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Mons. Orlando Romero a casi 60 años de sacerdocio: “Paso raya, sumo, y he sido feliz”

By 30/06/2016julio 1st, 2016No Comments

romero y fajardo

Con 83 años de edad, casi 60 años de sacerdocio y a 30 años de su ordenación episcopal, el Obispo emérito de Canelones, Mons. Orlando Romero, volvió a su tierra natal y confesó: “he sentido feliz, y me sorprende que a esta altura de la vida sigo con entusiasmo y me estimulan todos los desafíos del momento actual para anunciar a Jesucristo y que sea un anuncio que de un sentido a la vida”, destacó. Evocando el despertar de su vocación, el Obispo narró que  con apenas 6 años ya jugaba a «dar misa».

Invitado por el Obispo de San José de Mayo, Mons. Arturo Fajardo, y el Padre Federico Bragonzi, Párroco de Estación González, Mons. Romero presidió el 27 de junio la Misa en  la Fiesta de la Capilla de Fagina, dedicada a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro.

El Obispo emérito es oriundo de esa zona rural de San José, siendo el único Obispo uruguayo nacido en el departamento josefino. Mons. Romero nació el 21 de diciembre de 1933 y de joven se vinculó a la Capilla de su zona e ingresó a los 10 años al pre-seminario o seminario menor que había inaugurado Mons. Ricardo Di Martino, muy querido por los maragatos y que fue por 45 años párroco de la Parroquia de San José.

La oración del Santo Rosario fue guiada al comienzo por Mons. Fajardo y Mons. Romero, debido al mal estado del tiempo que impidió realizar la procesión con el cuadro histórico de la Virgen del Perpetuo Socorro que dejaron los misioneros redentoristas hace muchos años.

Mons. Romero agradeció al Obispo de San José por permitirle presidir la Eucaristía en la Capilla de Fagina, territorio de la Diócesis.

En la Homilía, Mons. Romero manifestó a los presentes su satisfacción por volver  “a las raíces”. El Obispo evocó el surgimiento de su vocación sacerdotal. “No tengo un día preciso, ni conocimiento de algún acto o de alguna palabra que me suscitara en mi el deseo de ser sacerdote. Yo siempre desde chico jugaba a ‘dar misa’, me disfrazaba con un vestido de mamá. Ahí había algo, que aún siendo chico, 6 o 7 años, era un gusto, una inclinación…”, comentó el obispo emérito de Canelones.

En varios tramos de su homilía recordó a sus familiares que fueron referentes y guías en este camino hacia el sacerdocio. “Yo venía con frecuencia a la casa de mis abuelos de vacaciones, recuerdo a la abuela Lisa y mi abuelo Pedro y los primos muy grandes”. La oración fue una cita constante en esa familia compartió Mons. Romero. “Mi abuela en el comedor, juntaba a toda la familia y antes de cenar se rezaba el rosario, era costumbre. Había una mesa y en el centro se apoyaba un pequeño cuadro del Sagrado Corazón y se esperaba a los tíos que dejasen sus tareas en el campo. El Rosario lo dirigía la abuela”, recordó Mons. Romero sobre aquella imagen grabada de sus primeros años.

En la zona de Fagina era frecuente la visita de los Misioneros Redentoristas que realizan misión en las zonas rurales vecinas. “Animaban y entusiasmaban la fe, recuerdo que se quedaban en casa de mi tía Rosa, que era la catequista y de Felipa que se ocupaba de la Capilla”, comentó Romero.

UNA FAMILIA DE FE 

Mons. Romero decidió desde chico ingresar el Seminario. Como no tenía la edad suficiente tuvo que hacer la experiencia del Seminario Menor o Pre Seminario en San José, que había fundado Mons. Ricardo Di Martino, Párroco de la Parroquia Catedral de San José durante 45 años y gran referente de cambios, transformaciones y obras de la Iglesia local.

“Los primeros meses extrañaba, pero Di Martino era un papá, un enfermero, un maestro para los 24 chicos. Allí me fui formando en los conocimientos básicos hasta la mayoría de edad, donde pasé al Seminario de Montevideo y a los 24 años, un 15 de diciembre de 1957, fui ordenado sacerdote”, recordó Mons. Romero, añadiendo que el próximo año cumplirá sus 60 años de ministerio sacerdotal.

“Cuando venía de vacaciones a Fagina, a casa de mi tía Rosa, ella me hacía hablar en la Capilla, era el sobrino `curita´, para la familia era toda una novedad y ahí me fui entrenando…”, recordó. En aquel tiempo, la Capilla de la Fagina todos los Domingos se colmaba  con la presencia de los vecinos, se celebrara o no la Eucaristía. Muchas veces se compartía la oración del Rosario.

El 21 de diciembre de 1957 tuvo su primera Misa en la Capilla de Fagina, que era un templo más pequeño que el actual. Al día siguiente, el 22, celebró en la ya Catedral de San José. Su primer destino pastoral fue la Catedral de Montevideo, luego la Parroquia del Cordón y la Aguada. “Muchos compañeros me bromeaban diciendo: vos que venís del medio del campo te mandan al centro de la ciudad y a Montevideo”, comentó.

“ME ESTIMULAN TODOS LOS DESAFIOS PARA ANUNCIAR A JESUCRISTO”

Mons. Romero está a punto de cumplir 83 años. En la parte final de su Homilía hizo un balance de sus años y de su ministerio al servicio de Dios y de su Iglesia. Pasando raya a sus 60 años de sacerdote, sus 8 como Obispo auxiliar en Montevideo y sus 16 años de Obispo en Canelones concluyó que “no ha sido una vida de amarguras, ni una vida que soporté, me he sentido feliz y me sorprende que a esta altura de la vida sigo con entusiasmo y me estimulan todos los desafíos en el momento actual para anunciar a Jesucristo y que sea un anuncio que de un sentido a la vida”.

La Catequesis fue una de las grandes preocupaciones y ocupaciones de Mons. Romero. “Siempre anunciando a Jesucristo, buscando la manera, en este tiempo difícil que vivimos, como anunciarlo, que signifique el desarrollo pleno del ser humano”, dijo.

Al finalizar, Mons. Romero explícitó su agradecimiento a Dios “por la vida, por la fe, por el ministerio, el servicio que he dedicado mi vida a los demás, con mis errores, faltas, carácter, ha sido una gracia de Dios el hecho de ser sacerdote. Donde miro para atrás y el Señor me ha ayudado”.

El Obispo se retiró a los 75 años del Obispado de Canelones, como lo indica el Derecho Canónico, y actualmente reside en un monasterio donde se encuentran las Hermanas Clarisas, monjas de clausura. Allí celebra la Misa y atiende en los sacramentos a las religiosas.

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En base a la crónica publicada en http://diocesisdesanjosedemayo.org/mons-romero-celebro-misa-en-la-capilla-de-fagina-su-tierra-natal/