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Mons. del Castillo pide ayuda para Santiago de Cuba devastada por el huracán Sandy

By 02/11/2012noviembre 9th, 2012No Comments

Estos días asistimos con estupor a las imágenes emitidas en los informativos de TV que dan cuenta de la tremenda ferocidad del huracán Sandy  en su paso por New York y otras ciudades norteamericanas. Sin embargo, poco se dice actualmente de las secuelas que ha dejado el huracán al atravesar Santiago de Cuba (Cuba) y Haití, países que no cuentan con la infraestructura y el dinero de EE.UU. para emprender la reconstrucción.

Mons. Luis del Castillo, Obispo emérito de Melo, quien se encuentra como misionero desde hace dos años en Santiago de Cuba, ha dado señales de vida desde el único lugar de la ciudad que cuenta aún con internet y pide ayuda para dar respuesta a los problemas más urgentes de la población y la reconstrucción y refacción de las Iglesias que han quedado verdaderamente en ruinas.

Las donaciones en dinero podrán hacerse a la cuenta en dólares del Banco Comercial- Caja de Ahorros N° 006 – 0239212700 a nombre de Serapio Luis del Castillo.

Compartimos el texto del mensaje enviado por Mons. Luis del Castillo

“Santiago está totalmente destruida. Todos los techos de tejas o de chapas volados. Templos destruidos. Todos los árboles arrancados de cuajo, caídos sobre las casas o atravesando todas las calles. No hay energía eléctrica ni teléfonos. Escasea el agua y las posibilidades de cocinar. Faltan alimentos. No hay refrigeradores para conservarlos.

Cuadrillas de otras provincias trabajan para restablecer lo que se pueda.

El ánimo de la gente es increíble. La frase mas escuchada: ‘¡estamos vivos!’

Les escribo desde el hotel Meliá, el único lugar en la ciudad con internet.

Vamos a visitar a todos los exalumnos jesuitas del Colegio Dolores para conocer las necesidades más urgentes. Pensamos organizar una ayuda de emergencia en alimentos y medicinas. Más tarde nos ocuparemos de los techos y las paredes.

Enviaré fotos de como quedó el techo de nuestra paroquia en Vista Alegre. De la iglesia vecina de Sueño quedó sólo la pared del fondo con el crucifijo. De las otras parroquias que atendemos en San Vicente, de madera, todo quedó en el piso. De El Cristo volaron todas las tejas. El Caney perdió el techo.

Es el momento de la solidaridad y la reconstrucción.

En casa alojamos dos familias de casas totalmente destruidas.

Los vecinos se ayudan para remover escombros, recuperar chapas y tapar lo que se pueda”.