El Señor no quiere que pensemos continuamente en nuestras caídas, sino que lo miremos a Él, que en nuestras caídas ve a hijos a los que levantar y en nuestras miserias ve a hijos a los que amar con misericordia.
La doble canonización, del italiano Juan XXIII y del polaco Juan Pablo II, ha sido un golpe de maestro de Francisco para unir a los diferentes sectores de la Iglesia.