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En medio de la diversidad
Venido de la tierra donde se organizó el primer mundial de fútbol, el cardenal Daniel Fernando Sturla, arzobispo de Montevideo (Uruguay) desde el 11 de febrero de 2014, califica el Sínodo de “positivo”, al igual que la gran mayoría de participantes, la conversación espiritual ha sido un éxito.

“Sirve para escucharnos entre todos” y que puede ser un método que podrá aplicarse después “en otras circunstancias”, porque allí “uno ve la amplitud de la Iglesia universal, también la sensibilidades diversas que hay y eso nos enriquece”.

Al purpurado le ha llamado mucho la atención el aporte de los Obispos de las iglesias orientales, puesto que “tienen otra sensibilidad, otra liturgia. Eso nos enriquece mucho”. Hace votos para que este ambiente de intercambio y de mucha diversidad “continúe así”.

Leonardo Lima Gorosito es un laico uruguayo. Él mismo ha asegurado que tiene “tiene la bendición de poder ir viendo de alguna manera cuál es el proceso, cuál es la manera como el Espíritu está hablando entre las personas” en su calidad de facilitador del Sínodo.

Se vive “un verdadero kairós”. Sentados en mesas redondas, vinculándose en relación fraterna con “mucho cariño y apertura” entre los participantes. “Es el soplo del Espíritu”, por supuesto, “con sus altos y bajos en el sentido del cansancio que todos los humanos podemos vivenciar”, aclara.

Con todo y el agotamiento físico de estas cuatro semanas “el Espíritu se ha mantenido y se ha sostenido por parte de todos en los distintos círculos menores en los que hemos podido participar y estar”. Este facilitador asegura que en la Pablo VI se respira fraternidad y respeto gracias a la conversación espiritual.

Vivir con esperanza

Monseñor Milton Luis Tróccoli Cebedio, obispo de Maldonado-Punta del Este-Minas desde 2018, jurisdicción eclesial de Uruguay, destaca que “escucharnos, rezar juntos, ponernos a la escucha del Espíritu” ha fortalecido el camino por donde “Dios nos quiere llevar en este tercer milenio”.

Resaltó que el Papa “nos invita a vivir con esperanza, alegría y entusiasmo” este tiempo, toda vez que confía que la carta al pueblo de Dios será complementada con la experiencia que los “propios delegados compartirán en sus países”, por eso, pide puedan leerla y analizarla.

“Un saludo grande desde el sínodo, con toda la esperanza y la confianza que aquí compartimos y queremos también transmitir y comunicarles a todos ustedes”, finalizó.