Si bien llevo más de treinta años en Montevideo, la huella de mi infancia está muy marcada por la vida y el ritmo del interior. Fue un desafío porque realmente hay un cambio importante en la vivencia de la fe, por lo que significa la ciudad de Montevideo, la cercanía entre las parroquias y la propuesta pastoral, que es más intensa. Son realidades distintas pero creo que me fui adaptando dentro de lo que yo podía y con mi manera de ser. Eso me mantuvo con mucha esperanza de vivir la fe con intensidad. Me ayudaron mucho la gente, los grupos y las celebraciones. Hubo vínculos muy fuertes con muchas personas que pude conocer y acompañar. Estos años los viví como gracia de Dios.

¿Cómo evalúa estos cinco años siendo obispo auxiliar de Montevideo?  

Lo puedo evaluar desde muchas dimensiones. Para mí la más importante es la humana-espiritual. Todo fue aprendizaje y crecimiento. Aprendí los tiempos de Dios en la vida de las personas, de cómo se celebra la fe en distintos lugares de Montevideo. En la variedad de realidades me sorprendió bastante el obrar de Dios.

Estos cinco años pasaron muy rápidamente. La vida pastoral fue muy intensa y, al mismo tiempo, muy linda. Las celebraciones que pude tener —confirmaciones, fiestas patronales o al asumir un nuevo párroco— fueron momentos de mucha alegría y felicidad. Termino esta etapa con gratitud hacia la arquidiócesis y muy especialmente a las comunidades. Siempre me recibieron con mucha calidez humana. Eso me lo llevaré en el corazón como un gran recuerdo.

Me llevo aprendizajes en muchas otras dimensiones. Yo remarco en la humano-espiritual, pero destaco igual la relación con los sacerdotes, con los diáconos permanentes y en el gobierno de la diócesis.

Durante estos años, trabajó junto a la vida consagrada y al diaconado permanente. ¿Cómo fue su experiencia en esas realidades? 

Con los diáconos permanentes pude trabajar con más regularidad y frecuencia. Agradezco al Señor la posibilidad de haber podido caminar junto con ellos y acompañarlos. El cuerpo diaconal de Montevideo es muy lindo y tiene mucha experiencia diocesana con las comunidades.

Con respecto a la vida consagrada, conocí la realidad de distintos carismas, sobre todo de la vida religiosa femenina. Fue un gusto compartir con los consagrados de Montevideo varios encuentros y retiros, los sueños y desafíos a futuro.

Mons. González durante la misa de cierre de la Jornada Nacional de la Juventud 2019. Fuente: Federico Gutiérrez

Además, fue rector del Seminario Interdiocesano Cristo Rey. ¿Cómo fue ese proceso y cómo ve a los candidatos al sacerdocio? 

Al ser obispo auxiliar de Montevideo, mi función en el seminario fue part time. Por momentos sentí la necesidad de acompañar más, pero al mismo tiempo tenía la responsabilidad asumida de ser el rector ante la Conferencia Episcopal. En el seminario es muy importante la presencia, sobre todo cuando los seminaristas lo precisan. No me fue fácil estar en ambos lados con una sola agenda pero el Señor me ayudó a sostenerme en los dos lugares. Fue una experiencia muy fuerte que me llevo en el corazón.

Hay un lindo grupo de jóvenes seminaristas que está formándose con entusiasmo. Ellos están muy bien acompañados por el equipo de formadores, el arzobispo y las comunidades. La vocación sacerdotal es uno de los desafíos más importantes para la Iglesia a nivel mundial por lo que significa el sacerdote hoy a los ojos del mundo y por lo delicado de la formación que se requiere para crear un corazón sacerdotal. Creo que es muy importante la formación de los formadores y tener muy claro lo que la Iglesia le pide a los sacerdotes en estos tiempos tan desafiantes y con realidades nuevas. Todo es obra de Dios, es la única manera de formarse bien para ser después un santo sacerdote.

Perfil de Mons. Luis Eduardo González

Nació en Montevideo el 15 de enero de 1972.

Fue ordenado diácono para la diócesis de Maldonado-Punta del Este el 12 de octubre de 2008 y sacerdote el 18 de abril de 2009.

Recibió la ordenación episcopal y asumió como obispo auxiliar de Montevideo el 17 de junio de 2018.

Desde 2017 hasta diciembre de 2022 se desempeñó como rector del Seminario Interdiocesano Cristo Rey.


FUENTE: https://icm.org.uy/mons-luis-eduardo-gonzalez-mi-disposicion-a-decir-que-si-a-la-iglesia-siempre-estuvo-presente/?fbclid=IwAR3el5T3d9ou0SIatFHaI3P02Y_emo2dp9aI4A9ABVsrTVK4O55uqO5RTzY_aem_AcubwPljS-is0AW6O23SthHUrIUvxO9skTgjhPT979wzqGaJVnDOkh416ISjZk0UfBo&mibextid=Zxz2cZ