La Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) es un encuentro de jóvenes de todo el mundo con el Papa. Es, al mismo tiempo, una peregrinación, una celebración de la juventud, una expresión de la Iglesia universal y un momento fuerte de evangelización en el mundo de la juventud. Se presenta como una invitación a una generación decidida a construir un mundo más justo y solidario. Con una identidad claramente católica, está abierto a todos, estén más cerca o más lejos de la Iglesia.

Tiene lugar todos los años a nivel diocesano, en torno al Domingo de Ramos, y cada dos, tres o cuatro años como encuentro internacional, en una ciudad elegida por el Papa, siempre con su presencia. Reúne a miles de jóvenes para celebrar su fe y su pertenencia a la Iglesia.

Desde la primera edición, que tuvo lugar en la ciudad de Roma en 1986, la Jornada Mundial ha sido vista como un laboratorio de fe, una cuna de las vocaciones al matrimonio y la vida consagrada y un instrumento de evangelización y transformación de la Iglesia.

Tiene como objetivo proporcionar a todos los participantes una experiencia de la Iglesia universal, fomentando un encuentro personal con Jesucristo. Es un nuevo impulso de fe, esperanza y caridad para toda la comunidad del país anfitrión. Con los jóvenes como protagonistas, la Jornada Mundial de la Juventud también busca promover la paz, la unidad y la hermandad entre los pueblos y naciones del mundo.