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Visitó nuestro país el famoso escritor John Connolly: Los valores de la fe presentes en la «novela negra»

By 30/08/2015septiembre 4th, 2015No Comments

Laura 1

por Laura Álvarez Goyoaga, publicado en Quincenario «Entre Todos»

¿Qué es la “novela negra”?

Podemos definir la “novela negra” como un subgénero, con características específicas, dentro de la novela policial. Su nombre, marcado por las primeras publicaciones en la revista “Máscara negra” de Estados Unidos y la colección “Serie negra” de la editorial francesa Gallimard, se relaciona al mismo tiempo con características “oscuras” dentro de sus argumentos.

En ella, resolver el misterio no es lo principal. En medio de argumentos duros, interactúan personajes derrotados, golpeados por la vida y por las tragedias, en busca de la verdad. Más que resolver un crimen, se busca comprender los conflictos del alma humana. Son escenarios característicos los ambientes sórdidos de los bajos fondos, donde un héroe cínico y desencantado se enfrenta solo a poderes hostiles: el miedo, la violencia, la injusticia, la inseguridad, la corrupción. El “mal” es una presencia constante en la trama.

Dentro de este subgénero, John Connolly es un autor emblemático; quizás el más popular hoy en día. Sus historias conjugan ese ambiente propio de la “novela negra” con un estilo literario trabajado, de gran belleza narrativa pero a  la vez pautado por profundas reflexiones.

Un escritor irlandés de raíces culturales católicas

Nacido en Dublín en 1968, con una trayectoria impresionante que le ha merecido prestigiosos premios internacionales, John Connolly es conocido en especial por su serie de novelas que se desarrollan principalmente en los oscuros bosques y los aislados pueblitos de Maine, al norte de los Estados Unidos. Las protagoniza el detective Charlie Parker, ex policía de Nueva York, signado por el trágico y cruel asesinato de su esposa y su hija pequeña.

Todo lo que muere es la primera novela de la saga de Parker, publicada en 1999. En los libros, Parker se enfrenta a desalmados criminales humanos, pero también a fuerzas inexplicables de naturaleza sobrenatural. La reflexión acerca del mal como concepto filosófico se superpone a la presencia palpable de acciones humanas cargadas de maldad.

A lo largo de la saga vemos al protagonista luchar con sus remordimientos y la adicción al alcohol que la tragedia en su vida potencian, y con todo un mundo “desconocido” que aparece en la poderosa narrativa del autor como un permanente cuestionamiento de que existe algo más que aquello que nuestros sentidos nos revelan. Algo poderoso y maravilloso, en lucha con fuerzas terribles y feroces. No importan tanto —a los efectos de este artículo— los detalles, sino el clima de una narrativa cuyas raíces el mismo Connolly vincula con sus orígenes culturales de raíz católica.

No son oscuros

La compasión, el valor de la acción moralmente correcta, la redención y la salvación aparecen planteados en todas las novelas de la serie Parker. Cuando el periodista que actuaba como mediador en la charla del martes 11 le preguntó puntualmente por este enfoque, la respuesta de Connolly fue categórica: “Mis libros no son oscuros. Siempre hay en ellos lugar para la esperanza, y la certeza de que si actuamos bien podemos hacer del mundo un lugar mejor”. Sin necesidad de que se le preguntara al respecto, enfatizó el impacto de la religión, y la educación católica, en su trabajo: “La religión tiene un efecto en todos nosotros. En mis novelas sobre Parker, los temas clásicos de la redención, el castigo y el perdón obviamente están presentes. Estos temas tienen su raíz sin dudas en mi formación católica, pero lo que es todavía más importante, influyen en los aspectos sobrenaturales de mis libros”.

Lo curioso del caso es que Connolly, quien se expresa en su lengua nativa, el inglés, intercalando comentarios simpáticos en español que seguramente aprendió para esta gira en varios países de habla hispana, vincula de forma tan natural los aspectos fantásticos de su literatura a las verdades de la fe católica, que a la autora de este artículo por primera vez en muchos años, le pareció apropiado el uso del término “sobrenatural” para calificar una obra de ficción.

Connolly no es en absoluto un personaje “oscuro” o “atormentado”, como podrían inducirnos a fantasear sus novelas. Es un hombre abierto, simpático, sonriente, amable. “Vivimos en un mundo extraño” comentó, “donde la gente no se comporta racionalmente. El universo no se mueve por reglas racionales. Por lo tanto, mirar la realidad desde una óptica estrictamente racional, como si todo tuviera una explicación racional, no es un buen camino para comprenderlo y comprendernos. No hay ninguna pregunta estúpida, aun cuando no seamos capaces de entender la respuesta”.


Un estilo descontracturado

Ángeles y demonios se entrecruzan en la trama de las novelas de Charlie Parker, en una larga y cruel lucha a muerte entre el Mal y el Bien. El protagonista es un hombre que ha sufrido un dolor y una pérdida terribles. Enfrentado a una realidad como esa, un ser humano tiene dos reacciones posibles, tal como lo planteó Connolly en el Centro Cultural de España: dejarse llevar por el egoísmo, la desesperación, el anhelo de venganza, al punto de querer que todo el mundo sufra como él; o bien por la empatía y la compasión, el camino que lo lleva a aliviar el sufrimiento de otros. Parker, en sus palabras: “Comienza la serie siendo el primer tipo de hombre, y en un proceso doloroso y lento se va convirtiendo en el segundo. A medida que pasan los libros, Parker se vuelve un individuo empático que no puede ser cómplice de lo que se le hace a los más débiles”, dijo ese mismo día más temprano, en un reportaje que publicó el Diario El País.

