Virgen de los Treinta y Tres, Madre de nuestra Patria, recurro a Ti con tristeza. Nuestro gobierno va a aprobar una ley, que pondrá en peligro de muerte a los niños más indefensos, los que están en el vientre de sus madres.
Quiero pedirte, Madre y Señora nuestra, que ayudes a todas las mujeres uruguayas capaces de traer un hijo al mundo, a fin de que sean conscientes del divino misterio de ser madres: que, descubriéndolo, sepan entregarlo por amor solamente en el matrimonio, el único lugar donde ese hijo será educado como lo necesita. Te pido también por los hombres uruguayos: para que, yendo contra un ambiente que empuja a hacer de la sexualidad un mero ejercicio de placer, sepan reconocer el misterio de la mujer y lo respeten, también a pesar de ellas mismas cuando sea necesario.
Quisiera, Virgen Santísima, pedirte que ayudes sobre todo a las mujeres que, sin esperarlo, esperan un hijo. Que, aun en el desconcierto, valoren el fruto de sus vientres y sean fuertes. Y que se sientan apoyadas por el padre de la criatura, y por sus parientes y amigos. Y que ni por un momento se les ocurra abortar a la niña o al niño instalado ya en ellas. Las mujeres saben que ese acto es una barbaridad: no las dejes caer en la tentación de cometerlo, porque además de ofender gravemente a Dios verán que es verdad lo que dice la Escritura: en el pecado, el castigo: nunca tendrán paz en sus conciencias.
Quiero también rogarte, Madre nuestra, que despiertes en muchos corazones sentimientos de generosidad, que los lleve a buscar las maneras de aliviar a las mujeres que esperan un hijo, y no quieren o no pueden tenerlo.
Por último, te pido por nuestros legisladores repitiendo la oración que Jesús dirigía al cielo cuando lo estaban matando: Padre, perdónales porque no saben lo que hacen, legalizando el asesinato, ¡pobrecitos!, de los niños uruguayos más chiquitos.
Virgen de los Treinta y Tres, protege a nuestra Patria. Amén.*
* Hoy, 17 de octubre, la ley ha sido aprobada. ¡Lloren, uruguayos, lloren!, ¿o no, Dr. Vázquez? Pido también al cielo por los médicos y enfermeras de nuestro país, comprometidos en salvar vidas: para que, más allá de la ley, tengan claro en su conciencia que el aborto no es un acto médico, sino un acto propio de verdugos y matarifes.
Publicado en www.desdelverdun.org