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Cardenal Sturla: «Dejarse pastorear por el Señor y ser pastores para otros»

By 16/09/2016No Comments

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Se celebró la tradicional Misa Criolla en la Expo Prado 2016

El domingo 11 de setiembre, en el marco de la Expo Prado 2016, se celebró en la Rural por trigésimo noveno año consecutivo la Misa Criolla. La Eucaristía fue presidida por el Cardenal Daniel Sturla, y concelebrada por el Padre Aníbal Rivero (un “patriarca” de las misas en el Prado, como lo llamó el arzobispo) y el Padre Adrián “Cholo”García, ambos salesianos. Entre los presentes se encontraban autoridades de la ARU (Asociación Rural del Uruguay), muchas familias, y una delegación de jóvenes del Instituto Benigno Paiva Irisarri. Juan Carlos López (Lopecito) guió la celebración y el Grupo “Cuatro Vientos” se encargó de la animación musical.


“Que no se nos caigan las ovejas perdidas”

En la homilía el Cardenal  dijo sentirse muy alegre por continuar con las celebraciones en la Rural, que ya llevan 39 años y destacó la presencia del «patriarca» de estas Misas de la Rural, el Padre Rivero”. Destacó además que “La Iglesia Católica y el Uruguay nacen juntos, o más aún, antes que el Uruguay naciera como nación ya estaba la Iglesia. El año que viene, si Dios quiere, vamos a publicar un libro que va a decir, 400 años de presencia católica”. No olvido mencionar que ya en “La primera Constitución, de 1830, comenzaba diciendo: en Nombre de Dios Todopoderoso, Supremo Legislador del Universo. Entonces vaya si tendrá relación y vaya entonces si es bueno, que las autoridades de la ARU continuen con esta santa y buena tradición”.

El Arzobispo de Montevideo subrayó la lectura del Evangelio que “trae las tres parábolas de la Misericordia,que nos hablan de esa bondad de Dios, que se acerca a nosotros, que nos va a buscar”. A continuación compartió un relato del Padre Adrián “Cholo” García, sobre el rescate de un rebaño de ovejas durante las últimas inundaciones, y a posterior reflexionó “Es bueno saber que hay todavía curas gauchos, que todavía están allí”. Recordó que “la Iglesia tenía varias obras en el campo, la escuela agrícola de Jackson del Manga, la escuela agrícola Criado Pérez de Paso de la Horqueta, la de La Floresta de Don Orione, los jesuitas en Tacuarembó”. Y aunque lamentó que “se nos han ido bajando” recordó que aún “queda el Paiva como un signo claro del compromiso de la Iglesia con la gente de campo y esto es muy bueno”.

El Cardenal Daniel Sturla continuó diciendo que “Muchos de ustedes han vivido esta experiencia, tratando de salvar a los bichos. Pero sabemos que eso es lo que el Señor hace con nosotros, nos busca, ve la forma de salvarnos, nos apreta contra algún alambrado o nos va a buscar en el monte medio enmarañado. Y si no, nos agarra y nos pone en su propia montura para llevarnos a tierra seca, al lugar donde no tenemos problemas. Ese es el amor de Dios tan bien descripto, con escenas de nuestro campo, pero que son escenas que el mismo Jesús tomó en su época”.

Después,explicó que “Esto que llevo acá se llama palio, está hecho con lana de oveja, lo usa el Papa y lo usamos los arzobispos. Está hecho con una lana, que el día de Santa Inés (Inés quiere decir cordero) se esquilada a las ovejas. Esta lana la van tejiendo unas hermanas, que después ponen los palios en la tumba del apóstol Pedro. Estos palios que el Papa entrega el 29 de julio a los nuevos arzobispos y significan precisamente la oveja, aquella que el Buen Pastor pone sobre sus hombros”.

El Arzobispo afirmó que “Todos somos ovejas en brazos del Buen Pastor. A veces andamos medios perdidos, sabemos que el Señor nos va a buscar”. Y que en ese espíritu es que la Iglesia trabaja para que “los colegios católicos de barrios pobres no se nos pierdan, que no se nos caigan como la ovejas perdidas”. Reafirmó además que muchas cosas nos hablan de este corazón de Buen Pastor “que queremos que todos en la Iglesia tengamos, obviamente los pastores de un modo particular, pero todos sintiéndonos discípulos de Jesús, ovejas necesitadas de ser llevadas en hombros del Buen Pastor. Pero también todos, que decir de los papás, mamás, abuelos, abuelas, pastores de aquellos que de algún modo están bajo nuestra responsabilidad, para que se acerquen a Dios, para que conozcan a Jesús”.

Para finalizar, el Cardenal Sturla dejó claro que “no es lo mismo transitar la vida habiéndose encontrado con Jesús, el Señor, que no habiéndose encontrado con Él. No es lo mismo transitar la vida sabiendo que tenemos un Padre amoroso del que venimos y al que vamos, y que hay unas normas, unas leyes que Él nos dio. No es lo mismo saber que tenemos en María una madre tierna, generosa y fiel, que no saber que la tenemos. Todo esto lo agradecemos al Señor”.

Las ofrendas

Un momento especial fue el de las ofrendas. La presentación de cada una de ellas iba acompañada de unos versos del payador Juan Carlos López. Primero se ofrendaros unas velas, luego un pequeño brote de sauce y anacahuita del vivero de la ARU que junto con otros brotes serán plantados en diferentes escuelas de todo el país. A continuación fue presentado un corderito, que ya balaba desde momentos antes haciendo notar su presencia. Semillas, ladrillos, herramientas también fueron ofrendadas como signos del trabajo en del campo. Luego una pava y un mate como símbolos de identidad nacional y una guitarra que acompaña los días en nuestro campo. Seguidamente se ofrendó el primer libro de registros de la ARU, con la primera anotación que databa del 12 de octubre de 1878. para terminar las ofrendas del Pan y el Vino las trajo un matrimonio, Guillermo y Elvira, con 58 años de casados en su haber.

Por Camilo Genta para www.icm.org