Connolly tiene algo de showman: mientras respondía al entrevistador, actuaba e interactuaba con el público. Hizo incluso bromas sobre la reciente rivalidad entre Chile (su próximo destino en la gira) y Uruguay, debido al fútbol.

En contacto con lo sobrenatural

Violencia, sacrificio y redención. Son tres palabras que se repiten en el discurso de Connolly, un católico que no va mucho a misa pero le gusta acudir a la iglesia en busca de paz espiritual, en sus propias palabras. “En Irlanda”, dijo, “como ustedes en Latinoamérica, siempre por nuestras raíces culturales, hemos vivido muy en contacto con lo sobrenatural. Siempre hemos sido conscientes de que no todo tiene una explicación racional. En Irlanda o acá en América Latina, la gente se siente cómoda con la mitología y lo folclórico”.

Lo afirmó mirando al auditorio, un grupo de latinoamericanos que presumió que estaban, dentro del “Continente de la fe”, tan imbuidos de esta tradición católica como el resto de sus hermanos con quienes comparten el continente. Lo dijo con convicción, seguramente sin saber que estaba hablando en uno de los países supuestamente más secularizados del mundo. Y en esa sala repleta de uruguayos vinculados a la cultura, nadie lo contradijo ni le hizo aclaraciones de ningún tipo. Ni siquiera el periodista que actuaba como moderador. Hubo un reconocimiento tácito a nuestra herencia occidental católica, que es difícil de ver en ámbitos de este tipo. Una aceptación pacífica de que, lo que Connolly afirmó, tenía sentido.

El mal está presente entonces en las novelas de Connolly, como parte de su herencia cultural irlandesa, vinculada a lo gótico. Pero en sus novelas no puede faltar la esperanza. Como dijo al entrevistador en la nota del diario: “No puedo escribir un libro que termine en desesperanza y en el que no triunfe la justicia. Y el otro ingrediente imprescindible es el humor”.


¿Leer o no leer a John Connolly?

Un escritor, en resumen, para tener en cuenta. Ahora bien: Somos muchos aquellos a quienes nos gusta leer novelas policiales. ¿Para todos son recomendables las novelas de Connolly?

Si vamos a la saga de Charlie Parker, tenemos que caminar con mucha cautela. Son historias descarnadas, duras, crudas. Escritas con gran belleza, y permeadas por valores católicos, sin dudas. Hijas de los tiempos que le tocan vivir a su autor, a la vez entrecruzan su trama posiciones demasiado relativistas para el gusto del lector católico promedio.

Pero para quienes quieren disfrutar de la lectura de Connolly, hay otras opciones además de Charlie Parker. En El libro de las cosas perdidas incursiona en diferentes caminos literarios. Narra la historia de David, un adolescente, quien se siente culpable por no haber podido evitar la muerte de su madre, gravemente enferma, y encima tiene que soportar que su padre vuelva a casarse a los pocos meses de enviudar. La nueva familia y el nuevo trabajo de su padre obligan al niño a mudarse a casa de su madrastra, donde decidirá esconderse tras los libros y recordar una y otra vez los cuentos de hadas que le contaba su madre.

Las puertas del infierno

En la casa nueva ocurren cosas raras y misteriosas. Los libros susurran al oído del chico. A partir de allí, Connolly utiliza los cuentos fantásticos de los Hermanos Grimm (como Caperucita Roja y Hanzel y Gretel, por ejemplo) para avanzar la historia, con personajes femeninos malvados que encarnan el rencor de David hacia su madrastra y el dolor por la muerte de su madre; y supuestos héroes egoístas o incapaces de ayudarlo, simbólicos del desapego de su padre. Al drama se suma el humor, y bastante de violencia y escenas truculentas, que no son gratuitas encuadradas en la tradición de los cuentos de hadas. Lo importante, al final, es acompañar a David en el viaje interior donde madura para superar sus miedos e inseguridades. Porque dentro de cada una de las narraciones de Connolly, incluidas las de Charlie Parker, hay una historia en otro nivel simbólico que nos está contando al mismo tiempo.

Tal vez lo mejor, para lectores no entrenados en el género, sea comenzar por un libro en principio destinado al público juvenil, pero disfrutable para todas las edades: Las puertas del infierno. Esta es la historia de Samuel, un niño que ha descubierto un terrible secreto. Debido a un extraño rito satánico practicado por sus vecinos, se han abierto las puertas del infierno. El Apocalipsis está a punto de llegar, a menos que Samuel, acompañado por un par de amigos y de su perro salchicha Boswell, lo impidan. La novela incluye una cantidad de notas a pie de página, con humorísticas acotaciones de Connolly. Mezclando el horror y el humor con los valores de la amistad y la familia, el escritor irlandés se acerca en esta novela a un tono más amable y apropiado para el público que recién se acerca a conocerlo.