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Pbro. César Braga, del DEVYM -CELAM: “Hay que cambiar las estructuras y el corazón de los que están al frente de las vocaciones”

By 10/08/2017agosto 13th, 2017No Comments

 

Braga 1

“Dios siempre llamará” aseguró el Secretario Ejecutivo del Departamento de Vocaciones y Ministerios del Celam, Pbro. César Braga, al ser consultado sobre la baja de vocaciones.

El Presbítero brasileño, que llegó a Uruguay para participar como ponente en el Congreso Vocacional Nacional los días 4 y 5 de agosto, destacó que el problema en el despertar vocacional es de “los que llamamos” y opinó que para revertirlo “hay que cambiar las estructuras y el corazón de los que están al frente de las vocaciones”.

Explicó que la Nueva Evangelización implica en estos nuevos tiempos “Nuevos métodos, nuevas estructuras y un nuevo ardor evangélico”. “El Evangelio es siempre el mismo, Jesucristo ayer, hoy y siempre. Su anuncio en medio de nosotros es el mismo, pero los medios cambian, las costumbres cambian, los modos de evangelizar cambian, los ambientes cambian”.

El sacerdote subrayó la importancia del discernimiento como una dimensión “fundamental” hoy para la juventud en vistas a definir su vocación. “Cuando llegamos a un discernimiento en Dios encontramos la felicidad y la alegría, entonces eso nos deja en paz”, aseveró..

¿Se puede decir que no hay vocaciones?

Siempre hay vocaciones porque es una promesa de Dios, Dios es quien llama. La pregunta es si nosotros, los que llamamos, que somos mediaciones, estamos llamando a las personas hacia Dios, hacia su camino, haciendo la propuesta de Dios. Todos hemos sido llamados a la vida en Dios, la  existencia humana ya es una vocación, pero a la vez somos llamados a ser bautizados y a descubrir otras vocaciones como la vida sacerdotal, religiosa, a la vida misionera..

Dios siempre llamará.

¿Hoy hay menos vocaciones religiosas? ¿A qué se debe?

En realidad los tiempos cambian, y hoy podemos decir que hay muchas propuestas para los jóvenes, una de ellas es la vocación religiosa, pero no significa que no haya vocaciones. Los jóvenes están buscando y hemos visto que algunos están entrando en los seminarios, que están buscando la vida consagrada. Pero yo siempre he dicho, que debe haber un cambio en lo que reciben. Si las congregaciones y seminarios no se transforman muchos jóvenes entran y salen , pero no es porque no tengan vocación. El problema está en los que llamamos.

¿Cuáles son los principales obstáculos que percibe en nuestras comunidades para favorecer el despertar vocacional? ¿Qué hay que cambiar para favorecer ese despertar?

Muchas de las instituciones eclesiales están aferradas a su estructura de convento, de edificios, a su mentalidad antigua y no se renuevan, como el Santo Padre dice “es que siempre fue así, entonces seguirá así”. Las cosas cambian. No es lo mismo un joven hoy a como eran sus padres. Hay que entender los procesos en la lectura, ir renovando personalmente, lo que el Santo Padre llama la conversión personal y llegar a la conversión de las estructuras. Hay que cambiar las estructuras y el corazón de los que están al frente de las vocaciones.

¿Cómo se conecta con los jóvenes hoy pensando en una pastoral vocacional?

Los jóvenes tienen que recibir ese llamado bonito de encontrar en la Iglesia su espacio vital. Que ellos encuentren personas que los pueden acompañar para descubrir el sentido de su vida. Puede ser que descubran la vocación a la vida religiosa, a la vida sacerdotal. Lo bueno es que nosotros hagamos el discernimiento y descubrir cómo el EspÍritu Santo nos llama. Lo importante son las mediaciones, tú me hablas, yo me siento comprendido.… Cuando Jesús dice “Vayan a salvar a las gentes” ..desde ahí uno va a haciendo lectura de su vida, va descubriendo y se pregunta “¿será que yo soy bueno para esto? ¿será que esto es lo mío?  ¿será que tengo coraje de dar mi vida? ¿será que este hombre, esta mujer me hará feliz? ¿Va a donar la vida junto conmigo, vamos a entregarnos en la vida matrimonial hasta que la muerte nos separe?” El discernimiento es fundamental para todas las personas. Y los que no hacen discernimiento son los que se equivocan.

Usted habló de la nueva evangelización ¿qué supondría esa nueva evangelización?

