La Oficina de información de la Santa Sede concurridísima como en las grandes ocasiones: un panel relevante para presentar el acontecimiento mediático tal vez más esperado de estos últimos tiempos: el “desembarco” del Papa en Twitter, el social network de 140 caracteres. La noticia se sabía desde hace tiempo. Y novedad absoluta tampoco es dado que Benedicto XVI ya había accedido al mundo delmicroblogging el año pasado. Pero esta vez su presencia será fija, empezando por un accountpersonalizado —@pontifex, que está en inglés, y en otros siete idiomas, incluido el árabe— y la fecha ya fijada del primer tuit: el 12 de diciembre, coincidiendo con la audiencia general. Como ejemplo de la importancia que los usuarios dan a Twitter (500 millones de personas en todo el mundo, el 40% de las cuales tiene entre 18 y 40 años), una agencia de noticias registró 40 mil followers declarados apenas a los veinte minutos del anuncio del account del Papa Joseph Ratzinger.
Motivaciones, datos técnicos y referencias históricas de la iniciativa se explicaron el 3 de diciembre por la mañana, en la conferencia de prenda. Sobre todo las motivaciones, que desgranó el arzobispo Celli. Subrayando un aspecto particular de la personalidad de Benedicto XVI, hizo hincapié en el gran deseo del Pontífice de salir al encuentro del hombre y de la mujer allá donde se encuentren y establecer con ellos un diálogo. Un diálogo entrelazado en 140 caracteres, cierto; pero perfectamente estructurado en la forma misma de los versículos bíblicos, como testimonio de que la esencialidad del mensaje se puede recibir en pocas palabras.
Mario Ponzi