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P. Néstor Castell en la Fiesta de Don Bosco: “La Familia Salesiana crece en las rodillas de las comunidades que la integran”

By 03/02/2017No Comments

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“La Congregación Salesiana creció en las rodillas de mamá Margarita y hoy lo hace en las rodillas de las comunidades que integramos”, subrayó en la Fiesta de Don Bosco el P. Néstor Castell sdb, Superior de los Salesianos en Uruguay.

El lema que animó la fiesta del fundador de los salesianos, así como todo este año 2017 de misión “¡Qué bueno caminar contigo en Familia!” se hizo especialmente evidente este 31 de enero cuando haciendo caso omiso a la tormenta e intensas lluvias, cerca de 2000 personas se congregaron en el gimnasio del Colegio Maturana para celebrar, uniéndose a toda la Iglesia universal, el día del Padre y Maestro de los jóvenes.

El festejo comenzó el mediodía, cuando llegaron a la Inspectoría Salesiana 5 matrimonios (algunos con sus hijos), una decena de parejas de novios, algunos Salesianos y Salesianas y un numeroso grupo de jóvenes que integraban las distintas “cuadrillas” de trabajo que estaban a cargo de la logística para la gran fiesta de la tardecita.

La recepción ofrecida por el P. Inspector contó con la presencia de dos obispos salesianos: Mons. Carlos Collazzi (Obispo de Mercedes y Presidente de la Conferencia Episcopal del Uruguay) y  Mons. Nicolás Cotugno (Arzobispo emérito de Montevideo y fundador del grupo más nuevo en la Familia Salesiana de Uruguay, la Fraternidad Contemplativa “María de Nazaret”).

Asimismo, los acompañó el Maestro de Novicios, P. Manuel Cayo (recientemente designado Inspector en Perú y quien presentaría en la Misa de la tarde a los jóvenes que harían sus primeras profesiones en la Congregación), y la Superiora de las Hijas de María Auxiliadora en Uruguay, Hna. Laura Guisado HMA.

Previo al almuerzo, el P. Hugo Espinosa sdb guió un momento de oración que dio inicio con el gesto de volcar en un recipiente de vidrio piedras de distintos colores por parte de los representantes de cada uno de los 9 grupos que conforman la Familia Salesiana en el país aportando su propia especificidad: Salesianos de Don Bosco, Hijas de María Auxiliadora, Salesianos Cooperadores, Asociación María Auxiliadora (ADMA), Voluntarias de Don Bosco, Damas Salesianas, Madres de los Salesianos, Exalumnos Salesianos y la Fraternidad Contemplativa “María de Nazaret”. En ese recipiente sobre el que se colocó un gran cirio encendido quedó representada la Familia Salesiana en Uruguay.

Seguidamente, una joven dio lectura al relato de Martín Descalzo “Una sonrisa tras la Tapia”, que alude a la historia de un leproso que cada día podía sentirse vivo al contemplar en las mañanas el rostro de su esposa cuando lograba emerger apenas unos segundos por encima del alto muro que separaba la leprosería del mundo exterior.

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“En nuestra propia familia y en la familia grande salesiana nos encontramos con rostros que dicen ‘estoy vivo, vale la pena vivir, sos importante para mí´”, reflexionó el P. Espinosa al tiempo que invitó a los asistentes a poner en oración ante el Padre a esos rostros de sus familias y comunidades a los que desearan expresarles: “estás vivo y sé que estoy vivo al contemplarte”.

Luego otro joven proclamó la Lectura de la Carta de los Colosenses y diversos integrantes de la Familia Salesiana presentaron peticiones al Señor.

El P. Castell, al tomar la palabra, recordó cuáles son los grupos que integran la Familia Salesiana en Uruguay y explicó que, según el lema del año, en estos almuerzos suele invitar a distintas personas vinculadas por su misión al mismo. Al tratarse este año de la Familia, los invitados especiales fueron matrimonios y parejas de novios. Señaló que los matrimonios y los novios constituyen, en su propia medida, “cuna de la vida y del amor y lugar privilegiado de evangelización con el carisma salesiano”.

Destacó que el Rector Mayor, P. Ángel Fernández Artime sdb, dedicó el “Aguinaldo” (lema del año referido a un aspecto de la espiritualidad salesiana) a la Familia: “Familia, oportunidad de vida y amor”. “La Familia salesiana se ha dejado impactar por la Encíclica del Papa Francisco Ámoris Laetitia´”, reconoció el Padre Inspector y subrayó que “si se quiere servir al joven hay que darle entrada a la familia, sea como sea que esté conformada”.

