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La Pastoral Nacional de Familia y Vida organizó retiro para acompañar y sanar heridas del aborto

By 08/07/2017No Comments
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Equipo organizador del retiro

Un equipo de la Pastoral Nacional de Familia y Vida dependiente de la Conferencia Episcopal del Uruguay propició el 1 y 2 de julio un retiro para personas que llevan la pesada carga de haber transitado por un aborto. “Para las participantes fue una oportunidad para sanar esas heridas y experimentar la Resurrección, encontrar la paz y sentirse aliviadas y mimadas por Dios”, explica la Secretaria Ejecutiva de la Comisión Nacional, Gabriela López.

Respondiendo al llamado del Papa Francisco de salir al encuentro y de ir transformando la Iglesia en “hospital de campaña” para curar las heridas, el CELAM asume como objetivos específicos en su plan global 2015-2019, dentro del departamento de Familia, Vida y Juventud, la proclamación, fortalecimiento y defensa de la “Cultura de la Vida”, el apoyo y acompañamiento de los agentes pastorales que protegen la maternidad y el favorecer la capacitación pastoral para el acompañamiento de las personas que han vivido la dolorosa experiencia del aborto.

En Uruguay desde la Pastoral Nacional de Familia y Vida se asumió el compromiso de llegar a las personas que han vivido un aborto y sufren sus secuelas generando instancias que “les permitan experimentar la misericordia de Dios uniendo sus sufrimientos a la cruz y viviendo con Él la Resurrección”, señaló López.

Es por este motivo que existe dentro de la Pastoral un equipo que acompaña esta realidad tan dura “que el Señor no quiere desatender, sino atender con especial amor y compasión”. Este primer fin de semana de julio el equipo llevó adelante un retiro que profundiza en la sanación de esta herida que afecta todas las áreas de la persona humana, que genera secuelas muy importantes no solo en aquellos que lo viven sino en todos los vínculos que estas personas tienen, especialmente los más cercanos.

“La iglesia lejos de juzgar, mira con infinito amor aquellas mujeres y varones que vivieron un aborto y recibe un llamado muy especial de ser canal del amor de Dios para ellas”, subraya la Secretaria Ejecutiva de la Comisión Nacional de la Pastoral de Familia y Vida.

“Estos retiros permiten a las personas que traen una carga muy pesada en su vida, en primera instancia, asumirla. En la sociedad y más aún en la sociedad de hoy donde el aborto es legal, no se le permite a la persona que abortó (sea mujer o varón) manifestar su dolor, muchas veces el aborto es parte de otras violencias recibidas y profundiza más aún el sentimiento de sometimiento y de baja autoestima. Las secuelas pueden tener efectos sicológicos muy profundos como llanto en la fecha probable de parto, en la fecha del aborto, alteraciones del sueño, ansiedad, depresión, sentimientos de culpa, cambios de comportamiento en la relación con bebés o embarazadas, entre otras”, puntualiza.

Quienes llevan adelante esta tarea asumen este servicio con agradecimiento a Dios por “el regalo de habernos llamado a servirlo en esta pastoral, de ver en personas concretas la acción del Espíritu Santo, e invitamos a todas aquellas personas que sienten el dolor de haber vivido uno o más abortos, católicas o no católicas a que se acerquen para poder encontrar a través de un proceso y acompañamiento pastoral la paz. ¡Es posible!”.

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ANTECEDENTES

Esta iniciativa de la Comisión Nacional de Pastoral Familia y Vida de la CEU responde al compromiso asumido por el CELAM  y la Red de Acompañamiento Post aborto Latinoamericana (APAL), que pomovieron un encuentro en Buenos Aires del 29 de mayo al 2 de junio, con la participación de representantes de 11 países de América Latina, el Caribe y EEUU. El objetivo de este encuentro en el que participaron por Uruguay Gabriela López y el P. Manuel Pérez sdb, residió en revitalizar y fortalecer el intercambio de experiencias entre los diferentes equipos de acompañamiento Post aborto y afianzar y actualizar contenidos que permitan dar luz de esperanza en el camino a quien sufre heridas por la pérdida de un hijo  antes de nacer.

En el mensaje final de encuentro el CELAM declaró “Nos sentimos inmersos y comprometidos en la Iglesia, llamada a ir a todos, que sale al encuentro de las personas heridas y abandonadas, para llevarles la misericordia de Dios. Vivimos este apostolado para llegar a una de las periferias existenciales, que es la de haber vivido la experiencia del aborto y la soledad y tristeza que esto produce, como expresión de ser ese “hospital de campaña” que nos propone el Papa Francisco”.

En el encuentro se profundizaron diversos temas como: la pastoral post aborto y su integración con otras pastorales; la misericordia en el acompañamiento post aborto a la luz de la Exhortación Apostólica “Amoris Laetitae” y el Magisterio de la Iglesia; la formación, preparación y vida espiritual de los agentes de pastoral; el acompañamiento post aborto a varones y a mujeres; la inserción del mensaje en la sociedad y en los medios de comunicación y  los lineamientos para la investigación postaborto.

Citados por la Universidad Católica Argentina (UCA), los mismos representantes formaron parte del Congreso “Heridas que deshumanizan, miradas que dignifican” donde se trabajó sobre el aborto, sus heridas y el camino para la sanación.

Para cumplir con la misión pastoral en un contexto sociocultural adverso de acompañamiento a personas que están sufriendo las secuelas post aborto, se ha llegado a las siguientes conclusiones: Incrementar la formación pastoral de sacerdotes, seminaristas y agentes pastorales en esta área específica y favorecer el intercambio de experiencias, que permitan extender en sus diócesis y parroquias esta obra de misericordia.

El mensaje final del cierre del encuentro manifiesta “Consideramos que nuestra trabajo pastoral implica buscar y hallar a Dios en el rostro sufriente de aquellos que han padecido por el aborto, asumiendo el llamado de Aparecida de ser discípulos y misioneros del Amor Misericordioso de Dios. Los participantes de este encuentro nos comprometemos e invitamos a sumarse a este ministerio, siendo misericordeados para misericordear. Unidos en el Sagrado Corazón de Jesús e Inmaculado Corazón de María”.

En base a http://bit.ly/2tY8wpI