Skip to main content
Noticeu

Obispo de Salto cuestiona postura de Senadora Xavier por objeción de conciencia

By 02/10/2015octubre 10th, 2015No Comments

pablo

El Obispo de Salto, Mons. Pablo Galimberti, cuestiona a la Senadora Mónica Xavier por “negar el libre ejercicio de la objeción de conciencia” al afirmar que “ante una mujer que pida el aborto ‘no hay objeción de conciencia que valga’”. El Obispo asegura que la Senadora “lo admite en teoría”, pero “le rechina cuando un profesional médico lo interpone en el caso de solicitar su colaboración en un aborto.”

En su columna de este viernes, en el diario salteño “Cambio”, Mons. Galimberti reflexiona a partir de la columna que a su vez escribe la Senadora en ese mismo diario y sostiene que “para la Dra. Xavier la voz de la conciencia es un subproducto o cristalización de autoridades exteriores o del mandato de un partido o el imperativo de una ideología”.

El Obispo de Salto subraya que “la objeción de conciencia ha sido la legítima expresión de algunos médicos, como de cualquier ciudadano” y que “expresa con valentía que no somos individuos de un hormiguero dirigido por algunos iluminados de la sociedad”.

A Mons. Galimberti le resulta curioso que “eliminar una vida humana no le causa el más mínimo escrúpulo” a la legisladora,  pero “que un médico se niegue a colaborar le rechina”.

“La doctora Xavier, como médica, no ignora que el aborto elimina una vida nueva, con un ADN distinto al de la madre y el padre”, señala Galimberti, sin embargo “aplaude el derecho de la mujer y escamotea el derecho de un bebé por nacer. El pez gordo se come al chico. Teoría del darwinismo social que ha llevado al racismo y la xenofobia”.

«Vivir de manera libre y personal nos enfrenta con frecuencia a disyuntivas éticas ineludibles. La Dra. Xavier parece haber encontrado la solución: cortar el nudo gordiano», sostiene el Obispo de Salto.

Mons. Galimberti  critica que la Dra. Xavier de a entender que quienes se oponen al aborto lo hacen por ser creyentes mientras «ella  no ignora que el presidente Tabaré Vázquez, de su mismo partido político, interpuso en su primer mandato presidencial el veto a la ley del aborto y no por razones religiosas». «El no profesa ninguna religión, pero actuó como un médico que no se hizo trampas al solitario, sabiendo que defender el derecho de una madre no puede hacerse sentenciando a muerte y silenciando la voz de los inocentes», recuerda.

Al concluir su columna, el Pastor acusa a la Senadora de debilitar el “significado individual e intransferible de lo que ella llama ‘objeción profesional’, o corporativa”.

 

Objeción de conciencia. No imposición política

Mons. Pablo Galimberti

La doctora en medicina y senadora Mónica Xavier en una columna de este periódico, niega el libre ejercicio de la objeción de conciencia, al punto de afirmar que ante una mujer que pida el aborto “no hay objeción de conciencia que valga”. Lo admite en teoría, pero le rechina cuando un profesional médico lo interpone en el caso de solicitar su colaboración en un aborto.

El reciente fallo del Tribunal de lo Contencioso Administrativo, para ella, “privilegia a los profesionales que desoyen las necesidades y derechos de las mujeres que cursan un embarazo no deseado. Para peor, reproduce la lógica perversa de siempre: afectar a los más vulnerables.”

Según ella, la cruda realidad de la práctica abortiva no admite moralismos. Curioso. Eliminar una vida humana no le causa el más mínimo escrúpulo. Pero que un médico se niegue a colaborar le rechina.

Vivir de manera libre y personal nos enfrenta con frecuencia a disyuntivas éticas ineludibles. La Dra. Xavier parece haber encontrado la solución: cortar el nudo gordiano.

Arremete de modo  furibundo contra el 3% de los 670 médicos ginecólogos que interpusieron la objeción de conciencia. ¿Tiene miedo que esa minúscula proporción haga tambalear ese “derecho”? ¿O será que tal postura ética remuerde la conciencia?

La doctora Xavier, como médica, no ignora que el aborto elimina una vida nueva, con un ADN distinto al de la madre y el padre. Aplaude el derecho de la mujer y escamotea el derecho de un bebé por nacer. El pez gordo se come al chico. Teoría del darwinismo social que ha llevado al racismo y la xenofobia.

La doctora Xavier subraya que “no es un asunto de fe”, dando a entender que quienes se oponen al aborto lo hacen como creyentes, cristianos, católicos, evangélicos, judíos, musulmanes…

Ella no ignora que el presidente Tabaré Vázquez, de su mismo partido político, interpuso en su primer mandato presidencial el veto a la ley del aborto y no por razones religiosas. El no profesa ninguna religión, pero actuó como un médico que no se hizo trampas al solitario, sabiendo que defender el derecho de una madre no puede hacerse sentenciando a muerte y silenciando la voz de los inocentes.

Su decisión ponderada se apoyaba en datos de la biología moderna y  en compromisos asumidos por nuestro país en tratados internacionales, entre otros, el Pacto de San José de Costa Rica.

Afirmaba el Dr. Leslie Van Rompaey, Ministro Emérito de la Suprema Corte de Justicia al respecto: “Tampoco resulta válido vincular la despenalización del aborto y su proscripción con las creencias religiosas, fundamentalmente la católica”.

Para la Dra. Xavier la voz de la conciencia es un subproducto o cristalización de autoridades exteriores o del mandato de un partido o el imperativo de una ideología.

Son iluminadoras las páginas de un agnóstico, Erich Fromm, al referirse a la conciencia humanista, en oposición a la conciencia autoritaria. “Escucharse a uno mismo es tan difícil porque este arte requiere otra facultad, rara en el hombre moderno: la de estar solo con uno mismo. El prestar atención a la voz débil e indistinta de nuestra conciencia es difícil también porque no nos habla directa, sino indirectamente, y porque con frecuencia no advertimos que es nuestra conciencia la que nos inquieta” (Etica y Psicoanálisis, p.176).

La objeción de conciencia ha sido la legítima expresión de algunos médicos, como de cualquier ciudadano. Expresa con valentía que no somos individuos de un hormiguero dirigido por algunos iluminados de la sociedad.

La Dra. Xavier debilita el significado individual e intransferible de lo que ella llama “objeción profesional”, o corporativa. Aplicando su punto de vista, Antígona, heroína griega del siglo V a.C. debería haber consultado a una corporación (en realidad confronta con su hermana Ismene que prefiere obedecer al rey.) antes de elegir la desobediencia al rey. Para ella existen “leyes no escritas, permanentes, de los dioses. (Sófocles, Antígona, vv.449-460).

Columna publicada en el Diario «Cambio» del viernes 2 de octubre de 2015