Skip to main content
Noticeu

Octubre, Mes de las Misiones: Llamados a ser «Misioneros de la misericordia del Padre»

By 06/10/2016octubre 8th, 2016No Comments

domund-2016-final-cmyk-alta

Octubre es el mes de las Misiones y el 16 se celebrará los 90 años de la Jornada del DOMUND, en la que la Iglesia, a través de las Obras Misionales Pontificias, invita a vivir plenamente el derecho-deber misionero, que nace del bautismo.

Con vistas a esta celebración, el Cardenal y los obispos elaboraron sus respectivos mensajes en los que invitan a  ser consecuentes con el lema de la Jornada de este año:”Misioneros de la misericordia del Padre”.

En un dossier preparado por las Obras Misionales Pontificias de Uruguay el Director Nacional, Pbro. Leonardo Rodríguez, recuerda que si bien“no todos vamos a la misión ad gentes…todos debemos orar por la misión y los misioneros; y todos debemos asumir la responsabilidad de sostener la misión en todas partes!!».

EL AMOR DE CRISTO NOS APREMIA, NOS APURA, NO NOS DEJA QUIETOS

En su mensaje, el Cardenal Daniel Sturla, insta a no quedarnos “quietos, adormecidos, tibios” y a dejar que “el Espíritu ensanche nuestro corazón y seamos misioneros de la misericordia del Padre”.

El Arzobispo de Montevideo llama a que la cooperación no quede solo en “buenas intenciones” y a concretarla en “oraciones, sacrificios ofrecidos y ayuda material, para sostener las misiones”.  Sturla destaca, en su mensaje, asimismo, “las experiencias de misiones juveniles que van llevando la alegría del anuncio de Cristo a tantos que no lo conocen o que se han alejado de la vivencia de la fe”.  Resalta, además, la cantidad de jóvenes generosos “que rezan y trabajan, adoran al Señor presente en la Eucaristía y pelan papas o revuelven la olla donde preparan un plato caliente que llevar a los hermanos nuestros que duermen en la calle”.

“El amor de Cristo nos apremia, nos apura, no nos deja quietos”, enfatiza.

HACERNOS CERCANOS DESDE LA EXPERIENCIA COMUNITARIA 

Por su parte el Obispo de Mercedes y Presidente de la Conferencia Episcopal del Uruguay (CEU), Mons. Carlos Collazzi, expresa, en su mensaje, su agradecimiento a las Iglesias hermanas que enviaron misioneros en estos 56 años de vida diocesana y recuerda con gratitud el envío misionero “que un día hicimos hacia la Iglesia de Camiri en Bolivia”.

El Obispo destaca la cantidad de  experiencias misioneras desarrolladas en estos años así  como los esfuerzos para “impregnar toda la pastoral diocesana de espíritu misionero”.

“Siendo discípulos misioneros, testigos de la misericordia, queremos descubrir los brotes de vida que hay entre nosotros y hacernos cercanos desde la experiencia comunitaria, a las familias y a los jóvenes”, señala.

“Nos auguramos una Jornada Misionera intensa en la oración, la reflexión y motivadora de compromiso misionero”, concluye.

UNA IGLESIA RENOVADA CON COMUNIDADES VIVAS Y PARTICIPATIVAS

El Obispo de San José de Mayo, Mons. Arturo Fajardo (VIcepresidente de la CEU), señala que su Diócesis  desea “vivir con intensidad el espíritu misionero al que desde el Bautismo estamos llamados”  a través de una “experiencia de evangelización intensa, que quiere sacudir la vida y la fe de todas las personas y de las Comunidades cristianas, para volver a sentir la alegría del Evangelio y la belleza de seguir a Jesús”. Este propósito se cristaliza en la Misión Diocesana, que se desarrolla en diferentes etapas desde el año 2014 al 2018, basada en las «Santas Misiones Populares”  que tienen lugar en Diócesis de Brasil, Ecuador y varios países de Centroamérica.

El Pastor explica que “el espíritu de la misión es que muchos bautizados vuelvan a `casa´, que experimenten el sentido de la misión en su vida y que en el seguimiento a Jesús la vida vale la pena”. Esta misión busca, en definitiva, que la Iglesia se “renueve y se reencante a través de una red de comunidades vivas y participativas”.