Inmediatamente, Mons. Collazzi procedió a la bendición de una estatua de Don Bosco junto con un joven, obsequio del Rector Mayor, que fue instalada en el Patio de la Inspectoría. Finalmente se dio lugar a un rico almuerzo.

“SEGUIMOS SINTIENDO CÓMO NOS ACOMPAÑA DON BOSCO”

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Alrededor de las 15 horas la copiosa lluvia inundaba las calles montevideanas pero los jóvenes salesianos proseguían con confianza los preparativos para la gran fiesta en el Gimnasio del Colegio “San Francisco de Sales”, Maturana.

Una hora previo al inicio pautado por la invitación ya iban llegando quienes deseaban asegurarse un buen lugar en la Fiesta. Poco antes de las 19.30 horas una “familia” representada por buenos actores, recibía a los que ingresaban y los invitaban a formar parte de su mesa. De repente, en la oscuridad casi total del gimnasio se divisó una tormenta (proyectada en una pantalla ubicada en el escenario) y aparecieron entre el público los animadores (Nicolás y Pía) que simularon ser unos hijos que al percatarse de la lluvia salieron corriendo a destender la ropa mientras hablaban con su madre sobre la fiesta salesiana y recordaban a esos “personajes” que no faltan en casi ninguna familia. Su parlamento fue interrumpido por el actor Federico Pereyra quien llegó junto con el grupo de parodistas Aristophanes para sumarse a la Fiesta de la Familia Salesiana de la que son parte, proponiendo juegos y ofreciendo algunas de sus canciones. Para el cierre no podía faltar la canción que alude a la propia vinculación del Grupo Texas con la Familia Salesiana y Don Bosco.

Inmediatamente subió al escenario Gabriel Robaina, joven educador, quien ofreció su testimonio sobre sus vivencias en su familia de origen y junto con su esposa. Compartió 5 descubrimientos que efectuó con su familia: 1) La familia es una herencia de sabores, amores, alegrías y dificultades pero una herencia que incluye también a Jesús, 2) La familia es para uno y para los demás 3) La familia se vive también en el silencio que habla de oración, de hablar de Dios y con Dios, de forma sencilla y simple. 5) Ser familia es estar dispuesto a escuchar y tras lo escuchado tender la mano y 5) Para vivir lo precedente, es necesario comprometerse con la familia.

Luego, compartieron su testimonio Nicolás y María Marta, un joven matrimonio que tiene mellizos pequeños. Narraron algunos tramos de su historia de encuentro hasta que conformaron una familia junto a sus bebes y destacaron aquellos valores que aprendieron en los ambientes oratorianos y parroquiales salesianos: el darse, la familiaridad, el conformar una casa de puertas abiertas para todos, el encontrar a Dios en lo concreto de cada día y al final de cada día agotador dar gracias por haber podido entregar hasta el último suspiro y ser felices con ello.

Tras estos relatos dio inicio la Eucaristía presidida por Mons. Coturno y concelebrada en el altar por el P. Castell y el Vicario P. Alfonso Bauer. En un extremo del altar había una gran cruz y debajo de esta un canasto con panes elaborados por los novicios junto con sus madres, simbolizando a Jesús que es Pan de Vida. En el otro extremo, junto al ambón, un ramo de rosas simbolizaban la belleza de la Familia Salesiana y las espinas presentes en la vida de todos. También aludían al sueño de Don Bosco de La pérgola con rosas. Como fondo se proyectó una gran imagen de María Auxiliadora. Luego de la proclamación de la primera Lectura (Jeremías 1,4-9), el Salmo Responsorial cantado, la segunda Lectura (Corintios 12,31;13,4-7) y el Evangelio de San Lucas  22, 24-30), el Maestro de Novicios presentó a los jóvenes que hicieron su primera profesión en la Congregación: como Salesianos aspirantes al sacerdocio Wilson Prestes Clavijo y Santiago Fernández Yurcho y, como Hermano Coadjutor, Bernabé Ghuisoli.

