Misa de acción de gracias
La alegría y la emoción invadieron la localidad de Solís de Mataojo el pasado fin de semana, con motivo de celebrarse los 125 años de la construcción del Templo Parroquial consagrado a Nuestra Señora del Carmen.
Convocados por su párroco, el sacerdote Fredy Pérez, fue destacada la actuación de un numeroso número de laicos que quisieron a su vez rendir un sentido homenaje a las Hermanas Pobres Bonaerenses de San José, quienes tuvieron una presencia muy activa en esa localidad, durante casi 50 años, llevando adelante un colegio y diversas obras apostólicas. Siete Hermanas llegaron para la fiesta desde lugares diversos de Uruguay y Argentina. Alguna viajando más de 30 horas, desde Tucumán, para decir presente. Junto con las Hermanas, asistieron chicas y chicos de las comunidades que formaron en Tacuarembó y Trinidad, y dedicaron los días previos a realizar una fructífera misión entre los pobladores de Solís.
El sábado2, aúltima hora de la tarde, en el Club Social Solís, se desarrollaron los homenajes y reseña del camino recorrido como parroquia en sus 125 años. Con el gesto de luces encendidas en el cirio pascual, el P. Fredy significó la fe transmitida a lo largo de generaciones de hombres y mujeres de Solís. En una Presentación que recordó a los párrocos que sirvieron en la Parroquia desde su fundación, hubo un particular recuerdo al P. Tulio Pintos Wells, párroco de la misma durante 43 años. Fue también el P. Pintos quien, con el aliento de Mons. Cavallero, trabajó para que las Hermanas fueran a Solís, donde pusieron en marcha el Colegio Nuestra Señora del Carmen, que llegó a tener el ciclo completo de enseñanza.
Ex-alumnos y antiguos funcionarios rememoraron las alegrías y sacrificios que debieron enfrentar para el sostenimiento de una obra formadora de cultura y de valores. El Colegio Nuestra Señora del Carmen de Solís funcionó entre los años 1960 y 2006.
Es de destacar la presencia de los niños de la catequesis que, recordando las fiestas del antiguo Colegio, les regalaron a las Hermanas algunas danzas tradicionales. Mons. Jaime Fuentes, Obispo de Minas, después de agradecer el trabajo de la Comunidad de las Hermanas Pobres Bonaerenses, animó a las más de trescientas personas que llenaron el Club, a considerar el 125º aniversario de la parroquia como el punto de partida de un nuevo compromiso de vivir y transmitir la fe.
A las 10 de la mañana del domingo tuvo lugar la concelebración eucarística, presidida por el Obispo Diocesano. En la homilía felicitó a los laicos por el esfuerzo y la dedicación que desplegaron en la organización del evento, al tiempo que los animó a darle mucho trabajo al P. Fredy en lo que solamente él puede hacer: administrar el sacramento de la Confesión y celebrar la Santa Misa. Hay que recordar que la parroquia de Solís de Mataojo cuenta con su presencia sólo los fines de semana, debido a que también cumple funciones como formador en el Seminario “Cristo Rey”.
Terminada la Eucaristía, los concurrentes se dirigieron al antiguo edificio que alojara el Colegio (hoy Casa de la Cultura y Alcaldía). Allí se descubrió una placa, expresiva de la deuda de gratitud con las Hermanas por la labor educativa que sostuvieron durante 47 años.
Hermanas de ayer y de hoy