El misionero uruguayo, P. Martín Lasarte sdb, llegó el miércoles 17 de agosto a Uruguay para una breve visita a su país de origen y celebrar con sus hermanos las bodas de plata sacerdotales.
El P. Lasarte, referente de la animación misionera para América, dejó Uruguay siendo muy joven para irse de misión a Angola, donde estuvo por más de 24 años hasta que asumió responsabilidad como miembro del Dicasterio Misionero de la Congregación Salesiana.
El misionero llegó a Montevideo el mismo día de la celebración y simplemente quiso dar gracias por su Ministerio con una Eucaristía que congregó al Cardenal Daniel Sturla, al P. Inspector, Néstor Castell, a sus hermanos religiosos, a familiares directos y algunos amigos. La Eucaristía tuvo lugar en la Capilla del Instituto Juan XXIII, donde cursó su Bachillerato y descubrió no solamente su vocación sacerdotal sino misionera.
Al inicio de la Eucaristía agradeció al Señor por ser parte de la Inspectoría San José que, siendo “tan pequeña ha aportado mucho a la Congregación”.
Su homilía fue una verdadera acción de gracias y reflexionó sobre el regalo que significa para el sacerdote ser un “canal” para dar a conocer a Jesucristo y ayudar a los hermanos.
Destacó que el sacerdote no solamente debe “guiar y acompañar”, algo tan típico del carisma salesiano, sino que “debe hacer de su vida una Eucaristía” que implica “morir voluntariamente” para que los demás conozcan a Cristo.
El P. Lasarte animó a que todos los bautizados y, especialmente los sacerdotes, “hagamos de nuestra vida una ofrenda permanente al Señor, entregándonos cada día aún desde las cosas más sencillas”.
Al finalizar su prédica, pidió la intercesión de la Virgen, “esta Madre tan presente en la Familia Salesiana”, para que ayude a los salesianos a ser fieles y capaces de vivir “hasta el último instante” en una verdadera entrega a Dios y los jóvenes.
Antes de concluir la Misa, el P. Inspector agradeció por el sacerdocio y la vocación misionera del Padre Lasarte y, abogando por el nacimiento de nuevas vocaciones, citó al P. Carlos Techera, que en su época de Inspector aseguraba que cuando se va un salesiano de misión, nacen 10 nuevas vocaciones. “¡No soy profeta!”, replicó el P. Techera, presente en la Eucaristía, provocando la risa espontánea de los asistentes.
La celebración culminó con un sencillo ágape en la “cantina” del Instituto que acogió al P. Lasarte en su juventud.
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