Al inicio de su homilía, el P. Castell recordó que lo que “celebramos es el don de Dios, el regalo de Dios que sentimos presente en la Familia Salesiana, en los hermanos y hermanas que integran los distintos grupos que la integran”. Recordó que en el mundo hay 31 grupos que conforman la Familia Salesiana y en Uruguay 9, de los cuales dos fueron fundados en el país: la Fraternidad Contemplativa “María de Nazaret” y la Asociación de las Madres de Salesianos.

“Dios eligió a Don Bosco para mostrarnos cuánto nos ama y para demostrarles a los jóvenes que no se olvida de ellos”, aseguró.  Don Bosco es el  “Padre y Maestro de la Juventud” y le prometió a Dios que daría “hasta el último aliento” por los jóvenes”, resaltó Castell al tiempo que acotó: “yo lo arreglo un poquito y diría que su entrega sería hasta `después del último aliento´ ´ya que vendrían sus seguidores que son ustedes, la Familia Salesiana”.

Aludiendo por segunda vez en la jornada al “Aguinaldo” del Rector Mayor, el Padre Inspector invitó a valorar a la familia, oportunidad de vida y de amor. Explicó que en Uruguay se adaptó el lema a “¡Qué bueno caminar contigo en familia!” porque “creemos que la mejor manera de acompañar a los jóvenes es cuidar a la familia de la que provienen”. “Lo que Don Bosco es fue gracias a su familia y si digo familia, digo Mamá Margarita…”, puntualizó. Refiriéndose a su vida familiar personal, el P. Castell confesó que los valores que hoy tiene integrados los aprendió en su familia y en el Colegio salesiano de Salto. “La Congregación Salesiana creció en las rodillas de Mamá Margarita y hoy lo hace en la rodillas de las comunidades que integramos”, subrayó.

Seguidamente, algunos jóvenes compartieron los valores que aprendieron en ambientes salesianos como la renuncia, la entrega, el dar lo que se tiene no lo que sobra, el hablar con Jesús de los niños pobres y a ellos de Jesús…También los jóvenes que profesaron por primera vez y dos que renovaron su profesión compartieron con los presentes aquellos valores que recibieron en comunidades salesianas: el clima de familia y el gusto por los gurises, el servicio y la escucha a los más pobres y sencillos, enseñar con alegría los valores de Jesucristo, compartir las alegrías y las dificultades, entre otros…

“Todos tenemos algo para decir de la Familia Salesiana que es nuestra madre como Mamá Margarita”, remató el Padre Inspector retomando esos testimonios.

Al concluir la homilía animó a cada uno a sentirse “elegido” para “algo grande”. “En la vocación que Dios te dio, sentite elegido por Él para algo grande, para ser su profeta y palabra de vida eterna en un mundo a veces muerto”, animó. El Padre Castell invitó asimismo a los presentes a responder al llamado de la santidad “que es la única garantía de una vida eterna y feliz”.

PROFESIONES Y ENVÍO

Luego de la homilía comenzó el rito de profesión de promesas subiendo al escenario el  Secretario de la Inspectoría, P. Claudio Muniz sdb y dos testigos, los sacerdotes Pedro Inicio y Francisco Martínez, quienes celebran este año sus Bodas de Oro sacerdotales, así como quienes profesaron por primera vez. Cada uno recibió una medalla de Don Bosco y las Constituciones de la Congregación.

También renovaron su profesión religiosa Juan Manuel Fernández ( Hermano Coadjutor) y Angelo Nieles (en formación para el Presbiterado).

En el momento de las ofrendas, junto con el Pan y el Vino se ofrecieron canastos con manzanas que serán consumidas estos días por 150 jóvenes del MJS que en Aguas Blancas comparten jornadas de formación. Estos jóvenes son el centro de la misión que alimentan todas y cada una de las comunidades y de los grupos que conforman la Familia Salesiana.

Hace el final de la Misa tuvo lugar el envío de la joven Valentina Viera, de 22 años. oriunda de Durazno, que durante este año realizará una experiencia de misión en Brasil, en la Misión Salesiana de Maturacá (en Amazonas), que atiende al pueblo indígena Yanomani. El P. Espinosa la presentó y el Padre Castell efectuó el envío y le impuso una cruz que la acompañará durante su misión.

Finalizada la Eucaristía la banda de música “Clovers” hizo su presentación mientras algunos bailaban y cantaban y otros se instalaban en el “Patio de comidas” para degustar algunas de las propuestas gastronómicas que ofrecían los animadores del Oratorio Patio Bosco del Colegio Maturana.

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