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«Uruguayos que `rezan´»: Reflexión de Mons. Pablo Galimberti

By 29/07/2017No Comments

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Una investigación efectuada en Lascano (Rocha) que relaciona situaciones socioeconómicas con prácticas y hábitos “espirituales” es el tema que dio origen a la columna de opinión que el Obispo de Salto, Mons. Pablo Galimberti, publica en el Diario ¨Cambio¨ este viernes 28.

“Hay sonidos del silencio, rumores nuevos y voces diferentes que hablan cuando nos desconectamos”, subraya el Obispo, al tiempo que destaca que “esto nos cambia incluso la idea de `realidad´, al pensar que solo es `real´ lo que tocamos, aferramos, masticamos, nos entra por los ojos o nos sacude el cuerpo. También existen sentidos y sonidos interiores, voces adormecidas, retazos de memoria arrinconados”.

En su columna Mons. Galimberti resalta una de las constataciones desprendidas del estudio y es que “en Lascano existen creyentes como no creyentes que muestran ciertas prácticas contemplativas” pero “los creyentes que meditan presentan mayores niveles de optimismo”.

Uruguayos que “rezan” 

Sorpresa. Encontrar en un suplemento de economía y mercado de esta semana una página dedicada al “Efecto Económico del Silencio”. Esta  ley incrustada en el ADN del homo sapiens no pide permiso al estado laico para abrirse camino. Integra el conjunto de prácticas y hábitos saludables de muchos uruguayos.

La investigación realizada en Lascano (Rocha) podría extenderse como una muestra de todos los uruguayos. Relaciona situaciones socioeconómicas con prácticas y hábitos “espirituales”.

Las situaciones más frecuentes que aparecieron apuntaban al trabajo y la salud: desempleo, quebrantos en la salud física o psicológica (ansiedades, neurosis, depresiones…).

Por el lado de las prácticas de espiritualidad se incluyeron, según el informe: meditación, oración contemplativa de tipo cristiano y también otras formas relacionadas con prácticas orientales.

“Nuestros resultados sugieren –concluyen- que la meditación puede jugar un rol en la resiliencia frente a la adversidad (catástrofes naturales, accidentes, shocks económicos negativos, pérdidas, etc.).

A modo de comparación mencionan una investigación en las favelas de Rio.  Allí la esperanza y las aspiraciones altas para el futuro serían los mecanismos por los que muchas familias pudieron enfrentar los obstáculos y salir adelante. Recordemos que existe un estrecho vínculo entre “meditare” y “medicare”.

Empresas conocidas, según el informe, envían a sus gerentes a vivir unos días de retiro: creyentes y no creyentes se ejercitan en el silencio. Es que existe un silencio terapéutico, un “desenchufe” que a todos puede hacernos muchísimo bien. Pero hay gente que le dispara, pensando que la realidad se encuentra en el ruido, las sensaciones resonantes y atronadoras. Eso es sólo una porción pequeña de lo real. Hay sonidos del silencio, rumores nuevos y voces diferentes que hablan cuando nos desconectamos. En España promocionan vagones silenciosos como novedad. También se ha escrito sobre el “silencio terapéutico”.

Antonio Machado escribe: “Converso con el hombre que siempre va conmigo, quien habla solo espera hallar a Dios un día”.

Esto nos cambia incluso la idea de “realidad”, al pensar que sólo es “real” lo que tocamos, aferramos, masticamos, nos entra por los ojos o nos sacude el cuerpo. También existen sentidos y sonidos interiores, voces adormecidas, retazos de memoria arrinconados.

Una experiencia semejante, que algunos llaman “resiliencia” es la que narra Viktor Frankl en sus memorias publicadas inicialmente con el título de: “Un psicólogo en el campo de concentración”. Este libro le sirvió mucho a una prima cuando estaba en el penal de Punta Rieles, según me contó muchos años después.

¿Cómo se explica que la meditación pueda favorecer este “optimismo”, como lo llaman los autores de la investigación? Según ellos, la persona adquiere “perspectiva” para juzgar los acontecimientos. Esa palabra me resulta adecuada y me recuerda algo de la milenaria sabiduría china al referirse a ciertos momentos en las cuales salimos de la vorágine del diario vivir y advertimos que ya no estamos solamente en medio de la tormenta sino que somos simultáneamente “valle y montaña”.

“En Lascano existen creyentes como no creyentes que muestran ciertas prácticas contemplativas”, afirma el informe. Y añade: “Pero los creyentes que meditan presentan mayores niveles de optimismo”.

Columna publicada en el Diario ¨Cambio¨el viernes 28 de julio de 2017