Artigas dictando a su secretario Monterroso, en Purificación. Obra de Pedro Blanes Viale
En 1990 se promulgó en Uruguay la Ley 16.154, que estableció que el Día del Periodista es el 23 de octubre. Ese mismo día pero de 1815 el prócer José Artigas envió un oficio al Cabildo de Montevideo donde apoyaba la publicación “Prospecto oriental”, un periódico que estaba a cargo de Mateo Vidal, sacerdote católico. Si bien había medios de prensa desde el 1800, estos eran españoles, bonaerenses o británicos. El Prospecto oriental era el primero auténticamente criollo y Artigas lo calificó como una “herramienta fundamental”.
«Primer fruto de la prensa del Estado»
Artigas tenía idea de publicar un periódico y se lo encomendó a Vidal, un sacerdote y político nacido en Argentina pero de madre criolla. En 1813 había participado en el Congreso de Tres Cruces y lo habían elegido para ser uno de los representantes de los orientales ante la Asamblea del Año XIII en Buenos Aires.
El sacerdote luego había logrado recuperar la imprenta del Cabildo -llamada “La Carlota”- y recibió del gobierno local el encargo de editar el periódico. Vidal hizo un prospecto que oficiaría de número cero, con la declaración de principios de la publicación. Definió al periodista como “escritor público” y adelantó cuál sería el tono del diario: “En todas sus páginas se cuidará de no ofender jamás la decencia y honestidad de costumbres (que forman la base de la felicidad de los pueblos), con sarcasmos, burlas y demás indecencias, que al paso que manifiestan debilidad en el que arguye, repugna a la moral. El idioma nativo es rico y abunda en frases y expresiones con que explicar los conceptos sin recurrir a tan indecorosos medios. En una palabra, un periódico es un teatro de enseñanza pública y no un circo donde se desfoguen las pasiones”.
El Prospecto Oriental medía 15 x 10 cm. Se conserva en la Biblioteca Pablo Blanco Acevedo, del Museo Histórico Nacional
Artigas recibió el Prospecto en su campamento de Purificación. La respuesta que envió al Cabildo fue por demás elogiosa: “He recibido el primer fruto de la prensa del Estado y conveniente para fomentar la ilustración de nuestros paisanos”. Además de calificarlo como una “herramienta fundamental”, pidió a los miembros del cabildo promover la libertad de prensa en el territorio y solicitó que se formara una suerte de equipo de redacción.
“Por lo tanto incite V. S. por medio del periódico a los paisanos que con sus luces quieran coadyuvar a nuestros esfuerzos, excitando en los paisanos el amor a su país y el mejor deseo por ver realizado el triunfo de la libertad”. Por todo esto, se considera que el escrito del prócer del 23 de octubre fue el auténtico comienzo de los medios de información en el país.
Proyecto frustrado
De acuerdo con una crónica publicada por el periodista Armando Olveira Ramos en su blog, a principios de noviembre de 1815 Artigas recibió una nota donde Vidal anunciaba que abandonaba el proyecto debido a sus “achaques habituales”. El prócer escribió indignado al Cabildo y lamentó que “no haya en Montevideo un solo paisano que encargado de la prensa de a luz sus ideas ilustrando a los orientales y procurando instruirlos en sus deberes”.
“Todo me penetra de tan poca decisición y la falta de espíritu público que observo en ese Pueblo. Yo deposité en usted esta confianza, ansioso de verla desempeñada y una frialdad degradante ha ocupado el asiento de las resoluciones. Más energia, más actividad, de lo contrario tomaré providencias más ejecutivas”.
Entrevistado por Oliveira Ramos, el investigador Wilson González Demuro consideró que los motivos de saludo del Padre Vidal seguramente fueran una excusa para su renuncia. “Sospecho que fue un pretexto. No tengo una base documental, pero estaba bastante complicada la relación entre Artigas y Montevideo, es muy probable que hubiese preferido evitar mayores problemas políticos. El contexto comenzaba a ser adverso, todavía no se avizoraba una invasión portuguesa, pero se especulaba con una expedición de reconquista de Fernando VII. Vidal añoraba a Buenos Aires, una ciudad donde siempre vivió muy cómodo. No creo que tuviera problemas graves de salud, ni que no hubiera algún vecino apto para editar un semanario. Artigas también lo tenía claro, lo demostró en su réplica al Cabildo”.
El cabildo ofreció a otro sacerdote, Dámaso Antonio Larrañaga, el cargo que dejaba Vidal. Pero este no aceptó debido a sus “muchas y graves ocupaciones”. En diciembre de 1815 quedó clara la deserción del Padre Vidal, que regresó a Argentina. Desde allí continuó en su lucha a favor de Artigas (ante la invasión lusobrasileña pidió patentes de corso para navegar contra las flotas española y portuguesa) y luego fue miembro del congreso constituyente de 1824, de la junta de representantes en 1827 y de la curia eclesiástica de su ciudad desde 1833.
El Padre Manuel Vidal murió el 8 de enero de 1855 en Buenos Aires. Pero su legado ha quedado marcado en la historia de la prensa del Uruguay.
Fuente: https://icm.org.uy/mateo-vidal-el-sacerdote-que-dio-origen-al-dia-del-periodista-en-uruguay/