El Domingo 24 de Febrero tuvo lugar una Misa de desagravio y exequias en la Parroquia San Antonio de Padua y Nuestra Señora del Valle de Aiguá y el posterior entierro en el Cementerio de esa ciudad, de los restos mortales del Presbítero Lorenzo Mambrilla, fallecido en 1993, robados días atrás de la Iglesia.
A las 10 horas se realizó una Misa de desagravio y exequias, para posteriormente partir hacia el cementerio con los restos del Padre Lorenzo.
El entierro será por un tiempo provisorio, dado que se buscará acondicionar con un grado de máxima seguridad las obras fúnebres del Templo Parroquial para preservar la urna donde descansará en su morada postrera en debida forma, según informó el Pbro. Fernando Pereira.
A fines de enero, un joven de 29 años con antecedentes penales, profanó una urna de la citada Parroquia y robó los restos mortales del P. Mambrilla dejándolos en una finca. Luego de cometer nuevamente otros actos impropios en la Parroquia y actos violentos en la ciudad la justicia dispuso su traslado e internación compulsiva en el hospital mental capitalino.
En el cementerio local el Padre Pereira, al hacer uso de la palabra, lamentó la profanación del nicho “donde descansaban los restos mortales de un párroco que acompañó esta comunidad por más de 27 años, la violación de las dependencias parroquiales, la destrucción, el robo, y el vilipendio de lugares sagrados, etc». “Todo esto nos ha entristecido y preocupado, dado que el autor padece un trastorno mental que lo llevó a tales actos”, manifestó.
“Como cristianos, elevando nuestra mirada por encima de los acontecimientos, poniendo en concreto la misericordia aprendida de nuestro Maestro, Jesucristo, y en virtud de la fe en Él, hemos ido descubriendo el sentido profundo oculto en el acontecimiento. Estamos convencidos de que Dios está hablando a la comunidad general y a la comunidad católica en particular. Nos llevará un tiempo de reflexión, de búsqueda de paz espiritual y quizá de todo esto vivido salga la luz que oriente el futuro de nuestra comunidad”, dijo.
El Pbro. Pereira expresó, asimismo, su gratitud ante “el apoyo moral de muchas personas de la localidad y de los distintos rincones del país que nos ha trasmitido su cercanía”. “A nivel de la comunidad cristiana, hemos visto cómo la fraternidad nos ha ayudado a aceptar estar prueba como un llamado de Dios a vivir más unidos valorando lo esencial y buscando ser cada día más dóciles a la enseñanza del Maestro”.
“A la luz de la fe, seguiremos con esperanza y alegría transitando juntos, como pueblo de Dios, buscando vivir en la verdad, la justicia y el amor. Para un cristiano no hay nunca un justo motivo de desaliento”, subrayó el Presbítero. Culminó su alocución citando a San Oscar Romero:“Poder encontrarme con ustedes es también `regalarme´ la oportunidad de poder abrazar y sentirme más cerca de vuestros pueblos, poder hacer míos sus anhelos, también sus desánimos y, sobre todo, esa fe `corajuda´que sabe alentar la esperanza y agilizar la caridad. Gracias por permitirme acercarme a esa fe probada pero sencilla del rostro pobre de vuestra gente que sabe que `Dios está presente, no duerme, está activo, observa y ayuda´».
