“UCRONIA. Los hijos de la oscuridad” es la nueva novela de vampiros de Laura Álvarez Goyoaga, una propuesta innovadora que invita a disfrutar de lo mejor del género, de la mano de Horacio Quiroga y de Sir Tomás Moro.
Con la sala colmada del Espacio Cultural Banco República en el Museo del Gaucho, fue presentado el sexto libro y tercera novela de vampiros de Laura Álvarez Goyoaga. Se trata de una novedosa propuesta en literatura de esparcimiento y valores, que marca el regreso al arquetipo del vampiro original, de la mano del famoso cuento “El almohadón de plumas” de Horacio Quiroga, en una aventura que atraviesa el marco histórico del Montevideo del 1900 hasta los tiempos actuales.
A pedido de la autora se inició el acto con palabras de Mons. Dr. Alberto Sanguinetti, Obispo de Canelones y Presidente del Departamento de Educación Católica de la CEU, quien se refirió al proyecto Sicut Serpentes y la actividad que ha venido desarrollando desde sus orígenes. Según le recuerdan los propios protagonistas, esta nueva propuesta tuvo su punto de partida en una conferencia suya sobre Monseñor Jacinto Vera, primer Obispo de Montevideo en proceso de canonización. Luego de ese encuentro con Mons. Jacinto Vera, Laura Álvarez decidió escribir Don Jacinto Vera. El Misionero Santo, fundar Sicut Serpentes y seguir trabajando en lo que ya son cinco obras (suyas y de otros autores) destinadas a difundir las verdades de la fe católica en el campo cultural. Asistieron a la presentación del libro Mons. Heriberto Bodeant, Obispo de Melo y el Obispo emérito de Melo, Mons. Roberto Cáceres.
En el marco del lanzamiento de Ucronía, tomó la palabra luego el Dr. Enrique Martínez Larrechea, Decano de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de la Empresa en la República Oriental del Uruguay, Doctor en Relaciones Internacionales, Magister en Democracia y Educación en Valores en la Universidad de Barcelona, Magister en Ciencias Sociales y Licenciado en Sociología. Ucronía, en palabras del Dr. Martínez Larrechea, en el nivel narrativo, es un libro muy eficaz: “Laura a partir de su condición de escritora culta y muy conocedora de este género” trae a escena las “tipologías vampíricas” de un modo original. Hay en la novela “…seres oscuros y ubicuos; pero también hay héroes nobles, despojados, dignos, capaces de afrontar desafíos enormes en aras de un sentimiento de libertad, de una pureza, que creo que es lo más lindo que tiene esta obra”, añadió.
A su juicio, además, en los niveles atinentes al significado, la autora dice varias cosas: “Muchas veces con un delicioso ingenio, como cuando nos ubica en el escenario de la Estación Central y en otros que son familiares para los montevideanos, para los habitantes de esta devastada San Felipe (…) Por otra parte, los personajes adolescentes poseen una especial fuerza, a tono o a contrapelo con una sociedad envejecida que los rodea, que es su contracara, pero que ellos son capaces de redimir. En esta obra los adultos muchas veces son portadores de frivolidad, de formalidad, de ausencia, y son los jóvenes, los chicos, los que ponen sustancia, corazón, compromiso, deseo de creer. Son personajes vitales llenos de fe, dignidad, y expresan lo mejor de nosotros mismos”. “En fin, el libro es magnífico. Se lee con mucho gusto, con mucha satisfacción estética” concluyó este presentador, señalando que incluye un mensaje muy lindo vinculado a la religiosidad, a un rosario que va jalonando las etapas de la narración, y a un sacerdote que aparece de vez en cuando con intervenciones relevantes. Los vampiros “están entre nosotros”, pero “Laura nos demuestra, en Ucronía, que si no podemos apartarnos de ellos, al menos sí podemos desafiarlos y humanizarlos”.
El Profesor Alberto Christian Márquez, docente de Historia Contemporánea en la Universidad de Montevideo y corresponsal del diario ABC de España, fue el tercer orador. Comenzó señalando su fascinación “por el gran género de lo gótico en general”. “Laura, gracias a Dios”, continuó, “ha buenamente reincidido en esta obra, en otra de sus profundas vocaciones” mientras recordaba la “atrapante” Leyenda Nocturna publicada en el 2002, y la inquietante “parábola política de El Senador” que la siguiera un año más tarde. “Ucronía, apropiadamente subtitulada Los Hijos de la Oscuridad, como una contraposición de los auténticos hijos de la luz de las Sagradas Escrituras, está escrita con fluidez, dramatismo, un cuidadoso uso de nuestro rico y hoy maltratado idioma español, y una amenidad atrapante. Es un acierto creativo”, afirmó.
A juicio del Prof. Márquez, el libro incluye “una lectura un tanto acusatoria (…) Es un reino malvado donde se mueven nocturnamente como corresponde, estos seres abyectos y malignos aparentemente sin coto, sin límites, no como si hubiera anomia (ausencia de normas), sino como que las fuerzas encargadas de poner orden no hacen absolutamente nada”.
Cerrando el acto, la autora señaló que Ucronía es su reacción personal a la decadencia: de nuestro sistema educativo, de la cultura, de los valores. “Ni el vampiro se salva de la crisis”, bromeó. Destacó su asombro ante la forma desembozada y explícita con que en unos pocos años la literatura de ficción fantástica de horror pasó de presentar al vampiro, personaje fantástico o mitológico que se apodera de la vida de un ser humano succionándole su sangre para lograr así mantenerse eternamente joven y poderoso, como un estadio deseable, perseguible, y hasta con prestigio social.
“Que se haya despojado al vampiro de su maldad, y que se haya sacado del medio a lo sagrado como forma de combatir contra esa fuerza tan potente como destructiva, no es casualidad”, agregó. “No se combate la decadencia si no se revaloriza lo sagrado. Para quienes tenemos fe es ineludible la referencia religiosa; para quienes no la tienen: el derecho, la moral, la patria, la familia”.
Este libro, en su intención, pretende ser una invitación a la esperanza. A no resignarnos a la dominación de los vampiros, aún cuando no tengamos más fuerzas que las de Victoria y Diego, sus protagonistas, para combatirlos”, insistió la autora, “y junto a Sicut Serpentes, aceptamos el desafío de hacer leer a los jóvenes y no tan jóvenes con un material que busca estar al servicio la verdad que hace libres, que hace crecer, que fomenta la convivencia y que nos mantiene siempre jóvenes sin necesidad de aliarnos con ningún vampiro”.
