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Mons. Daniel Sturla con jóvenes vinculados a los jesuitas

By 14/07/2012No Comments

Las leyes del Hornero grabadas en un corazón de Pastor

Mons. Daniel Sturla con jóvenes vinculados a los jesuitas

El pasado jueves 7 de junio, en el marco de un nuevo Taller para Voluntarios de la Red Juvenil Ignaciana (RJI), el Obispo Auxiliar de Montevideo, Mons. Daniel Sturla, compartió con jóvenes de la Red su testimonio personal sobre lo que implicó para él haber participado de los movimientos Horneros y Castores.

Estos talleres, conocidos como “tavorji”, son una instancia de formación y de integración para los voluntarios de la RJI, jóvenes en edad universitaria que participan y trabajan en los movimientos de los colegios Seminario y Mons. Isasa, en las parroquias de la Compañía de Jesús, en las Esclavas, en la Universidad Católica del Uruguay, en CVX (Comunidades de Vida Cristiana), en Fe y Alegría y en la Fundación Padre Hurtado (Hogar de Cristo), y también en el comedor de la Parroquia N. S. de Fátima en el Cerro y en el servicio con las Abuelitas del Borro de las Misioneras de la Caridad.

Estos talleres se hacen dos veces al año: uno en el primer semestre y otro en el segundo. El año pasado, en el tavorji del primer semestre el P. Daniel Kerber los ayudó a seguir gustando la riqueza de los Evangelios, y en el segundo semestre, quienes fueron al MAGIS 2011 y a la JMJ en España,compartieron sus vivencias en Loyola, en las experiencias Magis en las que participaron y en la fiesta eclesial en Madrid.

En este 2012, el primer tavorji se lo pidieron a Mons. Sturla, y en el segundo, que será el 13 de septiembre en el Colegio Mons. Isasa, contarán con la presencia del P. Guillermo Porras,Vicario de la Pastoral Juvenil de la Arquidiócesis de Montevideo, como para ponerlos más al tanto de todo el trabajo que se viene haciendo con y entre los jóvenes.

Los participantes del primer taller de este año lo calificaron como una instancia de “gracia enorme”.

Aprovechando el regalo a la Iglesia de la ordenación episcopal de Mons. Daniel Sturla y su especial cuidado en dejar estampado en su escudo episcopal, además de la corona de la Virgen de los 33 y de la Cruz de la visita de Juan Pablo II a Montevideo, a dos horneros sobre su nido, quisieron invitarlo a que compartiera con los jóvenes aquella experiencia personal que tanto marcó su propia vida y proceso de fe.

Participaron, sobre todo, jóvenes que actualmente coordinan a chicos del Movimiento Horneros, conocidos como “baquianos”; jóvenes que forman parte del Movimiento Castores, y algunos de sus coordinadores; jóvenes del Movimiento Magis del Colegio Mons. Isasa; y también jóvenes de CVX.

El P. Rector del Colegio Seminario, AlejandroTilve SJ, inició el taller presentando a Mons. Sturla, recordando distintos espacios compartidos, como el hecho de haber coincidido en etapas de estudios y formación, haber sido maestros de novicios (Alejandro de los jesuitas y Daniel de los salesianos) casi al mismo tiempo, y haciendo alusión a este “detalle” de los dos horneros que Mons. Sturla quiso estuvieran en su escudo episcopal.

Desde allí, Mons. Daniel hizo un racconto de aquellos años adolescentes en que fue invitado a participar del Movimiento Horneros, de aquel primer retiro a los 14 años, de aquellos primeros servicios en el Hospital de Niños Pedro Visca y luego en el Cottolengo masculino.

Pasaron por el relato nombres de laicos que fueron referentes para él como Mario Costa y Laila, su mujer, Nacho Sequeira, Mariano Lastreto e Inés O’Brien; los primeros años de La Huella; el recuerdo de jesuitas como Romi Lezama, PericoPérez Aguirre, Yolo Mosca, Jorge Crovara, etc.  Aquellas experiencias de servicio, como a los actuales horneros, castores y voluntarios de hoy, le ayudaron a ponerle rostro al Cristo presente entre los que menos posibilidades tienen, y a balancear una fe que podría correr el riesgo de caer en ritualismos y formalismos.

Entre las“cosas” guardadas de aquella época encontró y llevó a la reunión una tarjeta que le habían entregado en una jornada de trabajo en la Huella; pero lo que le hubiera encantado traer pero no pudo encontrar era un cartón con las “leyes del hornero”, las cuales en su momento se le grabaron hondamente y que al consultarlas a los baquianos de hoy, casi que él también podía repetir de memoria:

El hornero tiene brazos largos y lengua corta-

El hornero tiene los ojos abiertos y limpios-

El hornero siempre busca compañeros

El hornero es hermano del que sufre

El hornero comparte con todos lo mejor que tiene

El hornero construye con Cristo un mundo mejor

A pedido del P. Fabián Antúnez SJ, Director de Pastoral del Colegio Seminario, el Obispo contó el proceso del discernimiento vocacional que lo llevó a entrar al noviciado de los salesianos. Fue otro grato relato de lo que siguió a su paso por los movimientos, y que tuvo que ver con lo que vivió en el Juan XXIII.

Los jóvenes, a su modo, iniciaron también el mes de junio como mes vocacional: escuchando a un obispo que los cautivó con su modo de narrar los momentos difíciles, como la pascua de su padre, primero, y luego de su madre, y los momentos desafiantes, como el planteo de aquel salesiano  que “por única vez” le dijo que le veía pasta para consagrado.

Lo que siguió fue un momento para preguntas, tanto de Mons. Sturla para los chicos, queriendo saber qué servicios hacen hoy los castores y los horneros, y de los chicos para el Obispo, queriendo saber más sobre aquellas experiencias de “retiro” que hizo siendo hornero y que tanto le marcaron su fe. Terminaron el tavorji con un lindo gesto de Rafael Stratta SJ, Asesor del Movimiento Horneros, llenando de merchandising a Mons Daniel: la remera de Horneros y una tarjeta nueva con las leyes del hornero de siempre. Esas que hicieron que dos horneros aparezcan nuevamente, esta vez en su escudo episcopal.

Crónica tomada del Quincenario “Entre Todos”, N° 282