L’Osservatore Romano
Los purpurados reunidos en la tercera congregación general, el 5 de marzo, han enviado a Benedicto XVI un telegrama firmado por el decano del colegio cardenalicio, Angelo Sodano.
“Los padres cardenales reunidos en el Vaticano por sus congregaciones generales en vista del próximo cónclave —escriben— le envían a coro un devoto saludo con la expresión de su renovada gratitud por todo su luminoso ministerio petrino y por el ejemplo que les ha dado de una generosa solicitud pastoral, por el bien de la Iglesia y del mundo. Su gratitud quiere representar todo el reconocimiento de la Iglesia por su incansable trabajo en la viña del Señor. Los miembros del colegio cardenalicio confían en sus oraciones por ellos, así como por toda la Iglesia”.
En la congregación participaron 148 cardenales, entre ellos 110 de los 117 electores. Los ausentes fueron los cardenales Darmaatmadja, O’Brien, Naguib, Lhemann, Pham Minh Măn, Nycz y Tong Hon.
Durante los trabajos, desarrollados en un clima caracterizado por gran libertad, en un espíritu de fraternidad y respeto recíproco, tomaron la palabra once purpurados. En el centro de las intervenciones, la actividad de la Santa Sede y de los diversos dicasterios y su relación con el episcopado mundial; la renovación de la Iglesia a la luz del Concilio Vaticano II; la situación de la Iglesia y las exigencias de la nueva evangelización en las distintas realidades culturales del mundo.
Hasta el momento han intervenido 33 cardenales de los cinco continentes.
Sucesivamente el obispo Sciacca, auditor general de la Cámara Apostólica, dio lectura al número 37 de la Constitución apostólica Universi dominici gregis (modificado por el motu proprio Normas Nonnullas del pasado 22 de febrero) relativo a las modalidades y a la fecha de convocatoria del cónclave, en vista del cual —como anuncia una nota de la dirección de los Museos Vaticanos— desde el martes 5 a las 13 horas se ha cerrado la Capilla Sixtina.
Los cardenales han decidido que el miércoles 6 a las 17 horas se congregarán en el altar de la Cátedra de la basílica de San Pedro en un encuentro de oración.