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Primero de Mayo: saludo de los Obispos uruguayos al mundo del Trabajo

En este día, los Obispos del Uruguay renovamos nuestro reconocimiento y gratitud hacia todos los hombres y mujeres del mundo del trabajo, cuyo esfuerzo cotidiano sustenta la vida en sociedad. Recordamos también al trabajador rural, cuyo día se celebra el 30 de abril; por eso saludamos especialmente a quienes, en la soledad de nuestros campos, a veces enfrentando condiciones climáticas adversas, aportan con su esfuerzo lo necesario para alimentar a nuestro pueblo y ayudan al crecimiento económico del país. Extendemos también nuestro aprecio a los emprendedores del agro y la industria, que pueden constituirse en verdaderos motores de riqueza, prosperidad y felicidad pública.

En este año electoral, que coloca en el horizonte importantes decisiones para el futuro de nuestra nación, nuestra Conferencia Episcopal se une al anhelo colectivo por un compromiso firme de los candidatos en la búsqueda del Bien y por un discernimiento consciente por parte de los votantes, valorando la promoción y el cuidado del trabajo.

El trabajo, en todas sus manifestaciones, sigue siendo un pilar fundamental de la existencia humana. No solo es el medio para asegurar el sustento diario, sino también el sendero que conduce a la realización personal y al bienestar colectivo. El reconocimiento de estos valores son el fundamento de una cultura del trabajo que, en algunos sectores de la sociedad, puede estar desvaneciéndose.

Hoy, la Inteligencia Artificial y otras innovaciones tecnológicas amenazan con reemplazar numerosos empleos, generando incertidumbre y desafíos para muchos trabajadores. En este contexto, instamos al Estado a promover activamente la creación de nuevos puestos de trabajo, fomentando la inversión y el desarrollo en diversas áreas de producción, asegurando al mismo tiempo una remuneración justa para todos los trabajadores.

El impulso hacia el progreso económico no puede desvincularse de la protección de los derechos básicos de los trabajadores y del cuidado de nuestra Casa común. Es crucial que cualquier avance en el ámbito laboral esté acompañado de medidas que salvaguarden la dignidad y el bienestar de todos los hombres y mujeres que contribuyen con su esfuerzo a la construcción del tejido social, en la mutua colaboración.

Hacemos un llamado a la unidad de los Orientales, recordando nuestras raíces y concretando en nuestras acciones los valores de “libertad, justicia y compasión” presentes “en el alma de nuestro pueblo”, como decíamos en un reciente mensaje. Más allá de nuestras diferencias, es esencial que nos unamos en la búsqueda del bien común, priorizando el bienestar de todos por encima de las ventajas personales. Solo así podremos construir una sociedad más justa, solidaria y próspera para las presentes y futuras generaciones.

Que este Día de los Trabajadores sea una oportunidad para reflexionar sobre nuestro compromiso con la dignidad del trabajo y la promoción del bienestar de todos los miembros de nuestra sociedad. Que la solidaridad y el respeto mutuo guíen nuestras acciones en este camino hacia un futuro más justo y equitativo para todos.

Confiamos a la intercesión de San José Obrero, patrono de los trabajadores y a nuestra patrona, la Virgen de los Treinta y Tres, los destinos de nuestra Patria y de cada una de las personas del mundo del trabajo.

Montevideo, 28 de Abril de 2024

+Arturo Fajardo, Obispo de Salto, presidente de la CEU

+Cardenal Daniel Sturla, Arzobispo de Montevideo, vicepresidente de la CEU

+Heriberto Bodeant, Obispo de Canelones, secretario general de la CEU

 

Mensaje 1º de Mayo 2024 [button open_new_tab=»true» color=»accent-color» hover_text_color_override=»#fff» size=»medium» url=»https://iglesiacatolica.org.uy/wp-content/uploads/2024/04/Mensaje-1o-de-Mayo-2024.pdf» text=»DESCARGAR MENSAJE» color_override=»»]