Skip to main content

“La finalidad primera de la Eucaristía es recibirla para transformarnos y que los demás se pregunten acerca de nosotros ¿este es Jesús?”, destacó el Presbítero español Dr. José Antonio Goñi, experto en Sagrada Liturgia, en la conferencia organizada por el Departamento de Liturgia de la Conferencia Episcopal del Uruguay, el sábado 21 de noviembre.

En esta conferencia, titulada “Eucaristía, adoración y vida”, participaron vía zoom más de 110 personas de Uruguay, Argentina, Paraguay, Chile, Venezuela, Colombia, Costa Rica y México  lo que hizo de esta actividad de la CEU un acontecimiento internacional. Esta ha sido la tercera charla de los Encuentros de Formación que el Departamento de Liturgia propuso para el 2020. A fines de febrero se organizó en forma presencial, en Montevideo, el curso-taller “El culto eucarístico”a cargo de Mons. Miguel Ángel D´Annibale. Un segundo encuentro, en modalidad virtual, se desarrolló en octubre con el tema “Liturgia Virtual” con el Pbro. Dr. José Antonio Goñi. El Departamento de Liturgia planea continuar organizando estos encuentros el próximo año.

Pbro. Dr. José Antonio Goñi

Esta instancia formativa fue abierta por el Obispo responsable del Departamento de Liturgia, Mons. Luis Eduardo González (obispo auxiliar de Montevideo), quien además de presidir la oración inicial, presentó al expositor.

Mons. Luis Eduardo González, Presidente Dpto. de Liturgia CEU

El Pbro. Goñi es español, doctor en Sagrada Liturgia por el Pontificio Instituto Litúrgico de San Anselmo y Licenciado en Teología Dogmática por la Pontificia Universidad Gregoriana, profesor en varios institutos, consultor de la Conferencia Episcopal Española y director de la revista Phase, además de colaborar con otras publicaciones especializadas.

En su presentación el experto partió de la Última Cena “en la cual Jesús cambió el sentido, el significado y los textos de la cena pascual [judía], modificando un ritual que era conocido y haciendo un anticipo sacramental de lo que sería su sacrificio en la cruz”.

Luego repasó la Historia de la Salvación, que tiene como fin último la participación de la humanidad en la vida divina, recorriendo con ejemplos y casos muy concretos y de actualidad cómo Dios fue mostrando que su proceder no es el nuestro. Puntualizó en este sentido, que Dios nos invita a la transformación de nuestra vida a través del amor.

“La celebración de la Eucaristía tiene como finalidad la transformación del pan y del vino en el cuerpo y la sangre de Jesús. Eso es lo que pedimos. No para que quede en el Sagrario como una presencia sino para que nos transformemos a imagen de lo que recibimos. La finalidad primera de la Eucaristía es recibirla para transformarnos y que los demás se pregunten acerca de nosotros ¿este es Jesús?” subrayó el sacerdote.

Posteriormente, repasó algunos aspectos de la Eucaristía como el del cuerpo de Cristo en cuanto pueblo, como fracción del pan (que fue su nombre más antiguo) y que, a nivel eclesiológico, lo comparó con recibir una pieza del puzzle para formar una unidad, un cuerpo. Otro aspecto de la Eucaristía destacado por el presbítero es el lavatorio de los pies, mostrado por San Juan, donde ésta también consiste en ponernos al servicio de los otros.

En cuanto a los modos de relación con Cristo a través de la Eucaristía los comparó con las distancias entre las personas. A las más lejanas en el tiempo y espacio las hacemos presente por una fotografía, a las que están lejos pero visibles las acercamos con binoculares, y a las más cercanas podemos reunirnos con ellas y hasta darles un abrazo.

Así, según Goñi “la adoración eucarística no es solo dar culto…. es adorar a Jesús que llega a nosotros para nuestra transformación de nuestra vida por amor”.

Respecto a la adoración, el especialista dijo que durante la pandemia hubo un “uso mágico” y por el solo hecho de estar frente a la imagen de la Eucaristía había una fuerza especial, pareciendo que ello no significara ponernos en relación con Jesús que nos viene a transformar.

Explicando el ritual, Goñi dijo que es complejo, en el sentido de que hay que poner cuatro candelabros, revestirse y otras tantas cosas para que “no hiciéramos exposiciones del Santísimo a la ligera sino para descubrir la presencia de Jesús que nos transforma. No se debe instrumentalizar, sino que ella debe transformarnos y así podamos decir ‘no soy yo quien vive sino que es Cristo quien vive en mí”.

Al cierre de su presentación, Goñi respondió varias preguntas que llegaban por el chat de la plataforma zoom y eran seleccionadas y planteadas por el secretario ejecutivo del Departamento de Liturgia,  Pbro. Andrés Paredes, quien ofició de moderador del evento.