Nuevos métodos, nuevas estructuras y un nuevo ardor evangélico. El Evangelio es siempre el mismo, Jesucristo ayer, hoy y siempre. Su anuncio en medio de nosotros es el mismo, pero los medios cambian, las costumbres cambian, los modos de evangelizar cambian, los ambientes cambian. Antiguamente podía ser que recibían la vocación por tradición, hoy no es por tradición, es por convencimiento, por convicción. Esto me convence y lo voy a seguir. El joven es el que vive la experiencia. Lo que el Papa siempre ha dicho y está en los documentos de la Iglesia, cuando nosotros hacemos un encuentro personal con Jesús, la vida de nosotros cambia. Me encontré con Jesús, Él es mi guía, entonces nos direccionamos según Jesús. Una joven que está de novia, si se encuentra con Jesús, no va a donar su cuerpo al muchacho, porque si sigue el Evangelio tiene que respetar su cuerpo. Entonces todo el discernimiento, la mentalidad, el pensamiento, las acciones serán según el Evangelio. De esta manera va a encontrar la alegría, el sentido.

¿Le parece que los jóvenes de hoy buscan responder a la vocación? ¿O no hay interés?

Yo creo que buscan responder a la felicidad, nadie quiere vivir en el vacío. Entonces todos nosotros buscamos relaciones, todos los jóvenes buscan grupos de amigos. Algunos jóvenes pueden buscar amigos para salir, para divertirse, ir a la discoteca. De alguna manera encontramos muchos jóvenes que también hacen eso y encuentran su espacio vital en la iglesia, en los grupos juveniles. Entonces este cuento de que los jóvenes no saben lo que quieren, que son problemáticos, que no quieren experiencia para toda la vida, es una falacia. Ningún joven quiere vivir así. La pregunta es, ¿nosotros hemos sabido trabajar con los jóvenes? ¿hemos sabido responder las preguntas de los jóvenes? ¿abrimos espacios para los jóvenes? El problema creo que está más desde las estructuras. Y la mejor cosa que hay está en medio de los jóvenes. Las Jornadas Mundiales de la Juventud irradian energía, es una belleza Y todo el mundo dice “qué bueno estar aquí, qué bueno estar con el Papa”. El papa tiene 80 años, y ellos se sienten felices de estar con él, porque el Papa “es joven”. Esa es la belleza de la juventud. Pero claro, nos preocupan muchos los jóvenes porque hay muchos que están yendo al vacío, no se encuentran con sus familias, algunos van a la drogadicción, al suicidio, y eso es muy triste, porque la fuerza de una sociedad, de la iglesia, del mundo, está en las manos de la juventud.

¿Qué piensa del próximo Sínodo sobre jóvenes y vocaciones?

Yo creo que esto será muy bueno porque se trabajan tres temáticas: la juventud, la fe y el discernimiento vocacional. Creo que es muy bueno tener una visión mundial de la juventud, de lo que les pasa a los jóvenes. Yo he hablado aquí de que encontramos muchas tipologías de joven, hoy no hablamos de un modo de ser joven, hablamos de juventudes, tipologías juveniles y hay varios modos de ser jóvenes. Creo que será una lectura de este aspecto. El segundo, con la fe, la iniciación cristiana, es decir, si ha evangelizado y se ha hecho la propuesta de fe a los jóvenes, y el tercer punto, que es el discernimiento, es el que ha faltado a los jóvenes. Descubrir la belleza del discernimiento, hacer la opción entre el bien y el mal. Lo que me sirve, lo que no me sirve. Muchas veces cuando un joven escucha a sus padres y les dice “ustedes me molestan”, eso es discernimiento, porque los papás tienen la visión de lo que es bueno para sus hijos, y a veces sus hijos deberían mirar más a la voz de los papas y no otras voces que están alrededor. Hay muchas voces que son demoníacas, que son del mal y hay un texto bíblico de San Pedro que dice “Cuidado, que el león ruge buscando a quien devorar, resistidle firme y firmes en la fe”. El león está siempre alrededor de nosotros queriéndonos llevar a la perdición, entonces la fuerza está en la fe, en la palabra de Dios. ¿Qué ventaja hay entre decir yo soy ateo? El discernimiento es lo más fundamental hoy para la juventud, para descubrír su profesión, casarse cuando está con seguridad, entrar en la vida religiosa si en verdad tienen seguridad de eso…Ni todos están llamados al matrimonio, ni al sacerdocio, ni todos están llamados a la vida consagrada. Hay gente que va a vivir soltera y feliz, pero la sociedad dice “¿tú no te vas a casar?” Y presiona. A veces se hace solo para conformar a la sociedad, pero esa no era la vocación, entonces la belleza está en el discernimiento. Cuando llegamos a un discernimiento en Dios encontramos la felicidad y la alegría, entonces eso nos deja en paz.

Entrevista realizada por Selene Cardarello. Producción Juan Pablo Paipó y Sofía Cayota