El pasado Domingo 12 de Agosto, finalizó el 26º Cursillo de Hombres de la Diócesis de Canelones, realizado en la Casa de Retiros Espirituales “Villa Guadalupe”.
Es motivo de una inmensa alegría, ya que hacía algunos años que no se realizaba un cursillo de varones. Once fueron los agraciados por el Espíritu Santo de vivir y convivir este encuentro profundo con Jesús. Para el Movimiento este cursillo aportó un motivo extra de alegría y gracia: la presencia del Obispo Diocesano, Monseñor Alberto Sanguinetti Montero, quien fue uno más de los “cursillistas”, compartiendo los tres días de cursillo, con ilusión, entrega y espíritu de caridad. Esta grata decisión de Mons. Sanguinetti, remarca el carácter diocesano del Movimiento, que aspira a estar sujeto – como corresponde – al aval del Obispo e inserto en la Pastoral de la Diócesis. En estos tres días los participantes del cursillo compartieron la vivencia de lo fundamental cristiano, encontrándose con el amor generoso del Padre que “ fue el que los invitó a todos y nos amó primero desde la eternidad”, expresaron los participantes.
“Esperamos responderle con nuestra Fe firme y acendrada, decididos a con-vertirnos en sus más leales discípulos para luego anunciar su Reino en los ambien-tes que nos toca vivir. Enfrentaremos el Cuarto Día ‘de colores’, procurando mantenernos en la gracia de Dios, porque de ésta proceden los colores de todas las virtudes. Haber descubierto que Dios nos ama de manera incondicional y generosa, hace surgir en nuestro corazón un cambio de actitud y de vida. Ahora podemos ver el mundo de otra manera, y descubrimos, en la comunidad cristiana, las múltiples facetas del rostro de Cristo”, manifestaron.
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