“Es tiempo de ser enviado, de caminar, de visitar, de dar testimonio”, subraya.

LA MISION ES TAREA Y RESPONSABILIDAD DE TODO CRISTIANO

El Obispo de Canelones, Mons. Alberto Sanguinetti aclara, en primer término ,que la misión es tarea y “una responsabilidad de todo cristiano” que, en primer lugar “pide la conversión de los enviados”.

Señala que el envío es acción de Jesucristo, de tal modo que “la misión de anunciar el Evangelio, con la Palabra, los Sacramentos y la vida entregada, es don de la Trinidad, es ser instrumentos de su presencia”.

“En este Año de la Misericordia, primero atendamos a este amor fontal, a la caridad y misericordia del Padre que nos da su propia vida. En segundo lugar reconozcamos la altísima vocación de ser enviados como instrumentos de esta misericordia a anunciar el Evangelio. En tercer lugar apoyemos y oremos muy especialmente por la misión del anuncio de la gracia en los pueblos que no la conocen y en particular por los misioneros que llevan el Evangelio a las naciones”, recomienda Mons. Sanguinetti..

EL NUEVO ARDOR DE ANUNCIAR Y VIVIR EL EVANGELIO

“En una nueva fecha del DOMUND cada vez más descubrimos la urgencia del Evangelio, en una sociedad universal dividida, donde progreso y retroceso se confunden y alternan”, manifiesta el Obispo de Maldonado, Mons. Rodolfo Wirz en su mensaje.

El Pastor recuerda la Asamblea de Aparecida y resalta las palabras síntesis del encuentro: ser discípulos misioneros. En este sentido, Mons. Wirz invita a “unir esta vivencia con la oración espiritual y el aporte material, en el descubrimiento permanente de que ser discípulos misioneros es hacerlo posible para los demás”.

“En la historia bimilenaria de la Iglesia hemos vivido muchas formas de misión, heroicas y ambiguas. en lejanas tierras y en nuestros barrios de periferias, junto a enfermos y ancianos como a través de la TV y en discusiones académicas», recuerda, al tiempo que destaca que “en este mundo y siglo, nuestro aporte a la sociedad será una vez más ese nuevo ardor de anunciar y vivir el Evangelio, como la gran sorpresa e invitación a todos los que se cruzan en el camino de la vida”.

RENOVAR EL ENCUENTRO CON JESUCRISTO VIVO

El Obispo de Melo, Mons. Heriberto Bodeant resalta, en su mensaje, “que no es posible Evangelizar sino a partir del encuentro con Jesucristo”.

El Obispo señala que “las necesidades del mundo de hoy son diversas y complejas. Los campos de servicio y de misión son sumamente variados. Las diferentes formas de pobreza, injusticia y exclusión; el mundo del dolor y de la enfermedad; los círculos infernales de las adicciones; las amenazas a la vida en sus comienzos y en su término”.

Ante esta realidad, Mons. Bodeant afirma que “las obras de Misericordia que Francisco nos ha vuelto a poner a consideración en este Año Jubilar, nos dan múltiples sugerencias de hacia dónde pueden ir los esfuerzos de una comunidad `Misionera de la Misericordia´, buscando sostener en el tiempo y en forma organizada servicios a los hermanos necesitados`”.

“Sin embargo, nada se sostiene sin renovar el encuentro con Jesucristo Vivo; si no nos acercamos a Él con nuestros agobios y nuestras fatigas, para encontrar en su corazón el manantial de agua viva que brota para la vida eterna (Juan 4,10-14) y desde allí ir al encuentro de los hombres y mujeres de hoy, a compartir esa experiencia, esa buena noticia en la que hemos encontrado el sentido de nuestra vida”, advierte Mons. Bodeant..

El Obispo agradece por los “generosos misioneros que han pasado o están todavía en nuestra Diócesis” y “porque desde nuestra pobreza hemos podido también compartir presencia misionera de nuestros sacerdotes en otros países, en comunidades aún más necesitadas que las nuestra».

“Confiados en la palabra de Jesús, imploramos al Padre que envíe `obreros para la cosecha´ y renovamos nuestro compromiso de ser Iglesia misionera, `Iglesia en salida´ al encuentro de los hombres y mujeres de Cerro Largo y Treinta y Tres´», concluye.